Amasandería de Llolleo le regala pancito a quien lo pueda necesitar
Un simple aviso de Facebook llenó de elogios a los dueños de "Entremigas", un emprendimiento familiar que se hizo famoso por la solidaridad con sus vecinos.
"Se regala pancito frío (de ayer) quien necesite venga a buscar".
Este es el aviso que Viviana Rubio publicó en la Feria de las Pulgas desde el muro de Facebook de la Amasandería y Pastelería "Entremigas" de Llolleo Alto que rápidamente se llenó de elogios, fue compartido más de 50 veces y lo que es mejor, le abrió una puerta a personas que a veces simplemente no tienen para comprar pan.
De paso el anunció develó el cariño desinteresado de la pareja de emprendedores que junto con mantener un proyecto familiar no tienen ningún problema en compartir su bonanza con los que tienen menos, no desde ahora, sino que desde que partieron con su amasandería y pastelería.
Costó que hablaran para esta crónica porque lo que hacen lo hacen sin ninguna doble intención y lo único que hay detrás de la generosidad de esta joven familia es un compromiso social y sentido de comunidad que sienten como una verdadera responsabilidad con sus vecinos que tienen menos.
Solidaridad
"La verdad es que siempre hemos estado disponibles para ayudar y hemos ayudado, pero nunca lo hemos publicado. Siempre apoyamos cuando hay beneficios, rifas, loterías, o eventos, siempre ayudamos, generalmente donamos tortas; pero esto de dar el pancito también lo hacemos hace tiempo con personas de nuestro sector", dijo a diario El Líder la profesora Viviana Rubio (33), quien junto a su marido informático, Felipe González (37), y sus 4 hijos son el grupo detrás de la Amasandería y Pastelería "Entremigas" ubicada en Del Canelo 1540, en Llolleo Alto.
¿Cómo una profesora y un informático terminan entre pan y pasteles?
Al respecto Viviana Rubio cuenta que "nosotros no teníamos nada que ver con este rubro porque yo soy profesora y él es informático, y resulta que queríamos empezar otros proyectos y empezamos con esto. Algo de noción teníamos porque él por su familia tenían negocios relacionados con esto, pero yo no tenía idea de pastelería, así que dejé el aula y hasta ahora hemos tenido súper buenos resultados".
Según cuenta la exdocente aprendió de pastelería "viendo tutoriales y con el apoyo de mi marido porque por la parte de su familia tenía una noción porque él sabía manejar el tema de las masas, había una base, siendo panadero conocía el tema de las masas dulces y yo aprendí a rellenar y después aprendí a hacerlas y en estos cinco años ya sé hacer de todo".
Y fue así como desde hace cinco años, relata Viviana, junto a su marido Felipe están dedicados "por completo a la amasandería y la pastelería, Felipe se dedica a la amasandería y yo estoy a cargo de la pastelería. Todo lo que tenía que ver con la docencia hizo que se pusiera muy difícil porque trabajando en el colegio yo prácticamente no tenía vida porque estaba siempre ocupada y fue así como buscamos hacer algo que nos permitiera tener un poco más de vida familiar".
Aviso famoso
Sobre el aviso que tantos elogios les trajo Viviana Rubio cuenta que "lo que pasó ahora es que un día nos quedó un poquito más de pan y aquí ya habíamos regalado, entonces no sabía qué hacer y una niña me dijo: "Ponga un aviso en la Feria de las Pulgas" (en Facebook) porque ahora toda la gente avisa ahí sus cosas. Yo tuve dudas porque aunque no era pancito del día, era del día anterior pero nuestro pan es distinto al pan de las grandes panaderías o los supermercados porque el pancito del día anterior parece que fuera del mismo día y decidí probar con ese aviso, con miedo igual porque la gente podría tomarlo de mala forma".
Pero los miedos de la profesora pastelera eran infundados porque según ella misma relata "fue como bonito porque la gente lo recibió súper bien y se transformó en una buena alternativa para algunas personas y decidimos seguir haciéndolo porque hay gente que de verdad lo necesita, las personas lo reciben con mucho cariño, no les afecta que se del día anterior y se van felices con sus pancitos".
Claro que la clave para entender el fondo de esta historia no está en el aviso que atrajo el interés periodístico a este modesto negocio de barrio. No.
La clave está en la solidaridad desinteresada de esta pareja de emprendedores locales para quienes tan importante como mantener su proyecto de vida es colaborar con los que tienen menos, con los que a veces no tienen nada.
Y eso se resume muy bien cuando Viviana Rubio comenta que "no siempre nos queda, pero si alguien viene y yo le puedo dar unos pancitos, regalarle un kilo de pan, yo se lo voy a dar, no tenemos ningún problema. No es un montón de gente que viene, son personas que necesitan y por eso vienen y si ellos necesitan y nosotros tenemos, le vamos a regalar su pancito".
-¿Qué te gustaría decirle a tus clientes, a las personas que lean esta crónica en el diario?
-Nosotros estamos para la gente, ese es nuestro proyecto. Dar un servicio de calidad, pero también un apoyo para quien lo pueda necesitar porque esas personas van a poder contar siempre con nosotros.
La respuesta de Viviana ahorra cualquier comentario.
"Nosotros estamos para la gente, ese es nuestro proyecto. Dar un servicio de calidad, pero también un apoyo para quien lo pueda necesitar",
Viviana Rubio.