La manicurista y podóloga que va a las casas de sus clientes
Massiel Berríos logró independizarse hace dos años y hoy recorre desde Punta de Tralca hasta Rapel entregando sus servicios. Esta profesión le ha permitido sacar adelante a su hijo mayor y ganar la batalla contra el autismo.
Massiel Berríos (34) es una sanantonina de tomo y lomo. Casi toda su vida la ha hecho en San Antonio. Su enseñanza escolar la hizo en el colegio Nueva Providencia pero cuando terminó migró a Santiago para estudiar podología. En la capital vivió durante tres años.
"Me ofrecieron algunos trabajos allá pero quise volver, amo este lugar. ¡Me encanta el aire y la tranquilidad! Vivir cerca de la playa creo que es lo mejor. La gente aquí es más relajada, se toma el tiempo para todo, son súper acogedores y todo esto se acopla con mi personalidad, encajo perfecto aquí. Este es mi lugar", confidencia.
Amo ser mamá
Massiel tiene dos hijos. El mayor es Santiago, de ocho años. "Él es quien me hizo la mujer que soy. Mi hijo tiene autismo de alto rendimiento y ha sido un trabajo de años para verlo como está ahora. Es impresionante ver todo lo que se ha superado".
- ¿Cómo lograron salir adelante?
-Sin lugar a dudas que el diagnóstico de 'Santi' fue una etapa muy dura pero gracias al apoyo de familiares y amigos logramos salir adelante. Gracias a Dios tuvimos muchos angelitos que nos ayudaron en este proceso. Siempre digo que Santi es lo máximo, día a día se supera y eso me infla el corazón. Es el ser más inteligente que conozco y es capaz de todo lo que se proponga, me sorprende todos los días. Cada frase que escucho salir de su boca me llena el alma porque nunca olvidaré todo lo que nos costó y todo el empeño que le pusimos.
"Santi es un niño que tiene lenguaje, independiente y autosuficiente, habla, conversa y se relaciona. Todo gracias al tratamiento. Continúa con algunas hipersensibilidades a los ruidos pero es un niño demasiado inteligente, con una memoria impresionante", relata su mamá llena de orgullo.
Su otra hija se llama Leonor, todos le dicen "Leo" y tiene tres años. "Ella es mi princesa, completamente distinta a lo que estaba acostumbrada. Mi niña alegra mis días y mantiene la sonrisa en mi cara. Mi Leo es solo amor. Aunque es desordenada y traviesa, me ha permitido disfrutar de lo que llaman normalidad".
-¿Cómo es la relación entre ellos?
-En general durante el día no se pescan mucho, cada uno está en su onda. Pero ellos se aman. Se necesitan mutuamente. Si alguno de los dos no está se extrañan muchísimo.
Ella reconoce que sus hijos le han enseñado a respetar y aceptar a las personas. "En general, a no juzgar porque espero que la gente haga lo mismo con ellos", confiesa esta alegre mujer que ama ser mamá y que es lejos su mejor faceta.
-¿Cómo logras compatibilizar tu vida laboral con el rol de madre?
-Tengo mucho apoyo de mi familia. Mi mamá me ayuda con el cuidado de los niños; mi hermano y cuñada también son muy cercanos a ellos. El papá de mis hijos está súper presente y todo eso me permite tener más tiempo para poder dedicarme a mi trabajo. Gracias a esta modalidad de trabajar a domicilio tengo más libertad de horarios y puedo acomodarme para ser mamá y trabajadora.
Massiel afirma que, además, "la mayoría de mis clientas me conocen desde niña, así que tenemos un lazo cercano, flexibilizan sus tiempos y, aunque vivo a full, logro hacer todo.
La independencia
Massiel estudió podología, es manicurista y pedicurista. Trabaja de manera independiente hace casi dos años. Comenzó con este oficio a los 17 y lleva la misma cantidad de años dedicándose al rubro.
Trabajó 15 años en el salón de belleza más destacado de Llolleo donde aprendió gran parte de lo que sabe ahora. "Conocí gente hermosa a la que quiero muchísimo. Lamentablemente los últimos meses ya no podía dar mi 100% entre la casa, mis hijos y algunas clientas que tenía por fuera. No tenía tiempo para abarcar todo, sentía el anhelo de poder independizarme, así que tuve que optar y se dio esta bella oportunidad de seguir sola. Nunca imaginé que sería como lo es hoy", dice entusiasmada.
-¿Cómo evalúas esa decisión?
- Creo que es la mejor decisión que pude haber tomado, tanto por lo económico como por lo personal. Me permite ser dueña de mis tiempos, estar con mis hijos, trabajar y además crear un lazo más personal con mis clientas. Ahora soy capaz de complementar todo súper bien.
Ella define su servicio como integral. Al tener estudios de podología, lo que ofrece es más completo. "No puedo hacer podología sin preocuparme de lo estético y viceversa", asegura.
En las manos realiza todo tipo de manicura: permanentes, acrílicas y gel. En tanto, en los pies, podología y pedicura. Atiende a domicilio a hombres, mujeres, niños y niñas. Cuenta, entre risas y con orgullo, que sus clientes más fieles son los varones que se hacen las manos y podología en los pies.
Ofrece sus servicios en Punta de Tralca, Las Cruces, Cartagena, San Antonio, Llolleo, Santo Domingo y por primera vez, hace pocos días, fue a Rapel, lo que le implica estar mucho tiempo arriba de su auto. Pero no se queja.
Dice que la mejor promoción que tiene es el boca a boca entre sus clientes, quienes se pasan su contacto (+56988889022). De todas formas tiene un Instagram @leo.nails_ donde también la pueden ubicar.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
-Soy muy feliz dedicándome a esto, creo que es una pega muy linda, relajada, donde entregas y recibes mucho. Siempre me preguntan si no me aburro de hacer todos los días lo mismo y resulta que es todo lo contrario: cada casa y cada persona es una historia distinta.
Explica que lo más gratificante, a parte de las relaciones humanas que ha creado, es el momento de ayudar a sus clientes cuando sienten algún dolor en sus pies. "Poder aliviar el dolor de alguien es impagable".
-¿Qué haces en tu tiempo libre?
-Intento estar con mis hijos y darme un momento para mí. Me compro un café y me voy a la playa, disfruto mucho del mar, me llena de energía.
Faceta de profesora
Las buenas noticias no paran para Massiel. Hace algunos meses comenzó como profesora de un curso de Manicura y Pedicura para Sence. Llegó ahí por una amiga, postuló y quedó. Hace clases presenciales dos veces por semana, martes y jueves, de 14.00 a 19 horas. Tiene 13 alumnas, entre los 20 y los 60 años. "Es muy entretenido, desafiante, me encanta. Las niñas son súper motivadas. Han aprendido harto, un montón, es impresionante ver cómo han avanzado".
- ¿Cuáles son tus próximos desafíos?
-Me gustaría instalar una academia y dedicarme a enseñar, ha sido una experiencia enriquecedora, que me beneficia en lo económico pero primordialmente en lo humano. Siento que tengo la oportunidad de enseñar a otras personas a abrirse un camino, entregar una posibilidad de enseñar un oficio. Hoy las personas se preocupan mucho más de su imagen en comparación a lo que lo hacían cuando empecé hace 17 años, por lo que hay un mercado más amplio para poder trabajar y desarrollarse en este oficio.
"Me ofrecieron algunos trabajos allá (Santiago) pero quise volver, amo este lugar. ¡Me encanta el aire y la tranquilidad!",
Massiel Berríos
"Él es quien me hizo la mujer que soy. Mi hijo tiene autismo de alto rendimiento y ha sido un trabajo de años para verlo como está ahora. Es impresionante ver lo que se ha superado".