La pareja de fotógrafos que emprendió con sabrosas pizzas
Madelyn junto a su esposo e hijas tienen un delivery de pizzas que nació a raíz de los problemas económicos que trajo la pandemia. Llevan pocos meses de funcionamiento pero dicen que van viento en popa.
Madelyn Castro Mella está casada hace 18 años con Christian Pavez, con quien tiene dos hijas: Antonella, de 16 años, y Julieta, de nueve.
Madelyn, de 33 años, ha hecho toda su vida en el balneario de Santo Domingo. Nació y se crio en la comuna parque, y una vez que se enamoró de Christian, ambos decidieron seguir construyendo su familia en este lugar.
Este matrimonio hace 10 años decidió jugársela y tener un emprendimiento de fotografía. Madelyn se especializó en la toma de fotografías en eventos y en colegios, mientras que Christian en imágenes periodísticas y de autor.
Efecto pandemia
El año pasado, con la llegada de la pandemia del coronavirus, se vieron golpeados por la baja en la cantidad de trabajo, ya que se suspendieron las celebraciones masivas y los niños no iban a clases, por lo que el movimiento del emprendimiento fotográfico disminuyó bruscamente
Madelyn cuenta que "con el covid bajó harto el negocio de la fotografía pero justo a Christian lo contrataron por la Agencia Uno y estuvimos súper tranquilos un tiempo". Sin embargo, esa estabilidad duraría solo unos meses ya que al poco andar Christian dejó la agencia de fotografías periodísticas.
DE LA FOTO A LA PIzZA
En febrero de este año, antes que la incertidumbre se apoderada de ellos, esta familia se reunió y tuvieron una gran idea: se lanzarían a la piscina con un emprendimiento de pizzas a domicilio llamado Higuera Pizzería (@la_higuera_pizzeria_ en Instagram)
Hace algunos años Christian y Madelyn habían aprendido a hacer pizzas porque tuvieron el impulso de tener un negocio de este tipo pero lo dejaron de lado por el éxito y la demanda que tenía la fotografía por ese entonces.
Esta pareja es muy amiga de los dueños del conocido restaurante El Sauce en Lo Abarca. Ambos trabajaron durante varios años en el lugar. Madelyn comenzó de copera, siguió como garzona y terminó como anfitriona. Mientras que Christian fue garzón.
Ambos coinciden que la experiencia adquirida en esa gran escuela fue determinante. "Tenemos la vieja escuela, seguimos la misma línea en la calidad. Por ejemplo, todos nuestros productos son frescos, todo es hecho en el día", cuenta Madelyn.
Su amistad es tan fuerte que fueron los dueños del restaurante quienes les regalaron el horno para que este matrimonio pudiera poner en marcha su nuevo negocio.
Unidos por las pizzas
Christian y Madelyn no trabajan solos. Antonieta y Julieta los ayudan. "Somos un gran equipo los cuatro. Trabajamos unidos y siempre funciona bien, se da, fluye. Las niñas voluntariamente lo hacen", explica Madelyn.
- ¿Cuáles son los roles que tiene cada uno?
-El maestro pizzero es Christian. Él hace la masa con masa madre y una receta secreta. Yo hago todas las salsas a leña y cocino todo el resto. En tanto, Antonella arma absolutamente todas las pizzas y nos organiza. Además, yo hago el delivery y mi hija chica va conmigo contestando los mensajes de los clientes en el celular. Le damos sus lucas para que se compre alguna cosa.
- ¿Cuál es la mayor característica del emprendimiento?
-Que las pizzas tienen nombre de las localidades de acá de Santo Domingo. Por ejemplo, las pizzas se llaman Bucalemu, Convento, Las Salinas, Las Brisas, Río Maipo, por nombrar algunas. Nuestra idea es en el futuro hacer un restaurante cultural en Santo Domingo, darle otra esencia para saber más de este lindo balneario y que no sea solo ir a comer.
-¿Cómo se les ocurrió esta idea?
-Porque con mi familia sentimos que Santo Domingo es nuestro. Conocemos Santo Domingo entero, completo por el tema de la fotografía y nos gusta, nos encanta. Tiene lugares secretos que nadie sabe y nosotros por la foto hemos recorrido todo todo. Hay lugares donde uno no puede entrar si no te dan la pasá por ejemplo, y nosotros hemos estado ahí.
-¿Dónde hacen delivery?
-Hacemos delivery donde nos pidan (+56940774779). Para el campo nos piden mucho. Llolleo, San Antonio también sale. Lo hago personalmente porque quiero que la pizza llegue bien y retroalimentarme del cliente. Me preocupo de que la pizza salga y se vaya a tu casa. No juntamos varias porque tienen que salir calientitas.
Los Pavez Castro aseguran que el primer día que abrieron vendieron nada más y nada menos que 20 pizzas y el segundo subieron a 24. Ellos aseguran que el emprendimiento ha ido creciendo con fuerza. Eso los ha llevado a trabajar de jueves a domingo. Cuentan que en su gran mayoría sus clientes son personas que viven en el balneario pero están convencidos que quieren llegar a todo tipo de público, incluidos los turistas. Hoy están dedicados al ciento por ciento a la pizzería y haciendo fotografías pero solo en eventos.
-¿Qué es lo que más les gusta de Santo Domingo?
-De Santo Domingo nos gusta la localidad, su limpieza y su gente. Nuestra vida gira en torno a la playa, eso nos gusta. Nos encanta caminar cerca de la playa o bañarnos en el mar.
Por estos días Madelyn y Christian están en proceso de remodelación. Hace poco cambiaron el horno y tienen una máquina que les ayuda a fabricar la masa. "Antes mi marido hacía la masa a mano y ahora la hace la máquina y él la retoca", afirma Madelyn.
También ambos están construyendo un horno de barro con la idea de poder cocinar las pizzas en él. "Nos estamos equipando enteros para poder seguir creciendo y atender a nuestro público de la mejor forma. Trabajar en familia es lo que amamos y hacer pizzas se transformó en nuestra nueva vida", concluye.
"Tenemos la vieja escuela, seguimos la misma línea en la calidad (que el restaurant El Sauce). Por ejemplo, todos nuestros productos son frescos, todo es hecho en el día",
Madelyn Castro
"Nos estamos equipando enteros para poder seguir creciendo y atender a nuestro público de la mejor forma. Trabajar en familia es lo que amamos y hacer pizzas se transformó en nuestra nueva vida",
Madelyn Castro