La joven sicóloga que se la juega por los niños y el rescate de animales con una agrupación
Camila Silva divide su vida entre su carrera profesional y el cuidado, especialmente de perritos abandonados o con problemas de salud, a través de Pulgoso Amor.
Cuando ingresó a estudiar Sicología, Camila Silva Rodríguez lo hizo con la expectativa de conocerse a sí misma, pero a medida que pasaron los años y tras sus prácticas profesionales el objetivo cambió.
"Yo quería dedicarme a la Sicología Laboral, pero después me di cuenta que la Clínica era mi área y cuando conocí la Sicología Infanto-juvenil me abrió un mundo totalmente diferente", cuenta la vecina de la población 30 de Marzo.
A sus 24 años, Camila abrió una consulta (+56996447302), donde atiende a niños y adolescentes, un espacio que armó con mucho cariño y dedicación.
"Cuando estaba decorando la oficina y buscando los colores y los juegos que le podrían gustar a ellos me acordé mucho de mi infancia, qué me habría gustado a mí si hubiese ido al sicólogo", expresa la joven, que tiene cursos en sicología infanto-juvenil y está haciendo un diplomado en parentalidad y apego.
-¿Por qué decidiste dedicarte a la atención de niños?
-Siento que tengo afinidad con ellos, para mí es más fácil llegar a ellos. Con ellos trabajo con arte-terapia, a través del juego, por ejemplo, hacemos obras de teatro, recortamos, y otras actividades que les gusten. Las sesiones son muy participativas, les pregunto la opinión y les enseño a ser directos para decirme lo que piensan o sienten.
-¿Ha aumentado la demanda con la pandemia?
-Sí y en pandemia los casos que más llegan son de niños que están estresados en la casa, que no saben qué hacer porque están cansados y las clases online los aburren. Muchos papás no saben qué hacer frente a esto y cuando el niño les dice 'estoy aburrido', se estresan y les pasan el teléfono o que juegue en la Play (Station), que son herramientas tecnológicas que han hecho que los niños no sean creativos. Ellos se tienen que aburrir y aprender solos a desaburrirse.
-¿Cuál es la importancia de que desde niños accedan a terapia?
-Les va a servir para su autoestima de adultos, para enfrentar otros trastornos que se van presentando, como la ansiedad. Ahora muchos adultos tienen crisis de pánico o ansiedad porque arrastran problemas desde su infancia.
En sus terapias, Camila trabaja con una gran participación de la familia para conocer los contextos en que se desarrolla el niño o adolescente y conocer su historia. También aplica la técnica Mindfulness que, en sus palabras, "son técnicas de relajación para enfrentar el estrés, tiene que ver con estar aquí y ahora, se trabaja harto la respiración".
-¿Cuál es tu meta como sicóloga?
-Seguir desarrollándome en infanto-juvenil y poder ayudar a la comunidad, porque mis cobros no son altos en comparación con otros profesionales del área, son más accesibles porque sé que no todos tienen el soporte económico para ir al sicólogo.
La feria
Luego de ejercer su profesión de lunes a viernes, los fines de semana Camila se levanta temprano para ir a la feria a ayudar en el puesto de su papá, que vende productos de aseo y frutos del país.
"Mi papá además tiene un negocio y ayudo a atenderlo. También creo que la sicología me puede gustar por ese lado, porque siempre he conversado con personas, las he escuchado. Muchos vecinos han llegado al negocio a contarme sus historias, muchas de ellas muy fuertes", revela.
Desde su infancia, ella ha colaborado con el negocio familiar. "A los 3 años creo que ya andaba metida en el mostrador atendiendo, porque me gusta vender. En abril, vendo huevitos de pascua por internet, siempre me ha gustado hacer negocios, las hago todas", dice riendo.
Su esfuerzo y espíritu trabajador le han abierto importantes puertas. "El profesor Maximiliano Miranda, que es concejal, me pasó una oficina del preuniversitario porque me tiene mucho cariño. Él me conoce trabajando en la feria y siempre me ha dicho que soy una persona esforzada, que viene de abajo, y como él sabía que yo andaba buscando pega, ya que solo estaba con las terapias online, me dijo 'yo te voy a pasar una oficina para que comiences'", revela.
Rescatista
La Sicología no es el único espacio donde ella desarrolla su rol y compromiso social. Desde enero de este año Camila preside Pulgoso Amor, una agrupación enfocada en el rescate y cuidado de perros y gatos que han sido maltratados o abandonados.
"Desde el 2016 que soy rescatista, pero una amiga, Catalina Farías, me convenció que armaramos nuestra propia agrupación y empezamos a buscar gente por Facebook. Ahora tenemos una secretaria, que se encarga de las recaudaciones, y nosotras somos la cara visible, estamos en terreno viendo los casos", detalla la exalumna del colegio Fénix.
-¿Cuál es la misión de la agrupación?
-Surgió para ayudar a las personas que no tienen los recursos para sus mascotas, por ejemplo, a abuelitos que los dejan solitos y tienen muchos gatos y perros y no les alcanza con la pensión. Ahora ya estamos ayudando en más lugares, como el aparcadero de los Ojos de Mar, donde está lleno de perros. También hemos hecho jornadas de esterilización en el basural en Cartagena.
-Antes de Pulgoso Amor, ¿cómo ejercías tu rol de rescatista?
-Yo ayudaba a los perritos de la Quinta Vergara cuando estaba en Viña del Mar, pero lo hacía sola, de forma particular. Les llevaba comida y sí había perritas o perritos con sarna o arestín los vacunaba, muchas veces gracias a la ayuda de otras personas, e incluso los esterilizaba.
"El Rucio"
En su corta existencia, según Camila, "la agrupación se ha hecho muy conocida y tenemos harta gente que nos ayuda".
Uno de los casos que ha marcado la ha marcado es la de "El Rucio". "Es un perrito que no tenía piel en la boca ni en la nariz, porque lo mordió un perro, y tras esto a su dueño le dio miedo tocarlo y lo dejó así. Pasó más de un año sin curaciones, se le infectó y tenía horrible y la gente por miedo y por ignorancia, porque algunos creían que tenía una enfermedad contagiosa, no se acercaban a él", relata.
Ella y las integrantes de Pulgoso Amor decidieron ir en su rescate. "Contratamos un dardeador para que lo anestesiara y ahí le hicimos un tratamiento. Todavía no encuentra hogar, porque está en el proceso de acercarse de nuevo a los seres humanos, aunque ahora se da mucho más, porque al principio gruñía todo el rato, porque le dolía. Pero ahora es un amor de perrito".
Camila detalla que solo por contratar al dardeador, que venía de Santiago, gastaron $75 mil pesos y que en otros casos muchas veces han tenido que costear más de $500 mil en gastos médicos. Para conseguir estas elevadas cifras, hacen rifas y reciben los aportes voluntarios de la gente.
-¿Cómo ha sido encontrarte con gente con la misma sensibilidad?
-Es magnífico que muchos tengamos el mismo interés de ayudar a los animales, es rica la sensación. Según yo, las personas a las que le gustan los animales son gente buena, gente pura.
"La Isi"
Como buena animalista, Camila tiene además sus propias mascotas: dos perros, un conejo y una tortuga. "El zoológico le dice mi papá", afirma entre risas.
De sus dos perros, ella guarda especial afecto por "La Isi". "Es mi perrita regalona, llegó en un momento difícil, cuando yo estaba en un duelo, y ella me apañó, la compañera le digo. Son apañadores los animales, te acompañan", sostiene.
Camila explica que esta sensibilidad surgió "en mi infancia de un tío que le gustaba rescatar animalitos y él de chiquitita me decía que yo iba a ser veterinaria, porque me gustaban mucho".
Aunque la veterinaria se alejó de su vida, ella planea que las mascotas sean parte de su trabajo. "Me gustaría seguir aprendiendo de los animales, para algún día poder hacer terapia para los niños con ellos. Creo que sería muy bueno para los niños relacionarse con ellos, por ejemplo, cuando me están contando algo que los pone triste o los hace llorar", afirma la comprometida activista y sicóloga sanantonina.
"En pandemia los casos que más llegan son de niños que están estresados en la casa, que no saben qué hacer porque están cansados y las clases online los aburren",
Camila Silva.
"Desde el 2016 que soy rescatista, pero una amiga, Catalina Farías, me convenció que armaramos nuestra propia agrupación",
Camila Silva.