La enfermera que se asoció con sus primas para darle una segunda vida a la ropa usada
María Fernanda Fernández es fanática de la ropa y en 2019 comenzó a vender las prendas de su clóset que ya no usaba. Así inició un emprendimiento que ha crecido y que la tiene feliz tanto en su vida personal como en el plano profesional.
En medio de la pandemia del covid-19, María Fernanda Fernández Muñoz (26) recibió su título como enfermera universitaria. Al poco tiempo comenzó a trabajar en la Dirección de Salud Municipal, específicamente en las postas rurales de la comuna de San Antonio.
"Ha sido un trabajo muy gratificante desde que estoy ejerciendo, sobre todo porque la gente de los sectores rurales es muy agradecida de la labor que nosotros realizamos. Eso llena mucho y uno se da cuenta que tomó buenas decisiones", asegura.
Vocación de servicio
María Fernanda recuerda que quiso estudiar enfermería desde que estaba en el colegio, porque es una carrera que la apasiona. Siente que a través de ella puede desarrollar su vocación de servicio por la comunidad.
"Igual fue un poco complejo titularme en medio de esta pandemia porque no es lo que uno espera para el proceso. De he hecho, me titulé de manera online", comenta.
-¿Tenías miedo de ejercer en plena pandemia?
-No. La familia se preocupa más, porque no sabe a lo que uno se está enfrentando y además el tema de la pandemia era muy incierto. Creo que el personal de salud sabe tomar las precauciones necesarias para evitar los contagios.
Gratitud
Otra de las cosas que más motiva a la joven en su trabajo es la confianza y la estrecha relación con los pacientes que se da en las postas rurales que recorre día a día.
"La gente es muy agradecida. Nuestra labor para ellos es primordial, porque viven en zonas más alejadas y no siempre tienen la posibilidad de contar con atención en salud. Por eso cumplimos un rol fundamental para ellos", enfatiza.
-¿Es distinto al trabajo en zonas urbanas?
-En muchas temáticas, las zonas más rurales están más olvidadas, porque los focos no están puestos en sus necesidades y eso es lamentable. Pero sí, es distinto el trabajo por la cercanía que se va dando con la gente, lo cual genera un muy grato ambiente laboral.
María Fernanda se desempeña en las postas rurales de Aguas Buenas- Malvilla, Leyda-Cuncumén, San Juan-Lo Gallardo y la que atiende a sectores de El Asilo y Cuncumén.
"Creo que todo el tiempo que he estado trabajo, que además agradezco que pudo darse ahora, sobre todo por las experiencias que se adquieren en medio de la pandemia, ha enriquecido mi proceso como profesional y me siento inmensamente feliz de lo que he conseguido", afirma.
Exceso de ropa
En el plano más personal, María Fernanda confiesa que es fanática de la ropa y durante un tiempo llegó a acumular una gran cantidad de prendas en su clóset. Muchas de ellas estaban en perfecto estado y casi no las usaba.
"En 2019 me di cuenta que tenía mucha ropa y decidí empezar a vender todo lo que no estaba ocupando. Al final, uno igual se sigue comprando cosas y el clóset se sigue llenando", comenta entre risas.
-¿Cómo empezaste a vender?
-Con una tienda online donde empecé a ofrecer ropa usada en buen estado y también nueva. Todavía estaba en la universidad y la verdad me parecía una muy buena idea para generar un poco de dinero, teniendo en cuenta que en esa época aún no trabajaba.
-¿Habías vendido algo antes o era tu primera experiencia como emprendedora?
-Primera vez que lo hacía. Mi idea era no vender muy caras las prendas, pero tampoco sabía qué precio ponerles para que fueran atractivas para los clientes. Solo sabía que no le podía poner un valor estratosférico, porque la gente siempre va a preferir comprar algo nuevo que usado.
Con las primas
María Fernanda cuenta que sus primas Paula y Carolina Santibáñez vivían una situación similar a la suya: también tenían mucha ropa que no utilizaban y no sabían qué hacer con ella.
"Como yo todavía estaba en la universidad, pasaba la mayor parte del tiempo estudiando, porque enfermería igual es una carrera pesada. Entonces había decidido comenzar la tienda online, pero a veces no tenía el tiempo para responder todos mensajes y, lo mismo, pensé que podíamos perder clientes. Necesitaba a alguien que se pudiera dedicar a la tienda", recuerda.
-¿Qué hiciste entonces?
-Me asocié con mis primas, porque ellas también querían vender su ropa y de esta forma nos dábamos una mano entre todas para cumplir con el objetivo que era que otras personas le pudieran dar una nueva vida a las prendas que nosotras ya no usábamos, pero que estaban en perfecto estado.
Así en 2019, María Fernanda y sus primas crearon El Armario Chic, que funciona a través de Instagram (@elarmario.chic) y que ofrece entregas en Llolleo, Alto Mirador (en la casa de María Fernanda) y otros sectores de la comuna.
Medio ambiente
Poco a poco las tres primas se fueron dando cuenta que no solo conseguían bajar un poco el exceso de ropa, sino que también aportaban a disminuir la contaminación a través del reciclaje.
"La industria textil o de la moda es una de las que más contamina en el mundo. Al reutilizar una prenda, creemos que es mucho lo que se puede hacer y se vuelve una muy buena alternativa para quienes deciden dejar de comprar en grandes tiendas del retail", asegura la emprendedora.
-¿Crees tú que la gente prefiere este tipo de emprendimientos?
-Es algo que se ha masificado y eso es algo muy provechoso para nosotras. Cada vez es más la gente que se suma a la ropa reciclada para darles una segunda oportunidad a prendas que para otros estaban en el olvido.
Cuenta que ella y sus primas han aprendido a compatibilizar los tiempos, sobre todo porque les gusta la confianza que han generado con el público, algo que agradecen día a día.
"Antes vendíamos nuestra ropa, pero ahora hemos crecido. Hicimos una inversión y compramos fardos de ropa. Cada prenda la lavamos, la revisamos, la modelamos y después viene todo el proceso de embalaje y entrega con todos los detalles posibles", explica con emoción.
-¿Cómo ven el crecimiento de la tienda?
-Lo mejor de todo esto es cuando la gente nos agradece el servicio. Es muy gratificante poder crecer en esto, porque no pensamos que llegaría a tanto. Lo importante también es todo el apoyo que hemos recibido de mi familia y de mi pololo, porque ellos confiaron en esto más que nadie.
"Ha sido un trabajo muy gratificante desde que estoy ejerciendo, sobre todo porque la gente de los sectores rurales es muy agradecida de la labor que nosotros realizamos",
María Fernanda Fernández
"En 2019 me di cuenta que tenía mucha ropa y decidí empezar a vender todo lo que no estaba ocupando. Al final, uno igual se sigue comprando cosas y el clóset se sigue llenando",
María Fernanda Fernández
"Antes vendíamos nuestra ropa, pero ahora hemos crecido. Hicimos una inversión y compramos fardos de ropa. Cada prenda la lavamos, la revisamos, la modelamos y después viene todo el proceso de embalaje y entrega con todos los detalles posibles",
María Fernanda Fernández