El cartagenino que compite con los mejores exponentes de guitarra clásica del mundo
Nicolás Venegas, fundador de Amadeus Academia de Música, pasó a la semifinal del Tampere Guitar Festival de Finlandia, que se realizará de forma online este 18 de septiembre.
Desde que comenzó a tocar guitarra a los cinco años, Nicolás Salvador Venegas Godoy nunca más pudo alejarla de su vida. A los 17 años viajó a Cuba para profesionalizarse en este instrumento y tras largos años compitiendo en diversos certámenes hoy vive uno de los mejores momentos de su carrera.
El guitarrista, oriundo de Costa Azul (Cartagena), pasó a la semifinal del Tampere Guitar Festival, un concurso de repertorio docto que se desarrolla en Finlandia y que reúne cada año a los mejores exponentes de este instrumento musical.
"Hay 17 concursos que pertenecen a la categoría superior EuroStrings (Cuerdas Europeas), y Tampere Guitar Festival es uno de ellos y yo quedé en la semifinal. Por así decirlo, quedé en un 'Roland Garros de la guitarra', quedé dentro de los 20 mejores del mundo y postularon 54 de 27 países", explica el músico.
-¿Cómo recibiste esta noticia?
-Es una fortuna. Yo no pensé que iba a pasar a semifinal, porque la competencia es muy exigente y en realidad todos los que van son muy buenos. Entonces, uno siempre participa desde la mirada de intentar hacer lo mejor posible.
-¿Por qué pensaste que no ibas a pasar?
-Son tan buenos todos, si quedaron afuera compadres que vienen ganando concursos, es como que te encontrái con Nadal, con Federer, y estái compitiendo con ellos y de repente Federer quedó atrás.
Actualmente, Nicolás se encuentra practicando el repertorio que debe presentar en la semifinal, que se desarrollará de forma online este 18 de septiembre. En esta etapa, cuenta, "estoy postulando para quedar dentro de los cuatro del mundo en ese festival".
Viaje al pasado
El repertorio que ejecutará consta de dos piezas de música docta a libre elección y, además, una pieza obligatoria, que coincidentemente lo conecta con sus inicios en la música profesional, cuando tan solo tenía 18 años.
"Es bien bonita esta etapa para mí, porque yo tuve la suerte de estudiar en Cuba. Allá fue mi primera formación profesional en guitarra clásica en el conservatorio de la Escuela Nacional de Música. En esa escuela estudió también uno de los grandes compositores vivos del mundo, que se llama Leo Brouwer, y en esta etapa (del certamen) se le solicitó a este compositor una pieza exclusiva para semifinales", detalla.
-¿Él fue tu profesor?
-No, pero tuve unas charlas y seminarios con él. Es un eximio, casi como un premio nobel de música. Es muy bonita esta semifinal, porque me crea esa conexión.
Cuando tenía 17 años, Nicolás ganó una beca concursable para estudiar guitarra clásica en Cuba, un proyecto que era liderado por el famoso cantante y compositor puertorriqueño Danny Rivera.
"Gracias a esto en Cuba conocimos a grandes músicos, yo estuve con Silvio Rodríguez. Cantamos junto a Omara Portuondo, voz de Buena Vista Social Club. Impresionante. Nosotros tuvimos dos semanas de ensayo intenso y ella no fue nunca, llegó al show y la embarró, la embarró, yo quedé así como ¡guauuuu!, aparte que la señora tenía como diez o quince años más que Danny Rivera y él cantaba con todo y era una voz minúscula en volumen al lado de Omara. Era una cuestión impresionante", recuerda.
-¿Cómo fueron tus años estudiando en Cuba?
-Fue la experiencia más bella de mi vida. Como estudiante es maravilloso, a mí (Cuba) me alimentó, me educó, todo gratis, no pagué un peso. Lo más lindo es que era un proyecto latinoamericano que incluía a muchos países: Haití, Brasil, Paraguay, Perú. De Chile yo era la única representación. Fue bien bonito.
Inicios
No solo en su juventud en Cuba Nicolás tuvo la oportunidad de codearse con grandes exponentes de la música. Cuando estudiaba en un colegio de San Sebastián compartió con una de las folcloristas más destacadas de Chile.
"Tuve la suerte de estar apadrinado por Margot Loyola. ¡En mi vida he tenido una suerte! Margot Loyola dirigía un grupo de danza y baile, que se llamaba Palomar, junto con Osvaldo Cádiz, que era su marido. En ese grupo estaba el profesor de educación física del colegio, y él hizo el nexo, y estuvimos apadrinados por ellos como ocho años. Fue muy linda esa etapa", expresa.
A los 13 años, comenzó a estudiar guitarra clásica en un taller del municipio sanantonino y, además, tocaba piezas clásicas en charango, lo que le dio una gran oportunidad. "El 2004 hicimos un concierto en el Palacio Ariztía (ex Congreso Nacional en Santiago) con el charanguista de Inti Illimani, Horacio Durán, en un proyecto que se llamaba Guitarras de América. Tuvimos la suerte de tocar allí con un amigo, porque teloneamos a Inti Illimani acá en San Antonio y por eso nos invitaron".
Momentos críticos
Con todas estas experiencias a cuesta, más sus años de estudio en el Conservatorio de Música de la Universidad Católica de Valparaíso y en la Universidad de Chile, hace algunos años Nicolás comenzó a participar en certámenes internacionales para guitarristas clásicos.
El músico ha competido en escenarios de países latinoamericanos y europeos. Incluso ha realizado giras en Hungría, España y Suecia, donde ha tenido que vivir experiencias de dulce y agraz.
"Es difícil, a veces es frustrante. (...) A veces ciertos políticos me prometieron ciertos dineros y después no me los enviaban. Heavy, una vez me vi con cien lucas en España y tenía que estar un mes", revela.
-¿Y qué hiciste en ese momento?
-Llamé a mis viejos y les pedí que se consiguieran con los amigos. Porque se supone que equis diputado y equis core me iban a apoyar, porque yo había quedado dentro de los nueve del mundo en una competencia y me había ganado una gira a Suecia. Yo fui muy corto de dinero, porque tenía solo para pagar el pasaje y llevar la guitarra arriba, porque no puedo llevarla abajo y llegar sin el instrumento para competir, y no respondieron.
Triunfos y caídas
Uno de los grandes recuerdos que atesora Nicolás ocurrió en Sudamérica. "En el año 2018 tuve la fortuna de obtener un tercer lugar internacional en Uruguay, en Atlántida", afirma.
Lamentablemente, ese logro fue empañado por la falta de apoyo. "Logré algo súper importante, porque son pocos los concertistas en guitarra con estos logros (...) Con esto esperaba que surgieran más contrataciones en apoyo, y en vez de eso me echaron de todos lados por inasistencia. Quedé con un proyecto chiquitito de 200 mil pesos, y ese año yo había sido papá, fue sumamente complejo y en esta desesperación surge Amadeus".
En 2019, inauguró Amadeus Academia de Música, donde, junto a dos músicos, realiza clases, online y presencial, de música y de distintos instrumentos a más de 50 personas. "Es un proyecto muy bonito, ya llevamos nuestro tercer año. El año pasado fue complejo como para todos por la pandemia, pero estamos trabajando bien. Gracias a esto me pude mantener", comenta.
Gran maestra
Actualmente, el músico financia su participación en estos certámenes, que en tiempos sin covid-19 son presenciales, gracias a la academia, donde a diario transmite su amor por la música.
Para Nicolás, "la música representa casi una filosofía de vida. Se trata de perseverar mucho, yo fallé en muchos concursos y fue frustrante (…). Hay que saber tomar las frustraciones de esas cuestiones complejas. Por ejemplo, a veces un pasaje no te sale y uno tiene que tener la calma de perseverar e insistir hasta que lo logre. Y eso se ve reflejado en muchas cosas de la vida, en tu trabajo, en tu familia. Me ha enseñado a valorar eso y a ver las cosas imposibles un poco más posibles".
"En mi caso, como no tengo un mecenas, tengo que trabajar de lunes a lunes en un horario extenso. Por ejemplo, las grabaciones para Finlandia las empezaba a las 12 de la noche y las terminaba a las 4 y media de la mañana, para al otro día trabajar desde las 8 o 9 de la mañana. Hay sacrificios que hay que hacer. Las adversidades y las cosas bellas son un todo que tiene que ser equilibrado. La música me ha invitado a ese equilibrio. ¿Qué ha sido la música para mí? Una gran maestra", manifiesta el apasionado músico que ha llevado el nombre de San Antonio y Chile a las altas esferas de la música internacional.