Geógrafo rescata los olvidados carros de sangre que circularon por el litoral
Daniel Ugalde fue galardonado con el primer lugar del Concurso Story Maps Chile 2021 gracias a su trabajo "Ferrocarril Cartagena-Playa Blanca".
Daniel Ignacio Ugalde Naegel (26) es oriundo del balneario de San Carlos, en la comuna de El Tabo. Geógrafo de profesión, actualmente forma parte del equipo profesional del Departamento de Operaciones de la Municipal de El Tabo.
La semana pasada el joven profesional, que tiene un magíster en Geografía y Geomática, recibió un importante reconocimiento al ganar el primer lugar del "Concurso Story Maps Chile 2021", organizado por la empresa de Sistema de Información Geográfica (SIG) Esri.
El concurso
La certamen enfrentó a más de 100 participantes a nivel nacional, que buscaron presentar la mejor "Story Maps" (narración de historias a través de mapas interactivos, infografías y descripciones) en torno a una temática de libre elección.
Daniel Ugalde se convirtió en el triunfador gracias a su trabajo "Ferrocarril Cartagena-Playa Blanca (Las Cruces)", el cual rescató los olvidados carros de sangre que circularon por el litoral a principios del siglo pasado.
"El deseo por realizar este trabajo nació por las historias que me contaba mi abuelo, Juan Ugalde, sobre unos trenes de sangre (carros tirados por caballos) que circulaban por los sectores de Playas Blancas y San Carlos. Esto comenzó como una tesis de pregrado. Recopilé antecedentes históricos y realicé un trabajo en terreno donde encontré diversos vestigios ferroviarios", comenta el autor de la investigación.
Los carros
Este vecino de San Carlos cuenta que durante su indagación "encontré una serie de datos interesantes. Por ejemplo, a mediados del siglo XIX, antes de la llegada del tren al litoral, las familias más acaudaladas de la capital venían en verano y aquí se trasladaban en estos carros que eran tirados por caballos. Fue así como nacieron varios balnearios costeros como Llolleo, Cartagena y Las Cruces".
El investigador añade que "luego de eso, en el año 1897 se crea el ferrocarril Santiago-Melipilla, el cual fue extendiendo su línea de a poco. En 1912 se extendió el ramal ferroviario de Santiago a Llolleo. Entonces, cuando la gente llegaba a Llolleo, se subía a las carretelas o coches tirados a caballo y atravesaban la cuesta que separa San Antonio y Cartagena. Cuando llegaban al extremo sur de la bahía de Cartagena, tenían que hacer el cambio a un ferrocarril de sangre, que era un carrito tirado por caballos que se iba guiando por el ramal ferroviario, que eran los rieles de trocha angosta. Estos carros operaban usualmente entre diciembre y marzo, y realizaban varios viajes durante el día, a partir de las 7 de la mañana".
-¿Cuánto tiempo te tomó desarrollar esta investigación?
-Alrededor de dos años, aproximadamente. Es que como dije, esto nació como una tesis de pregrado en un principio. Sin embargo, después la convertí en una investigación personal, porque logré recabar mucha información y testimonios.
"Por ejemplo, leí varios antecedentes históricos en donde algunos usuarios de este transporte se quejaban porque el servicio a veces no operaba o sufría algunos problemas a la hora de iniciar el trayecto. Algunos incluso eran custodiados por personal armado debido a los asaltos que se producían en el recorrido", revela Ugalde.
-¿Y cómo llegaste a participar en este concurso?
-En septiembre me llegó una invitación por correo y justo había terminado esta investigación. Entonces, me pareció interesante rescatar este patrimonio que muchos no conocían, puesto que es una historia olvidada por el tiempo.
-¿Por qué olvidada?
-Algunos de mis entrevistados me decían que aquí en el litoral nunca habían circulado los carros de sangre. Sin embargo, en mis salidas a terreno encontré muchos vestigios de líneas ferroviarias (rieles de trocha angosta) por donde andaban estos medios de transporte. En la avenida Chile de San Carlos, por ejemplo, había una línea por donde circulaban estas carrozas.
"Aparte de contar una historia, este trabajo lo considero como un rescate al patrimonio cultural, porque lo realicé con el fin de que las personas puedan apreciar la historia escondida que posee cada rincón del Litoral Central", afirma.
-¿Cómo te sientes después de haber conseguido el primer lugar en este concurso?
-La verdad es que fue una gran sorpresa, pero estoy feliz no solo por haber ganado, sino porque creo que he contribuido con un granito de arena al rescate del patrimonio local. Eso me ha motivado mucho en este último tiempo y me siento agradecido de que mucha gente haya apreciado esta investigación.
El trabajo está disponible en el link http://bit.ly/tscartagena.