Con lágrimas de cariño y discursos despidieron a Hernán Becerra Madrid
El histórico militante de izquierda fue un ferviente defensor de los derechos humanos, los prisioneros políticos y las luchas sociales. Su legado fue reconocido el día del último adiós.
Rodeado de tres de sus hijos, su viuda y sus compañeros de lucha, el sanantonino Hernán Becerra Madrid, fallecido el martes a los 91 años, fue despedido en el Cementerio Parroquial de San Antonio, donde las alocuciones dieron cuenta de su valentía y consecuencia en las causas sociales como apasionado militante del Partido Socialista.
Hernán Becerra falleció en Viña del Mar donde residía hace algunos años con su esposa Briggitte Ackermann, con quien se casó en 1989 tras conocerla en su exilio en Europa. Durante sus exequias el histórico socialista estuvo también acompañado de Ana, José Antonio y Hernán; tres de los cinco hijos que tuvo de su primer matrimonio con Fresia Arce.
La despedida de quien además destacara como primer interventor estatal de la fábrica textil Rayonhil partió con un oficio religioso que el cura párroco de San Antonio, Vicente Véliz, realizó en la residencia de Anita Becerra en calle Angamos 2985, donde Hernán Becerra también pasó algunos de los últimos meses de su vida.
En ese lugar coincidieron familiares, amigos, militantes socialistas, ex prisioneros políticos de la dictadura y representantes de organizaciones sociales que hicieron hincapié en el gran compromiso humano que Hernán Becerra tuvo con los presos políticos, con los trabajadores y con la justicia social.
Familiares
Sobre el hombre que conoció en Europa, con el que se casó de vuelta en Chile en 1989 y con quien tuvo 2 hijos (actualmente en Europa), la viuda de Hernán Becerra, Briggitte Ackermann, reconoció que el sanantonino la cautivó por su fuerza y profundas convicciones y que hasta el último día de su vida lo admiró "mucho por su coraje, por su valentía, la coherencia que tuvo y las luchas que dio también en Suiza donde colaboró mucho con Amnistía Internacional, una organización cristiana contra la tortura, recorrió escuelas dando su testimonio y cuando se hacían eventos. Apreciaban mucho la manera en que era capaz de dar testimonio de lo que vivió, de manera profunda, con mucha fuerza, pero también con respeto y elocuencia".
José Antonio Becerra, uno de los cinco hijos del primer matrimonio (2 de ellos también están en Europa) contó que su padre "al volver del exilio quiso tomarse un descanso, disfrutar su familia y pasar el relevo a las nuevas generaciones para que tomen estas luchas importantes para el desarrollo de nuestro país como es la defensa de los derechos humanos, los derechos de los trabajadores, los derechos de las mujeres, siempre enfocados en lo más importante que es la justicia social".
Uno de los momentos más emotivos de la despedida de este luchador social se vivió cuando el sacerdote Vicente Véliz le pidió a los hijos cerrar el féretro para despedir a su padre y dio por terminado el oficio religioso en el domicilio de la calle Angamos.
Luego de eso sonó el himno del Partido Socialista de Chile, conocido como la "Marsellesa Socialista" que los presentes entonaron mientras Anita Becerra, la hija regalona de Hernán Becerra, cantaba con una mano en el ataúd y el puño en alto despidiendo con lágrimas al hombre con cuyo amor y ejemplo de lucha inspiró también a esta gran luchadora social.
Minutos más tarde el cortejo tomó avenida Barros Luco, rumbo al Cementerio Parroquial de San Antonio donde se realizaron los últimos discursos que estuvieron en manos de militantes del Partido Socialista local y también representantes de las agrupaciones de exprisioneros políticos.
Exprisioneros
Luis Barrera, a nombre de la Comisión de Derechos Humanos de San Antonio y de las agrupaciones nacionales y locales de exprisioneros políticos de la dictadura reconoció que "en todos los puestos que ocupó nuestro compañero Hernán Becerra Madrid destacó por su compromiso, por su capacidad de trabajo y por poner siempre los derechos de los trabajadores ante todo. Fue capaz de combinar la fuerza de un luchador social con la bondad de un hombre comprometido con las causas sociales que nos deja un gran legado de compromiso y de lucha por los más necesitados".
Y el viento del último día de septiembre abrazó las flores por todo el camposanto y flamearon las banderas del septiembre que expiraba, un septiembre que tuvo tanto significado para el hombre que fue despedido con el merecido reconocimiento por la lucha que dio como prisionero político y comprometido con la causa de sus compañeros desde el doloroso exilio.
Hernán Becerra Madrid, un nombre que seguirá resonando en los corazones que siguen su lucha, ahora y siempre.
"Al volver del exilio quiso tomarse un descanso y pasar el relevo a las nuevas generaciones para que tomen estas luchas importantes para el desarrollo de nuestro país ",
José Antonio Becerra