La profesora de educación física que emprendió con barquillos rellenos
Isabel Huidobro mezcla en su vida dos cosas que parecen incompatibles: el deporte y su amor por las cosas dulces. Lo que para muchos es una locura para ella es la combinación perfecta. Aquí cuenta el porqué.
Isabel Huidobro Bezanilla (35 años) viene de una familia de emprendedores. Por un lado, su madre es nada más y nada menos que la creadora de la dulcería Las Bezanilla. Y por otro lado, su padre es dueño de una empresa dedicada a la seguridad llamada Pitbull.
Hace cuatro meses decidió lanzarse con su propio emprendimiento Santa Teresa Sweet. "La idea de este negocio nace porque estoy ligada a los dulces desde niña, crecí con ellos porque mi mamá tiene una dulcería en Santiago", cuenta.
Isabel optó por fabricar barquillos rellenos con manjar y chocolate bitter en diferentes formatos: mini, largos, tortas y paquetes con distintas cantidades (10, 15, 20, 30, 40 y hasta 50 unidades). Además, vende mermeladas caseras de damasco y naranja y en un futuro cercano pretende ofrecer más variedad de productos.
Bautizó su negocio como Santa Teresa Sweet (@santa_teresa_sweet en Instagram) porque vive en una calle que lleva el mismo nombre en la comuna de Santo Domingo.
-¿Cómo surgió la idea del emprendimiento?
-Un día la Ale, una de mis amigas, estaba buscando por todas partes una torta de barquillos rellenos con manjar y chocolate para el cumpleaños de su hija. Resulta que le fue mal aquí en la zona, no encontró a nadie y yo como soy buena pal negocio, se me ocurrió que yo misma podría empezar a hacer la clásica torta de barquillos. Le conté a mi marido y lo encontró súper buena idea, así que me apoyó y le dimos. Conseguí el mejor manjar (que es la clave) y me puse a hacer los barquillos.
Reconoce que tuvo que realizar muchas pruebas con la materia prima para lograr un buen producto final. Explica que los barquillos (vainas) las manda a hacer a un proveedor en Santiago pero todo el resto del proceso lo hace ella misma: el relleno del chocolate, el manjar y el baño de chocolate. Todo lo fabrica en un lugar especialmente acondicionado en su hogar.
"Lo más gratificante es saber que logré tener un buen producto, darme cuenta de que es muy cotizado y que ha tenido una excelente recepción de los amantes del dulce", asegura.
-¿Dónde se pueden encontrar tus productos?
-Tenemos despacho y retiro. Los despachos los hacemos en Santo Domingo y Llolleo, con un costo adicional. Los pedidos se deben hacer con al menos un día de anticipación ya que es un producto que hay que comerlo fresco para que mantenga lo crocante, sobre todo en esta zona donde la humedad es mucho mayor. Además, todos nuestros productos están disponibles donde nuestros amigos del Tubazo Pan en Santo Domingo.
Amante del deporte
Isabel siempre vivió en Santiago. Estudió en el colegio Catalina de Siena y luego entró a estudiar Educación Física a la universidad Andrés Bello.
En la universidad comenzó a hacer bicicleta y de ahí pasó al triatlón. "Entrenaba con mi papá. Salíamos casi todos los sábados a la ruta a pedalear, y así fue mi vida universitaria, súper metida en este deporte que requiere mucha disciplina y que deja poco tiempo libre, pero lo amaba", recuerda.
Agrega que "le debo mucho a este deporte porque encontré una versión de mí que no conocía: la constancia, la perseverancia y la tolerancia a la frustración. Este deporte me ayudó a quitarme muchos miedos y a saber que si me propongo algo, con esfuerzo lo consigo".
A los 27 años y gracias a este deporte, Isabel conoció a su actual marido. "Una amiga del triatlón me presentó en una cita a ciegas a Víctor. Salimos a pedalear un par de veces y al poco tiempo nos casamos aquí en Santo Domingo".
Ya casados, la pareja siguió practicando triatlón. Era tanto la pasión por este deporte que se fueron a vivir a Colina para estar más cerca de los entrenamientos que se hacían los fines de semana en esa comuna de la Región Metropolitana.
Por ese entonces Isabel se desempeñaba como profesora de educación física de un colegio en esa ciudad. "Vivimos cinco años allá, tuve a Diego, mi hijo de cinco años, y ahí fui dejando un poco lo que es competir y entrenar como antes. Luego tuve a Joaquín, que ya tiene tres años y medio".
De la montaña al mar
Desde pequeña Isabel venía a Santo Domingo a la casa de veraneo que tiene su mamá. Desde siempre su sueño fue salir de la capital y vivir en otro país u otra ciudad, pero nunca se le dio la oportunidad.
Víctor, su marido, la primera vez que conoció el balneario fue cuando se casaron y en ese mismo momento se enamoró de la zona por su naturaleza, el paisaje, la tranquilidad y sus jardines.
-¿Por qué se vinieron a Santo Domingo?
-Nos vinimos en enero del 2020 a probar una nueva vida fuera de Santiago. Luego empezó la pandemia y cuando llevábamos tres meses aquí decidimos dejar nuestra vida y casa de Santiago para hacer una nueva vida aquí en el balneario. Nos enamoramos de este lugar por la calidad de vida. ¡La tranquilidad, la paz, la vida para los niños y en especial por el hecho de poder vivir al lado del mar!
-¿Dejaste de trabajar como profesora de educación física?
-Dejé de hacer clases en colegios y hoy me dedico a hacer entrenamiento funcional a domicilio. Soy amante del deporte y mi trabajo principal hoy día es ser profesora y hacer entrenamientos personalizados y grupales.
-¿Puede una deportista ser amante de los dulces?
- La verdad no es que yo sea fanática de los dulces pero siempre he estado ligada a eso por mi mamá y su dulcería. El deporte es una ayuda perfecta para poder comer dulces con moderación y no en exceso, por el gasto energético que uno tiene. Te permite hacer esas ventanas post entrenamiento y comer algo rico.
-¿Cómo compatibilizas tus dos trabajos con el rol de mamá?
-Me cuesta mucho. ¡Es muy difícil! Pero la verdad no me puedo quejar ya que tengo harta ayuda de mi marido que me cubre en todas.
"La idea de este negocio nace porque estoy ligada a los dulces desde niña, crecí con ellos porque mi mamá tiene una dulcería en Santiago",
Isabel Huidobro
"Lo más gratificante es saber que logré tener un buen producto, darme cuenta de que es muy cotizado y que ha tenido una excelente recepción de los amantes del dulce",
Isabel Huidobro
"Le debo mucho a este deporte (ciclismo) porque encontré una versión de mí que no conocía: la constancia, la perseverancia y la tolerancia a la frustración".