Dramático relato de madre que cayó desde tercer piso del mall
La tarde del 13 de julio Claudia Martínez sufrió una caída libre que pudo costarle la vida. Esta es la primera vez que relata lo que pasó cuando sin pensarlo le salvó la vida a su pequeña de 5 años.
Con fracturas en una pierna, el brazo, la clavícula y costillas, además de lesiones en las vértebras y múltiples contusiones, quedó Claudia Paola Martínez Soto, de 22 años, la joven madre que sufrió una caída libre desde el tercer piso de la tienda La Polar en el mall de San Antonio, la tarde del martes 13 de julio.
Desde entonces Claudia ha estado hospitalizada en Valparaíso y San Antonio, y esta es la primera vez que relata lo que ocurrió aquella tarde cuando un accidente bien pudo costarle su vida o bien, lo que no deja de darle vueltas en la cabeza, la vida de su hija de apenas 5 años.
Relato del accidente
Desde su cama en el hospital Claudio Vicuña, Claudia Martínez recordó que ese día fue "a la tienda en el mall a hacer un trámite al área de posventa de La Polar para activar la garantía de un televisor que se me echó a perder y cuando íbamos saliendo me puse a guardar el papel que me dieron en una mochila. Cuando me di vuelta vi que mi hija se había apoyado entremedio de las dos escaleras mecánicas, donde hay una baranda que ni siquiera alcanza a tapar ese espacio que queda vacío".
Con un tono de evidente angustia esta madre recordó que cuando vio a su hija en situación de riesgo inminente deslizándose hacia el vacío, por la baranda entre las escaleras, corrió con todas sus fuerzas y "me apoyé en la baranda y la agarré de la chaqueta y del gorro para afirmarla; justo había una vecina a la que le grité que me ayudará porque mi hija se iba a caer. Me acuerdo que cuando la baranda cede, sujeté a mi hija con todas mis fuerzas para que no cayera y entonces se me fue el cuerpo y empecé a caer por entre las escaleras hasta el primer piso".
Fue tanta la angustia de ver a su hija en peligro que Claudia recuerda claramente que mientras caía lo único que pensaba era si había alcanzado a sujetar a su hija, o si en esa caída libre también se desplomaba la pequeña Isidora.
"Era ella o yo"
Tras la caída, Claudia Martínez recuerda que "en esos momentos lo único que quería era saber de mi hija, no sabía si ella había caído conmigo, tenía el pecho apretado por la angustia de no saber qué le había pasado, si es que había alcanzado a sujetarla o no. Como estaba tan angustiada la misma gente, las mismas trabajadoras me dijeron que la niña estaba bien, que estaba con mi vecina y con una niña de la tienda, a pesar que se me acercó llorando y diciendo "mamita no te mueras", sentí alivio cuando vi que mi niña estaba bien".
Segundos antes de estrellarse contra el primer piso de la tienda, en el tercer nivel esta madre había logrado salvar la vida de su hija cuando alcanzó "a sujetarla con las dos manos, del gorro y la chaqueta, en eso -como grité- mi vecina reaccionó altiro y tomó a la niña justo en el momento en que yo perdí el equilibrio. Por eso al caer yo no sabía si mi niña había caído conmigo porque si no me lanzaba sobre ella mi hija habría caído; ella se iba a caer, cuando corrí lo hice sabiendo que era ella o yo".
El trauma físico sigue, porque si bien la sanantonina sufrió múltiples fracturas y contusiones, tal caída pudo costarle la vida. Y el trauma sicológico por la dramática experiencia también sigue, porque al recordar estos hechos Claudia Martínez cuenta que "fue una angustia terrible, mientras caía y los primeros momentos en el piso, no sabía dónde estaba mi niña hasta que fue un alivio verla. Pero eso no se ha pasado, todavía me angustio, sufro y lloro cuando pienso que mi niña pudo haber caído, en un segundo miré hacia otro lado y de pronto estaba ahí colgando a punto de caer…".
Repasar el momento quiebra la voz de esta madre que llora de solo pensar que su pequeña de apenas 5 años pudo haber caído aquella tarde. Y aunque eso no pasó porque la misma Claudia lo evitó, hay una angustia que la envuelve cada vez que lo piensa, tal vez porque todavía no ha podido volver a abrazar a su hija por las semanas de hospitalización que aún no sabe cuánto más van a durar.
"Lo que más quiero es abrazarla, estar con ella y abrazarla bien fuerte. Desde que pasó todo esto todavía no he podido estar con mi hija, hacerle cariño, darle un abrazo grande, un beso, lo que más quiero es estar con ella, salir luego del hospital volver con mi familia y que termine todo esto", dice Claudia con tanta fuerza y la angustia evidente por la traumática experiencia que le ha tocado vivir.
Con la misma energía la joven madre quiso "agradecer a las enfermeras del hospital que me han tratado tan bien, se han portado un siete conmigo, me han cuidado siempre, muchas veces la atención y dedicación que no tienen algunos médicos la tienen ellas y por eso estoy muy agradecida".
Es el relato de una joven madre, una valiente mujer sanantonina para quien el destino tenía guardada una encrucijada feroz la tarde del 13 de julio, donde en una fracción de segundo tuvo que elegir entre su propia integridad o la de su hija.
Y quiso ese mismo destino que Claudia viviera para contarlo.
"si no me lanzaba sobre ella mi hija habría caído; ella se iba a caer, cuando corrí lo hice sabiendo que era ella o yo",
Claudia Martínez.