Joven de Santo Domingo hace sus propias bolsas para ir a comprar y ahora las vende
Cansada de no encontrar los productos que a ella le gustaban, Gabriela Lira hizo su propio diseño y ahora vende bolsas reutilizables con diseños personalizados y pintados a mano.
La pandemia ha sido el momento para que muchos descubran dotes artísticos que tenían guardados.
Gabriela Lira Pailamilla (28) se enfrentó a esta situación hace algunos meses, cuando comenzó a dedicarse por completo al dibujo, un pasatiempo que tenía en la infancia.
"Yo nunca pensé que ahora que soy más grandes iba a explorar áreas como estas del dibujo o la pintura. Siempre he sido súper creativa, pero no buscaba pasar mis días de pandemia pintando tanto como lo hago ahora", contó la joven.
Profesional
Si bien en la actualidad Gabriela vive en Santo Domingo, durante gran parte de su infancia vivió en el sector de El Convento, donde recuerda que muchas entretenciones no había.
"Siento que la tranquilidad y silencio es lo que más se puede destacar del lugar, al pintar, dejo correr mi imaginación y por ende me transporto a esos recuerdos de la infancia y a esa época de tanta tranquilidad", asegura.
-¿En qué momento dejas El Convento?
-Fue para optar a mejores oportunidades educacionales. Terminé el colegio fuera de El Convento y después me fui de la zona para estudiar la primera carrera en la que, se podría decir, probé suerte.
Lo primero que estudió Gabriela fue intérprete bilingüe, pero fue una carrera que no culminó, debido a que no le gustaba.
"No me iba mal, pero no me imaginaba en el futuro haciendo eso, quizás era un tema de vocación y creo mucho que eso es algo vital a la hora de escoger una carrera para dedicarse de forma profesional y trabajar toda la vida", agrega.
-¿Una carrera ligada al arte no era una opción?
-La verdad, no era tan ligada al arte, sí al dibujo, pero sentía que como vivía en el campo, dibujar y ver tele era lo que más podía hacer, entonces lo veía como algo que les gusta mucho a los niños, no me lo planteé como una profesión en su momento.
Gabriela Lira tenía claro que debía estudiar y no descartó una carrera técnica, así que buscó qué se asociaba con sus gustos y que la pudiera hacer feliz en el futuro.
"Estudié técnico en párvulos y me titulé en el 2019, sentía que esa era la carrera que me acercaba a las manualidades, que es algo que siempre me ha gustado y que también me permite ser de ayuda para alguien más, como los niños", argumentó.
Ejercer
Como Gabriela se tituló en 2019, cuenta que no tuvo muchas oportunidades laborales por el contexto del estallido social y después por la pandemia.
"Me había planteado que por el estallido era mejor buscar trabajo en el 2020. Había realizado mis prácticas, entonces no era un escenario al que no me había enfrentado, pero llegó la pandemia y todo se dificultó", sostiene.
-¿Cómo fue la experiencia en las prácticas?
-Pude darme cuenta de que no quería ser educadora de párvulos, pero sí quería ser quien ayudaba en todo. Los niños necesitan ayuda cuando son tan pequeños, la mayoría es súper visual y yo entraba en esa área muchas veces, por el material. Entonces me di cuenta de que este era mi lugar.
-¿Ahora quiere ejercer?
-Por supuesto y fue algo que siempre quise hacer, pero fueron las circunstancias de la pandemia que me lo impidieron. En cuanto se pueda y las cosas mejoren, estaré lista para poder ejercer mi carrera, porque eso es lo que más quiero.
Compra una bolsa
El tote bag o bolsas de mano son bolsas grandes hechas de género y usualmente estampadas, abiertas y con dos asas paralelas a los lados.
Hace algunos años se pusieron de moda y Gabriela las usaba, pero nunca encontraba una como ella quería.
"Si las encontraba con diseños, no era los que me gustaban y cuando veía con alguno de mis gustos, no estaba bien hecha. Es algo súper simple para muchos, pero como todo accesorio, a uno le gusta que esté bien hecho", explicó sobre estos productos tan necesarios en la actualidad, cuando las bolsas plásticas se erradicaron del comercio.
Llegó un momento en que la técnica en párvulos vio un lugar donde vendían estas bolsas sin estampado alguno y pensó que esta podía ser la única forma de tener lo que ella buscaba.
"Como soy buena para el dibujo y la pintura, y aunque no me dedico a tiempo completo, pensé que, si no se ofrecía lo que a mí me gustaba, tendría que crearlo. Lo mejor era comprar la bolsa sin nada y yo hacer el dibujo y pintarlo", comenta.
Es momento
Pasaron varios meses antes que Gabriela decidiera pintar su bolsa. Al principio no tenía tiempo por sus estudios y después lo había olvidado.
Fue en medio de la pandemia cuando encontró la bolsa que había comprado y se dio cuenta de que este era el momento en que más tiempo libre tenía para dedicar toda su concentración en que quedara bien.
"Pensé en la frase es ahora o nunca y me puse manos a la obra. Mi pololo me ayudó a hacer el diseño y un día me dediqué a pintarlo, con mucho esmero y precisión", detalla entre risas.
-¿Resultó como lo esperado?
-Cuando terminé y la vi lista, quedé sorprendida del resultado. Me acuerdo que se la mostré a mis amigos, simplemente como algo que había hecho durante la cuarentena y producto del encierro. Les encantó y me motivaron a más.
Hacer más
Gabriela no tenía trabajo por la pandemia, entonces pensó que quizás sería buena idea reunir dinero con la venta de bolsas de mano, pintadas con dibujos al gusto del cliente.
"Quería ofrecer lo que tampoco podía encontrar cuando compraba, que eran bolsa con un diseño o dibujo determinado y por mis amigos me di cuenta que también les había pasado a ellos o a gente que conocían", manifiesta.
A mediados de mayo de este año, Gabriela Lira creó Pin Tienda, un emprendimiento que funciona a través de Instagram (@pin_tienda) donde ofrece bolsas y ahora estuches, con diseños personalizados.
"He ido paso a paso con las cosas que ofrezco y soy súper sincera cuando no puedo hacer un diseño. Esto para mí sigue siendo un pasatiempo, que me relaja mucho y por lo mismo siento que es algo que puede mantenerse en el tiempo", agrega.
-¿Cuánto puede demorar en un producto?
-Va a depender un poco de la agenda y la dificultad, pero siempre es entre dos y tres días. Realizo solo entregas en la Plaza de Llolleo, entonces la gente se entera de eso desde el principio, cuando me hacen el pedido.
"Nunca pensé que ahora que soy más grandes iba a explorar áreas como estas del dibujo o la pintura. Siempre he sido súper creativa, pero no buscaba pasar mis días de pandemia pintando tanto",
Gabriela Lira.
"He ido paso a paso con las cosas que ofrezco y soy súper sincera cuando no puedo hacer un diseño",
Gabriela Lira.