Padre de víctima de tragedia de la autopista no quedó conforme con fallo contra Tur Bus
Corte de Apelaciones condenó a la empresa a compensar a quienes resultaron heridos y a los familiares de los fallecidos. Jorge Parra reclama por el veredicto judicial y dice que se siente un "chileno de tercera clase".
Han pasado casi 11 años y el dolor sigue latente, vigente, tangible, imperecedero. El 23 de noviembre del año 2010, a las 7.35 de la mañana, en el kilómetro 45 de la Autopista del Sol, un chofer de Tur Bus perdió el control de la máquina que guiaba con dirección a Santiago, cruzó las barreras de contención y chocó de frente con un camión que venía en sentido contrario.
El violento accidente dejó 20 fallecidos y 16 heridos. Hace dos semanas la Corte de Apelaciones condenó a Tur Bus a indemnizar a quienes resultaron heridos y a los familiares de los fallecidos. La sentencia ratifica de manera unánime el fallo emitido en primera instancia.
El monto del dinero de las indemnizaciones es de 5 millones para nietos y hermanos, 25 millones para hijos, 30 millones para padres y 50 millones para cónyuges. Hasta ahora la empresa de transporte prefirió no referirse a la sentencia.
Dolor infinito
Jorge Parra tiene 60 años y es una de las personas cuya vida cambió para siempre la fatídica mañana del 23 de noviembre de 2010 cuando su hija Carolina Alejandra Para Vera, a esa fecha de 23 años, se convirtió en una de las víctimas de la tragedia que conmovió a todo el país.
No es fácil conversar con este padre y abuelo porque sus palabras están cruzadas por el dolor y por esa búsqueda de justicia que, al menos para él, nunca llegará porque nada le devolverá a su hija, y nadie ni nada le devolverá a su nieta Luciana la madre que perdió cuando tenía apenas cinco años.
"Hay niños que nunca van a conocer a sus padres, a la familia que perdieron, y en mi caso como abuelo no soy capaz de suplir el vacío que dejó mi hija en mi nieta que tenía cinco años cuando ocurrió el accidente y que ahora va a cumplir 17, y por más que uno lo intente, nunca se va a poder llenar ese vacío", es lo primero que dice Jorge Parra comentando la resolución de primera instancia de la Corte de Apelaciones.
"de tercera clase"
Parra reclama que "no puede ser que los castigos no sean acordes al daño que se ha causado. En las noticias salió el otro día una señora condenada a siete años de cárcel porque se robó una figura de yeso, la familia Lucksinger Mackay tiene una indemnización de 250 millones de pesos por persona y la familia de quienes murieron en el accidente de Juan Fernández también tuvieron un tratamiento distinto de sus causas, y yo no me siento un chileno de tercera clase para que nos traten de esta manera".
Sobre el fallo conocido en los últimos días, este padre se pregunta: "¿cómo se sienta un precedente y se logra una justicia ejemplar?, ¿cuidándole el patrimonio al causante del daño? Nadie quedará contento con el resultado porque nosotros queremos justicia y Tur Bus debe pagar de todas las formas posibles, con pérdida de imagen, de valor. Nada compensará el daño causado, la falta de mi hija a mi lado, mi miedo constante, mi dolor (…) que paguen de una manera ejemplar".
-¿Cuál es la sensación que le queda tras el fallo?
-Es complicado porque lo único que uno quiere es justicia, pero cuál es la justicia. Mis hijas han sido los amores de mi vida, dándole sentido a vivir, y uno trata de crear una isla de seguridad, rodeado de la familia y un entorno agradable, pero ella debía salir a estudiar, allá donde no podía protegerla, donde no tuve el control. Me dañaron y mataron a mi hija, y hoy tengo un miedo constante y pena, pienso si me volverá a pasar de nuevo…".
Y la pena rompe la voz de este hombre cuya hija ya no está pero la fotografía lo sigue a todas partes en el espejo retrovisor de su auto, igual que la bufanda de Carolina que abraza el asiento del copiloto".
Por eso, con el tono de las palabras cuando están marcadas por el dolor arrastrado por años, afirma que su "hija sería una gran profesional, pero para la justicia la presunción de que no lo sería me parece hiriente, muy dolorosa, no hay lucro cesante, Tur Bus no le dio posibilidad de vivir una vida plena. Mi hija tenía valores, empatía, era una persona muy especial. Ella vivió 23 años, 11 meses, 15 días y 15 horas…".
"Me dañaron y mataron a mi hija, y hoy tengo un miedo constante y pena, pienso si me volverá a pasar de nuevo…",
Jorge Parra
20 personas perdieron la vida en el accidente ocurrido a la altura del kilómetro 45 de la Autopista del Sol.