El cellista sanantonino que trabaja para acercar la música docta a todos
Jesús Rodríguez lleva siete años como director de orquestas juveniles de la región y actualmente enseña violoncello en su comuna natal a través de la Agartha Cultura.
A los 15 años, cuando estudiaba en el Instituto del Puerto, Jesús Rodríguez Rubio se integró a la Orquesta infantil y juvenil de San Antonio, que abrió un nuevo mundo ante él.
"Siempre toqué instrumentos en el colegio, flauta, guitarra y tenía una banda con mis compañeros. Ya en la media mi profesor de cello de la orquesta, Francisco Palacios, vio que me iba perfilando en el asunto y me llevó a estudiar al Conservatorio de Viña del Mar", recuerda el actual director de orquestas infantiles y juveniles.
En ese momento, comenzó a viajar al conservatorio y, en sus palabras, "de ahí en adelante fue como una bola de nieve, porque empecé a tocar en orquestas en Santiago y Valparaíso".
Incluso, cuando estaba en cuarto medio participó en un certamen y fue seleccionado para integrar la Orquesta Iberoamericana de Juventudes Musicales, que ese año se reunió en Uruguay y estaba compuesta por jóvenes talentosos de España, México, Colombia, Argentina y otros países de Latinoamérica.
-¿Cómo fue esa vivencia?
-Fue bien impactante para mí, yo era súper chico y toqué con una directora brasileña connotada. Fue súper bonito todo, había una delegación de chilenos, que ahora somos colegas, y jóvenes de otros países. Esa fue la primera vez que salí del país por la música, después vino Brasil, Argentina y luego cursé estudios en Europa.
Director
Tras esta experiencia, lo lógico era que Rodríguez continuara su camino en la música, aunque revela que cuando salió del colegio "iba a estudiar arquitectura, pero mi familia no me dejó, me dijeron que no, porque ya estaba en esto hace tantos años, y estudié música en la Universidad Católica de Valparaíso", donde se graduó como Licenciado en Artes Musicales y luego en Interpretación Musical.
Desde 2014 se desarrolla como profesor de violonchelo y director en orquestas juveniles, siendo elegido en 2015 como uno de los 33 jóvenes líderes de la región de Valparaíso por la Fundación Piensa y El Mercurio.
En la provincia, dirigió orquestas en Cartagena, Algarrobo y El Tabo y desde hace algunos años está a cargo de la Orquesta Juvenil de Cuerdas de Viña del Mar y de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Escuela Artística de Villa Alemana.
-¿Cómo fue pasar de un chico que se formó en una orquesta juvenil a dirigirlas?
-Creo que ese siempre fue mi foco cuando entré a estudiar música, porque creo que el movimiento de orquestas juveniles, que impulsó Jorge Peña Hen, es muy potente. Yo creo que es el símil de lo que le pasa a la gente con el deporte, aquí los chicos puedan encontrar un sentido a lo que están haciendo y no necesariamente profesionalmente, como lo hice yo.
Para él, estos espacios formativos son relevantes porque "la música es un potente formador, está más que comprobado lo que hace neurológicamente con el cerebro y, por otro lado, forma valores como el respeto, el trabajo en equipo y un montón de cosas. Me gusta mucho eso, me gusta ver que los chicos forman comunidad a través de la orquesta".
Sobre las orquestas infantiles y juveniles, creadas en 1964 por el músico asesinado por la dictadura Jorge Peña Hen (1928-1973), el sanantonino destaca que "hay un componente democrático súper fuerte, hoy las orquestas están abiertas, te pasan instrumento y te dan clases gratuitas, entonces eso hace que cualquier niño, no importa de donde venga, se junte con otros a hacer música y creo que eso es muy bonito".
Democratizar
Para él, "el rol colaborador y formativo de la orquesta va más allá de la música y no hay que perderlo de vista nunca por el sentido artístico". Es por esto que participa de la Orquesta Solidaria, que busca llevar la música sinfónica a personas sin acceso a esta.
"La orquesta nació en el momento del estallido social, donde fuimos con un grupo de músicos autoconvocados a tocar a la toma Violeta Parra (Valparaíso) y ahí la Fundación Hispanoamericana vio esto, le gustó mucho la idea y hoy la orquesta beca a estudiantes de música anualmente", comenta.
El destacado cellista cuenta que a principios de esta semana tocaron en un centro del Sename (Servicio Nacional de Menores) en Valparaíso. "Más allá de que los chicos participen en una orquesta, creemos que el movimiento musical, o el arte en general, puede cambiar la vida o colaborar en una mejor calidad de vida".
Una de las preocupaciones en su carrera es la de democratizar el acceso a la música docta.
"Hay un mito de que hay que entender mucho (la música docta) para disfrutarla. En esa línea es la que más estoy trabajando hoy, el año pasado tuve la oportunidad de dictar un curso de apreciación musical y tuvo una súper buena recepción, porque al final es deselitizar y desintelectualizar el asunto, porque hay un componente intelectual muy elevado, pero no es necesario para disfrutar de la música y conocerla".
"Hoy estamos haciendo con los instrumentos sinfónicos música de distintos orígenes, música popular, también música docta para darle este nuevo sello. Yo creo que la gente se pierde de muchas posibilidades por desconocer esta música y no necesitan saber mucho, solo escucharla, darle una oportunidad en la oreja, conocer un poquitito más de la obra y lo van a disfrutar un montón", expresa.
-¿Tú conocías este estilo musical antes de aprender violoncelo?
-No mucho. Dicen que de niño me acercaba a los gregorianos, de inquieto, pero nunca tuve esa cultura y tampoco en el colegio. Yo solo tenía las ganas de tocar guitarra, tocar con más gente y veía que se me estaban dando las cosas en cuanto a cualidades técnicas que podía desarrollar, era algo que me gustaba, lo estaba pasando bien y fue decantando en esto.
Agartha
Luego de años trabajando en otras ciudades de la región, este año Rodríguez retornó a San Antonio para sumarse a la Academia de Arte Agartha (fundada por Esteban González, quien fue su compañero de la orquesta infantil local), donde dicta clases de violoncelo.
"La idea es devolver la mano y que más chicos tengan la oportunidad de participar y aprender. Para mí es súper importante que se articule con otros centros de estudios y se profesionalice, porque orquestas juveniles hay un montón, pero, como nos pasó a nosotros, cuando quisimos profesionalizarnos tuvimos que irnos a estudiar afuera", manifiesta.
Para él, "San Antonio merece tener eso, estamos al lado de Santiago y Valparaíso y ese es un poco nuestro karma, porque estamos cerca para irnos y nos vamos. Estoy sacando la pedagogía en música y ahora hice la práctica y había chicos súper talentosos que no habían escuchado un cello y hay que masificar eso, a veces las políticas apuntan al perfeccionamiento (de los músicos) más que a la masividad (…). En San Antonio tiene que haber más oportunidades, que se abran más escenarios".
-¿Por qué decidiste estudiar pedagogía?
-Nosotros los músicos tenemos la gran responsabilidad, y los colegios, de mostrarles y enseñarles a los niños este mundo infinito que es la música y que ellos puedan apreciarla y disfrutarla. El día de mañana las ciudades pueden ganar vida con esto, sería súper lindo que caminemos hacia que los fines de semanas salgamos a pasear por nuestra ciudad, San Antonio ojalá, y tengamos conciertos donde la gente se congregue.
Para conseguir esto, Rodríguez expresa que la educación artística es fundamental. "Tengo una hija de siete años que tiene súper clarísimo el cuidado del medio ambiente porque hay una labor en los colegios en ese sentido, sin embargo, en el arte no sé sí estamos así, y si no lo hacemos nosotros, no podemos esperar que lo hagan otros".
-¿Cuáles son tus planes a futuro?
-Soy un enamorado de la región y por lo pronto me gustaría seguir desarrollando los proyectos donde estoy, Villa Alemana y Viña, e involucrarme más con San Antonio; servir de puente para que los chicos tengan la oportunidad de conocer más cosas, el mundo musical es enorme y, más allá de lo que podamos creer, Chile tiene una tradición en celo muy grande, muchos cellistas chilenos han sido grandes maestros.
"La música es un potente formador, está más que comprobado lo que hace neurológicamente con el cerebro y, por otro lado, forma valores como el respeto, el trabajo en equipo y un montón de cosas",
Jesús Rodríguez Rubio
"Hay un componente democrático súper fuerte, hoy las orquestas están abiertas, te pasan instrumento y te dan clases gratuitas",
Jesús Rodríguez Rubio