Entre aplausos y con globos blancos al cielo fue despedida la querida Tía Vivi
Un emotivo adiós brindó ayer la comunidad educativa del colegio Cristo Rey a Viviana Jeria Cambiaso, la docente e inspectora general del establecimiento que se ganó el cariño y el respeto de alumnos, apoderados y colegas.
Ni el frío ni las fuertes ráfagas de viento fueron impedimento para que una gran cantidad de personas brindara ayer el último adiós a Viviana de Los Ángeles Jerez Cambiaso, la profesora e inspectora del colegio Cristo Rey de Llolleo que falleció el viernes pasado debido a una falla multisistémica.
Hasta el cementerio Parque del Sendero llegaron alumnos, exalumnos, docentes, padres y apoderados que se mostraron adoloridos e impactados con el deceso de la Tía Vivi, como la llamaban cariñosamente.
Cerca de las 13.20 horas, el féretro con los restos de la educadora llegó al camposanto ubicado en la calle Olegario Henríquez, seguido decenas de deudos que quisieron despedirla.
Mientras la carroza ingresaba al cementerio rumbo al lugar de sepultación, los presentes lanzaron pétalos de rosas en señal de agradecimiento por todas las enseñanzas y valores que la "Tía Vivi" transmitió a varias generaciones de alumnos que se educaron bajo su alero.
La liturgia fue oficiada por el párroco Vicente Véliz, quien hizo un emotivo discurso donde destacó las cualidad y el legado de Viviana Jeria, quien finalmente fue despedida entre aplausos y lágrimas de los presentes, quienes lanzaron globos blanco que regalaron una maravillosa y emocionante atmósfera al funeral.
Dolor
Marcela Valdés, profesora de educación básica del colegio Cristo Rey, contó que "trabajé muchos años con la Tía Vivi y la recuerdo como una persona extraordinaria. Era muy amable y muy conciliadora, sobre todo con sus alumnos porque los quería mucho. Poseía una vocación enorme por su colegio, la cual demostraba a través de diversos actos. Era la cara del establecimiento y por eso nos duele mucho su partida".
María Isabel Velásquez, apoderada del colegio Cristo Rey durante más de 20 años, afirmó que "para mí la Tía Vivi fue un gran apoyo, porque mis hijos se educaron junto a sus principios y ella hacía que nosotros viéramos el colegio como nuestra segunda cada. Se mostraba estricta, pero era muy cariñosa y apoyadora. Siempre decía que había que ser empático con los demás y llevar el uniforme con orgullo".
13.20 horas de ayer llegó al cementerio Parque del Sendero el féretro con los restos de la docente.