La paradoja de quienes ya no tienen fondos previsionales pero apoyan el cuarto retiro
En la modesta toma de la calle Maule, en la 30 de Marzo, la mayoría de las 54 familias son dirigidas por mujeres y conversamos con tres de ellas para conocer sus opiniones sobre el tema de moda
La toma de la calle Maule, entre la población 30 de marzo, la Villa Sor Teresa y Camino Vecinal, tiene la particularidad de ser el campamento más pequeño entre todos los asentamientos que rodean San Antonio.
Hay 54 familias que además tienen otra singularidad, ya que una abrumadora mayoría son hijos e hijas de los propietarios de los antiguos campamentos Sor Teresa y Villa Primavera que se convirtieron en poblaciones urbanizadas a mediados de los años noventa.
Pero no es todo, la mayoría de las familias de esta toma son dirigidas por mujeres jefas de hogar que a través de esta ocupación buscaron emanciparse, dejar de arrendar, o simplemente partir de cero con la ilusión de algún día convertirse en propietarias.
Cuarto retiro
María Hidalgo tiene una verdulería y le consultamos por el cuarto retiro. "Estoy totalmente de acuerdo con que la gente pueda ocupar su plata porque es la plata que ahorró y además estamos en pandemia todavía. La gente necesita esa platita para muchas cosas, por eso es justo que se la pasen".
Sobre sus posibilidades para recibir el cuarto retiro que se discute en el Congreso, la señora María cuenta que "la plata ya me la dieron, pude sacar una pura vez los 200 mil pesos que tenía, pero que yo no tenga no significa que voy a estar en contra porque esa plata es de la gente y la gente necesita tener su plata".
Priscila Peña, otra jefa de hogar de la toma, relata que ya no le queda "plata para retirar porque saqué todo en las tres veces anteriores, así que ahora soy pobre (ríe) pero si tuviera la sacaría de todas maneras porque es plata de uno que en la situación económica que estamos es un apoyo".
Priscila defiende que "las personas puedan sacar su plata porque sirve para muchas cosas, hay gente que pudo arreglar sus casitas, o pagar las deudas, hasta para comprar mercadería sirve, entonces no sé por qué se dan tantas vueltas si esa al final es plata de uno y si uno necesita ocuparla, tienen que entregarla nomás".
Vanesa Balboa, como sus vecinas, pudo sacar un primer retiro y luego "el máximo que eran 200 mil pesos porque no tenía más plata. Fue una ayuda importante en ese momento por eso creo que tienen que dejar que la gente use sus fondos, lo que sea que puedan sacar, no hay que discutirlo tanto porque al final cada persona se ha sacado la mugre trabajando para tener esa plata".