Crean aparato para medir "in situ" temperatura de volcanes
Investigadores españoles desarrollaron un instrumento de medida para estudiar sobre el terreno y con precisión los incrementos de temperatura que se producen en las erupciones volcánicas.
El instrumento fue creado por un equipo de científicos del grupo de "Displays y Aplicaciones Fotónicas" de la Universidad Carlos III de Madrid, que con su investigación pudo realizar las primeras mediciones de temperatura "in situ" mediante una máquina de laboratorio que simula los procesos volcánicos.
Hasta la fecha, ninguna técnica experimental había sido eficaz para medir la temperatura en el mismo sitio en el que se produce la erupción, según un comunicado de la universidad, en el que también se precisa que las mediciones que puede realizar tienen suficiente resolución espacial y temporal para proporcionar información sobre la mecánica de deslizamiento de una falla sísmica.
La comprensión de la física de los terremotos o procesos de vulcanología se ve obstaculizada por el escaso conocimiento sobre la resistencia de las fallas y la evolución de su temperatura durante un deslizamiento sísmico.
Cuando se produce uno de estos fenómenos, la energía se irradia como ondas elásticas debido al desequilibrio entre la energía liberada alrededor de la falla y la disipada dentro de la misma, lo que pasa, dicen los científicos, porque la baja de la resistencia de la roca es más rápida que la caída de la tensión a la que está sometida alrededor de la falla.
Los experimentos usados para el estudio, desarrollados en colaboración con el Instituto de Vulcanología de Roma, reproducen la evolución de la resistencia al corte en un punto de una falla y la propagación de la ruptura sísmica a escala temporal y espacial, lo cual informa sobre los procesos de deformación que controlan la mecánica sísmica.
"Podemos ir a medir justo en el punto donde se está produciendo ese fenómeno; podemos además determinar el incremento de temperatura en zonas muy pequeñas, cosa que tampoco sería posible con otras técnicas; y las que hemos usado en este estudio aguantan situaciones extremas y temperaturas por encima de los 1.200 grados", explica Carmen Vázquez, profesora de Tecnología Electrónica de la Carlos III y una de las investigadoras de este estudio.
Usando fibra óptica se ha medido la temperatura que se puede producir entre dos fallas tectónicas durante un terremoto porque esta técnica permite medir en entornos de difícil acceso, según la universidad, que destaca que es una tecnología económica y permite medir a distancia.