Vándalos destruyen muro que construye Esval en la Copa de Agua
Desconocidos derribaron el cierre que la sanitaria estaba levantando para aislar el estanque de agua que se ha convertido en un foco de inseguridad en la parte alta de Barrancas.
"Estamos desesperados. Perdimos toda la tranquilidad por culpa de los cabros que se juntan a tomar, drogarse y a tener relaciones frente a nuestras casas. El fin de semana cuando botaron el muro nos apedrearon las casas porque según lo que gritaban, nosotros somos los que "sapeamos" el carrete y avisamos a Carabineros".
Así cuenta una vecina del pasaje Julio Blant lo que ocurrió frente a su casa el fin semana recién pasado cuando un número indeterminado de antisociales derribó el muro que la sanitaria Esval estaba construyendo como parte de los trabajos que pretenden dar más seguridad al sector y terminar con los carretes que se han tomado la Copa de Agua ubicada al final de la avenida Roberto Parra, en la Villa Miramar, en la parta alta de Barrancas.
Foco de inseguridad
Los residentes denuncian que el sector se ha convertido en un foco de inseguridad desde que fue tomado por decenas de jóvenes que cada fin de semana se juntan a beber alcohol y consumir drogas, con música a todo volumen y desórdenes que han incluido peleas e incluso disparos.
Una vecina que lleva 25 años viviendo en el pasaje León Aguirre, junto al problemático estanque, contó que los carretes "empiezan el miércoles como a las ocho de la tarde y de ahí están todos los días. El fin de semana ponen música, se ve que consumen mucho alcohol, tienen relaciones y llegan unos autos sin patentes que seguramente venden droga. Esos autos se ponen por la orilla, con las puertas abiertas y también con música a todo volumen; este fin de semana incluso recogimos jeringas que quedaron tiradas aquí frente a nuestras casas".
"Acto vandálico"
Francisco Romero, es el presidente de la junta de vecinos Alto Mirador, que también colinda con el estanque. Junto a la dirigenta Rosa Núñez ha liderado la organización de los vecinos para enfrentar este problema.
Sobre el muro derribado, Francisco Romero lamentó este "acto vandálico que no esperábamos, todo lo contrario, pensamos que esta obra sería una cosa positiva pero ahora la gente que vive alrededor de esta propiedad de Esval ni siquiera se atreve a tomar una foto de los vándalos porque tienen miedo que los vayan a sorprender y después sufran algún tipo de represalia, porque hasta piedrazos han tenido que aguantar".
El dirigente aprovechó de comentar que "si (de Esval) van a seguir construyendo de ladrillos, trabajando en la semana y dejando la obra sola el fin de semana, es un hecho que lo van a volver a destruir, porque ya vimos lo que pasó ahora donde no hay vigilancia en el sector y los vecinos están amarrados de manos para tomar cualquier acción".
Néstor Pezoa, vecino de la Villa Miramar y expresidente de la junta de vecinos, comentó que "a lo largo del tiempo Esval ha prometido que va a cerrar y eso no se ha cumplido, porque la idea de cerrar con una malla de biscocho se hizo para tener visibilidad y que no se juntara gente, pero pasó todo lo contrario porque esa malla se desarma muy fácil".
Respuesta de Esval
Ante las consultas de Diario El Líder sobre este tema, el subgerente zonal de Esval, Alejandro Pérez, dijo que comparten "la preocupación de los vecinos del sector, y por ello, hace unos días iniciamos la construcción de un muro de material sólido, para resguardar más nuestras instalaciones".
El ejecutivo manifestó que "lamentablemente, este muro fue vandalizado y destruido por terceros durante el fin de semana. Pondremos en conocimiento de las autoridades a cargo de la seguridad pública esta situación, solicitando que se tomen las medidas del caso. Además, nos contactaremos con los dirigentes del sector, para evaluar posibles nuevas acciones y enfrentar la situación en conjunto".
"A lo largo del tiempo Esval ha prometido que va a cerrar y eso no se ha cumplido",
Néstor Pezoa, vecino