No importa si es tieso: profesora brasileña enseña danza africana
Paula de Abreu lleva años enseñando esta disciplina en todo el Litoral Central ya que "danzar representa un acto de libertad".
La danza ha jugado un rol muy importante en la vida de Paula de Abreu. Esta profesora recordó que desde muy pequeña veía a su abuela bailar, porque en Brasil esto representa un "acto de libertad".
"La danza siempre ha estado en mi porque yo nací en una cultura donde mi abuela danzaba. Las familias danzan en Brasil, es un espacio del compartir cotidiano. Tu caminas por las playas y hay personas danzando. No está prohibido ni apuntado con el dedo", explicó.
En 1987, Paula viajó por primera vez a Chile junto a su madre, y aunque a esta última no le gustó mucho la experiencia, al año siguiente regresaron.
"Soy de Brasil, de Sao Paulo. Mi mamá se casó con un chileno y, la verdad es que el primer impacto que ella tuvo en Chile no le gustó para nada. Era un país muy distinto a lo que es ahora. En esos años aún estaban en dictadura", recordó y luego añadió que "mi madre no se adaptó, pero entendiendo que estaba enamorada de un chileno, y cuando uno es chico, finalmente vive donde lo hacen sus padres. Vivíamos en Brasil, después regresábamos a Chile, así estuvimos por un tiempo".
Danza africana
Paula se inició en la danza africana con una profesora de Santiago, quien fue una de las precursoras de esta disciplina en el país.
"Raga Kaur fue una de las primeras profesoras que inició la danza africana en Chile. Ella tenía un músico espectacular que ya no está y que se llamaba Rodrigo Riffo. Junto a ellos aprendí, en gran parte la danza africana porque tenía un rescate muy distinto a lo que las bailarinas hacen hoy con la danza africana", enfatizó.
Este proceso fue muy provechoso para la instructora ya que, según lo expresado por esta vecina de El Tabo, "fue muy bonito para mí porque me empujó a potencializar mi negritud en un país de personas mestizas y racista. Aprendí a empoderarme, a levantarme y apropiarme de mi negritud, a rescatarla porque yo estaba viviendo un proceso de asimilación con la cultura chilena muy potente".
Por muchos años, y según lo comentado por la profesora de danza, estuvo inmersa en un proceso de "asimilación cultural". Esto la llevó a potenciar con más fuerza sus raíces, aunque en un principio no fue una tarea fácil.
"Al final te terminas blanqueando un poco. Te quieres alisar el cabello porque tu pelo natural es muy agresivo. La gente lo toca, te preguntan cómo te lo lavas y si es difícil peinarlo, entonces de repente tu vida está girando en torno a esa narrativa y la verdad es que te cansas un poco", contó.
"Lo más fácil era entrar en el proceso de asimilación cultural. Vestirse no tan colorida, sin mostrar tanta piel. Yo era una niña que necesitaba salir de ese molde y la danza africana me potenció en salir de esa estructura, que en realidad no tenía que ver conmigo. Comencé a danzar, a liberarme y a expresarme", agregó.
En el 2001, Paula viajó a Brasil para tomar algunos cursos y seguir perfeccionándose en la danza. "Fue un viaje de estudio donde pude conocer que tan empoderado está la negritud en Brasil con su tema cultural y cómo ha ido avanzando en todos estos años", detalló.
Con el paso del tiempo, Paula fue tomando seminarios y talleres con distintas profesoras en esta búsqueda por aprender sobre la danza africana desde su orígenes. "En África las personas le bailan al sol, al nacimiento, a una boda o a la muerte".
"Lo más maravilloso de la danza africana es que viene a hacer una transformación en nuestras vidas a través de sus danzas simbólicas. La vida puede ser danzada, pero hoy el único medio de danza sigue asociado solo a las discotecas", recalcó.
En Chile, la situación ha ido cambiando, según lo indicado por la profesora, aunque de igual manera, "las personas siguen asociando la danza a lo prohibido".
"Yo soy tieso o soy tiesa, esto no me va a resultar. En mis clases yo me preocupo de esto porque es un lenguaje que hace mal al cuerpo, que lo enferma", aclaró.
-¿Por qué decides hacer clases de danza?
-Cuando llegué al litoral, la gente tenía una imagen bien burda de lo que era la danza africana. Se imaginaban a los negros con el hueso en la cabeza, y lo expresaban de esta forma. Con el tiempo pude incluir el trabajo comunitario a través de la historicidad, de contar qué está pasando con el cuerpo cuando danza y cuáles podrían ser los resultados para esas personas el danzar porque danzar genera un estado anímico distinto de alegría, de desconectarse y es ahí donde comienza a aparecer el autoestima porque vas teniendo logros a través de tu propio esfuerzo y eso lo vas viendo en la vida cotidiana.
En la actualidad, Paula realiza talleres de danzaterapia en la oficina del Adulto Mayor en la Municipalidad de El Quisco, y los miércoles desarrolla sus clases de danza africana en la plaza Camilo Mori, a las 18 horas.
"No hay un requisito para bailar porque la clase es para toda la familia. En estos años he hecho un trabajo de educación a través de las danzas. Bailar se transforma en un momento de descarga y de liberación", recalcó.
Para conocer las clases y actividades que realiza Paula a lo largo de todo el Litoral Central pueden seguirla en el Fanpage "Ancestral Dance" y en Instagram ancestra_dance, donde está entregando información sobre sus clases y las actividades que realiza, ya que hasta ahora no cuenta con un lugar físico dónde poder llevar a cabo sus clases.
"Mi trabajo como profesora de danza africana está en la etnografía de los movimientos, qué significa. Me gusta hablar de danzas africanas étnicas porque yo no solo hago danzas de Guinea. Hago danza de Mali o afrobrasilera", enfatizó.
"Cuando llegué al litoral, la gente tenía una imagen bien burda de lo que era la danza africana. Se imaginaban a los negros con el hueso en la cabeza",
Paula de Abreu,, profesora de danza africana.