Los logros y dificultades de la primera bombera honoraria del cuerpo de Santo Domingo
Dominik Sepúlveda fue durante 12 años voluntaria de Bomberos. En esta institución encontró su verdadera pasión y vocación. Se abrió paso entre muchas vallas que se le presentaron por ser mujer pero, pese a todo, salió adelante.
Dominik Estrella Sepúlveda Droguette (30 años) es una mujer con una fuerza interior y una valentía que asombran. Estas cualidades la llevaron a concretar uno de sus mayores sueños: convertirse en la primera bombera honoraria de la Primera Compañía de Santo Domingo.
Su relación con Bomberos comenzó por casualidad a los 15 años. "Los oficiales de la compañía buscaban a jóvenes en los colegios para pertenecer a la Brigada Juvenil y llegaron donde yo estudiaba. Varias nos inscribimos de monas nomás y de todas las que nos inscribimos quedamos como tres solamente", recuerda Domi, como le dicen sus amigos.
Con el paso de los días le comenzó a gustar cada vez más. Le encantó muchísimo desfilar para el 21 de mayo y aprender sobre la vida bomberil. "Me fui encantando de a poco", confiesa.
Pasaron los años y cuando cumplió 18 años pasó a jurar automáticamente para ser parte de la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, donde permaneció como voluntaria activa hasta el 31 de octubre de este año.
"Tenía miedo cuando juré. No sabía si me la iba a poder. Tengo dos hermanos mayores, soy la única mujer en la casa y ellos siempre me protegían mucho. Por ejemplo, las primeras veces que salían emergencias, ellos iban detrás del carro y yo iba muerta de vergüenza. O cuando hacía ejercicios demostrativos ellos me decían que era bruta que no tenía nada de femenino", rememora.
Sus hermanos y familiares constantemente se hacían la pregunta: ¿A quién habrá salido? Y había una respuesta: su abuelo paterno había sido uno de los fundadores del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo y su papá también había sido bombero. Pero ella nunca lo supo, solamente se lo dijeron el día que juró.
-¿Qué experiencias te marcaron durante tus 10 años primeros años como voluntaria?
-Me marcó mucho el terremoto (2010). Nunca había vivido uno y no tenía ni un año de voluntaria. Atendí mucha gente, gente lesionada, atrapada, llevé agua. Me acuerdo que nos acuartelamos por un mes. Yo me iba a estudiar en las mañanas a San Antonio porque estaba sacando mi cuarto medio y después hacía labores de voluntaria. Fue una pena porque el cuartel se vio muy afectado, en especial la sala de máquinas.
Mamá y bombera
Cuando Domi tenía 24 años quedó embarazada de su hijo Luciano y reconoce no estaba en sus planes ser madre todavía. "Yo estaba con una pena enorme porque decía voy a tener que renunciar a ser bombera. Me hice cuatro test de embarazo, no lo podía creer".
- ¿Y después que tuviste a Luciano seguiste siendo bombera?
-En la compañía nunca había habido un caso donde la bombera quisiera seguir. Entonces el comandante averiguó y encontramos una circular que decía que no se le podía pedir la renuncia a una mujer bombera y que los años de servicio seguían corriendo sin lagunas. Esto es un gran avance porque antiguamente las mujeres que quedaban embarazadas se tenían que retirar.
La relación que tenía Dominik con el papá de Luciano, también bombero, terminó cuando el niño tenía dos años y medio. En ese momento se fue a vivir sola con su hijo. Lo inscribió en un jardín infantil y ella empezó a trabajar. Hacía todo lo posible para que le calzaran los horarios y poder ir a los bomberos. Así se fue reintegrando de a poco sin hacer guardias nocturnas. Nunca tuvo una inasistencia o una anotación en su hoja de vida. Siempre cumplió.
Renuncia dolorosa
Este 2021 ha sido un año lleno de sentimientos encontrados para Domi en su vida bomberil. Este año tuvo una gran alegría cuando la asamblea del cuerpo bomberil votó a favor de que ella fuera merecedora del título de voluntaria honoraria, convirtiéndose así en la primera mujer en obtener este grado. Los requisitos para esto son tener 10 años de servicio efectivo, buena asistencia y una hoja de vida intachable.
Junto con lo anterior también se convirtió en la primera mujer consejera de disciplina de la Primera Compañía de Bomberos de Santo Domingo.
Pero en octubre de este año tuvo que tomar una decisión enormemente difícil y dolorosa para ella. Decidió renunciar como voluntaria para poder tener un trabajo más estable con ingresos fijos. Sin embargo, su nuevo empleo está estrechamente relacionado con los bomberos. Trabaja como radioperadora y secretaria en el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo.
-¿Cómo fue dejar de ser voluntaria?
-Me dio mucha pena irme, aunque no me voy lejos. Pero dejo el servicio que es lo que da la vocación. Con mi salida, lloré, sufrí, de hecho hablo del tema y se me hace un nudo en la garganta (llora). Uno escucha la sirena, el tono y le corren las patitas por llegar al cuartel. Cuando mandé mi carta de renuncia hice ver que la decisión era difícil pero que era más difícil sobrellevar esto. Que ya no iba a portar mi uniforme, portar mi ayuda, subirme al carro.
- ¿En qué consiste tu trabajo actual?
-Yo ahora le trabajo de forma remunerada al Cuerpo de Bombero de Santo Domingo como radioperadora y secretaria. Recibimos la primera llamada de la emergencia. Nosotros evaluamos la llamada, pedimos antecedentes de las personas, mayor información de puntos de referencia, números de teléfono y cortamos. Inmediatamente se rectifica la información con la persona porque a veces son llamadas falsas y ahí se ingresa la información al computador. Tocamos los tonos y timbres de cuartel que llegan por radio a los voluntarios y se tocan las sirenas y se despacha la unidad al lugar de la emergencia.
Dominik se siente una privilegiada de tener este empleo. Trabaja junto a tres compañeras por turnos rotativos de 24 horas y dos días libres.
La gran ventaja para ella es que puede ir con Luciano a su trabajo. Todas las dependencias de la central son como un verdadero departamento: baño, cocina y living -comedor. Cuentan con Internet y TV cable.
"Este trabajo me cayó como anillo al dedo porque con Luciano vivimos solos y no tengo red de apoyo. Poder traerlo es una ventaja. Todos conocen a Luciano desde la guata. Lo regalonean, dormimos acá, tenemos nuestro clóset. Es un ambiente súper familiar, muy grato para mí. Los turnos se me pasan rápido", dice Domi.
- ¿Cómo ha sido para Luciano este mundo?
-Para él ha sido muy entretenido. Llegamos a la casa y empieza a jugar a los bomberos. Me imita y habla en clave (risas).
- ¿Cómo te ves en el futuro?
-Siendo bombera (risas). El otro año me inscribí para estudiar contabilidad online pero lo único que quiero es volver a ser voluntaria pronto. Me llena el corazón y así soy feliz.
"Tenía miedo cuando juré (como bombera). No sabía si me la iba a poder. Tengo dos hermanos mayores, soy la única mujer en la casa y ellos siempre me protegían mucho",
Dominik Sepúlveda
"Me marcó mucho el terremoto (2010). Nunca había vivido uno y no tenía ni un año de voluntaria. Atendí mucha gente, gente lesionada, atrapada, llevé agua",
Dominik Sepúlveda