Diego Muñoz Valenzuela: Un alfarero de la narrativa
El principal autor chileno de microrrelatos ha mantenido una estrecha relación con la provincia de San Antonio y fue el gestor central de los 80 años de Neruda.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor chileno
Múltiples razones explican el ruinoso escenario literario chileno actual, salvo contadas excepciones, una de aquellas narraremos hoy.
Diego Muñoz Valenzuela nace el 19 de febrero de 1956 en Constitución (Región del Maule). Es hijo de investigadores, don Diego Muñoz Espinosa (1903-1990), y la señora Inés Valenzuela Arancibia (1925). Tiene dos hermanas, Sonia, violonchelista, y Josefina, Licenciada en Literatura.
Al trasladarse la familia a Santiago se forma en la escuela N°48 de Ñuñoa, y en el Liceo N°7 y el Instituto Nacional.
De aquella crianza evoca valores como libertad y solidaridad, inculcados por su madre. Entre las incontables amistades de sus padres, es indivisible la hermandad que tuvieron con el poeta Pablo Neruda (1904-1973) y su segunda esposa, la pintora argentina Delia del Carril Iraeta (1884-1989), el poeta popular Lázaro Salgado Aguirre (1902-1987), y el folclorólogo Oreste Plath (1907-1996), de este último el autor comenta: "Oreste era invitado frecuente en mi casa, al menos fin de semana por medio. Era muy divertido, sus temas eran el folclor y la literatura".
Egresado en los complejos años de la dictadura cívico-militar opta por Ingeniería Civil Química, al ser un estudiante talentoso en materias científicas. Será en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile donde tiene profesores como Nicanor Parra Sandoval (1914-2018), Felipe Alliende González (1929) y Enrique Lihn Carrasco (1929-1988), con el cual cultiva una estrecha amistad.
En 1984 al conmemorarse los 80 años de Pablo Neruda, Diego junto al guionista Gregory Cohen Muñoz (1953) visitan a la tercera esposa del Premio Nobel, la cantante Matilde Urrutia Cerda (1912-1985) para plantearle realizar un acto cultural de carácter juvenil en la casa de Isla Negra. La instancia resulta un éxito rotundo, logran convocar a más de 2000 asistentes, se reunieron en la playa, con una fiesta que se prolongó todo el día al son de cánticos, buenos comistrajos y bebestibles, bajo la gran consigna "¡Compañero Neruda, presente!".
De su labor institucional co-fundó y participó en la Agrupación Cultural Universitaria (1978-1981), Colectivo de Escritores Jóvenes (1981-1984). Junto al escritor José Paredes (1951) crean la Revista "Obsidiana" (1983) y fue parte de la directiva de la Sociedad de Escritores de Chile-SECH (1984-1996).
En 1999 se une a la Corporación Letras de Chile, la cual es la página más antigua del país, quienes organizan talleres, concursos y están permanentemente publicando artículos y noticias de interés.
Es el segundo vicepresidente en la Sociedad de Derechos de las Letras (SADEL). En el contexto constituyente integra "Hoja en blanco", cuya función apunta al debate cultural en la nueva carta magna.
De sus más de 23 obras destacan "Nada ha terminado" (1984), cuentos; su mítica novela "Flores para un cyborg" (1997) y "Demonios vagos" (2015), de aquella solo en China se han vendido más 8.000 ejemplares como "Venta de ilusiones" (2019).
Por estos días se mantiene plenamente activo, acompañado de sus tres hijos: Diego, músico y periodista; Emilia, ingeniera, y Eloísa, socióloga.