Niña de 6 años se salvó de milagro al caer a un pozo de más de tres metros
"Se hundió en el fondo. No sé cómo pudo salir. La vi asomar una manito y se afirmó del borde, donde había una escalera", relató la madre.
Han pasado varios días del traumático accidente que sufrió su pequeña hija Rocío, de apenas 6 años, pero María Isabel Llanca todavía no logra recuperarse del susto. Cada vez que habla del tema las lágrimas vuelven a emerger porque esta madre sabe que la niña se salvó de puro milagro.
El recorrido de rutina que María Isabel realiza a diario desde su casa, junto al puente San Enrique, en la localidad del mismo nombre en la comuna de Santo Domingo, rumbo a la casa de su abuela, a unos 15 minutos de distancia, de pronto se convirtió en una verdadera pesadilla.
Según relató a Diario El Líder esta madre, que lleva un año y medio cuidando a su abuelita, a quien todos los días le va dejar el almuerzo, era uno más de sus viajes cotidianos cuando "en el trayecto le digo a las más grandecitas de mis hijas, que iban adelante al lado del coche, que se corrieran para la orilla porque venían autos más arriba; y más atrás iba caminado yo con la guagua en el coche y a la más chiquitita de seis años le digo lo mismo. Cuando ella se sube al borde de la vereda cayó por una cosa como alcantarilla que tenía una profundidad de más de tres metros y que estaba con agua en el fondo".
Desesperación
María Isabel Llanca cuenta que la fosa donde cayó la niña, junto al camino entre San Enrique y Rapel, "no tenía ningún letrero, ni siquiera la tapa. El hoyo tenía una lata y estaba tapado con pasto. La niña cayó parada hacia al fondo. No le doy a nadie lo que pasé porque lo único que veía era su zapatilla y el gorro, que todavía están ahí. Yo grité, solté el coche con la guagua y gritaba. La otra niña afirmó el coche y sujetó a la guagua porque se estaba yendo cuando me lancé para tratar de tomarla y no la veía. Entonces como a los 20 segundos veo su manito saliendo hacia arriba".
En esos momentos, según el relato de esta angustiada madre, "la niña llegó hasta el fondo y desde ahí empujó hacia arriba para afirmarse, porque estaba sumergida. Nos dijeron que el hoyo tiene más de un metro de agua estancada. Ese pozo está ahí de cuando hicieron la carretera, hace más de 25 años y yo que vivo de chica aquí en San Enrique nunca supe que eso estaba ahí, sin tapa, sin protección".
De acuerdo con el testimonio de María Isabel Llanca, al momento de caer su hija dio un grito: '¡mamá!'. "Yo veía su gorro, pero no la veía a ella, solamente sentí el grito y no la escuché más, me rompí las rodillas donde me tiré para tratar de agarrarla, solté a la guagua, pero no la alcancé. Fue desesperante. En eso ella solita logra salir del fondo, para mí fue como un ángel que la salvó, un angelito me salvó a mi hija. Cuando vi salir fue un alivio, y una señora que venía en un furgón me ayudó a tomarla para rescatarla".
El agua la tapó
Fueron apenas segundos los que María Isabel perdió de vista a Rocío Belén, pero para ella fueron probablemente los segundos más largos y terroríficos de su vida. "En esos momentos pensé que mi niña se ahogaba, porque no la veía, no estaba, se hundió en el fondo. Todavía no sé cómo pudo salir. La vi asomar una manito y se afirmó del borde, donde había una escalera, y de ahí subió por todo el borde hasta arriba. Todavía estamos mal…", confiesa la madre.
Y el llanto envuelve las palabras de la atribulada mujer que sufre de tan solo repasar lo que vivió con su pequeña que, lamentablemente, también ha sufrido algunas secuelas. "En las tardes le da una crisis y llora, estuvo como ida, con miedo, menos mal que ayer (el martes) vinieron del colegio Claudio Vicuña, donde estudia ella. Vino el sicólogo y hoy (ayer) le dieron ganas de ir al colegio pero hemos estado toda la mañana llamando para saber cómo esta ella y lo que nos dicen es que ha estado contenta, que estaba jugando normal. Pero me tiene mal toda esta situación porque no dejo de pensar que pudo pasar lo peor y nadie me habría respondido por mi hija", dice.
Tras pasar por esta traumática experiencia María Isabel le da "gracias a Dios porque ella no tiene nada, ninguna lesión. La llevamos al hospital y está bien, pero los niños tienen un trauma porque, el que tiene 11 años me dice "mamá no puedo olvidarme de lo que le pasó a mi hermana". Ella a ratos se acuerda y se pone a llorar, es una niñita que está en kínder y le digo que no se asuste, que ya está con nosotros, que no le va a pasar nada".
Aún presa de la angustia, esta madre quiso compartir su historia para que estos accidentes se puedan evitar de parte de quienes son responsables de estos ductos junto a la carretera.
"El pediatra que la atendió en urgencia, donde le hicieron hartas radiografías, me dijo que el agua la amortiguó porque si no habría quedado toda quebrada porque es muy flaquita. Ahora pusieron una tapa de cemento pero tuvo que pasar todo esto, estamos mal pero como familia vamos a salir de esto y le doy a gracias a Dios que mi hija está viva", sentenció esta madre sobre la milagrosa salvada de su pequeñita de 6 años.
"No tenía ningún letrero, ni siquiera la tapa. El hoyo tenía una lata y estaba tapado con pasto. La niña cayó parada hacia al fondo",
María Isabel Llanca
"No le doy a nadie lo que pasé porque lo único que veía era su zapatilla y el gorro, que todavía están ahí. Yo grité, solté el coche con la guagua y gritaba".