Mujer acusa a hospital de no atender a su madre diabética
Genoveva Osorio Arancibia, de 77 años, esperó en Urgencias del recinto asistencial desde antes de las 9 de la mañana hasta las 17.30 horas.
Jacqueline Santis Osorio llegó a las 8.40 horas hasta la sala de Urgencias del hospital Claudio Vicuña de San Antonio porque su madre, la adulta mayor Genoveva del Carmen Osorio Arancibia no sentía sus piernas.
Genoveva Osorio, de 77 años, es diabética, hipertensa, asmática, sufre de artritis y fue diagnosticada con trombosis venosa profunda. "A mi madre la ingresaron a las 9.05 horas y le tomaron la presión. Había cuatro personas cuando llegamos. Pasaba la hora y no la llamaban", relató su hija Jacqueline Santis.
Agregó que, en un momento, cuando tuvo que llevar a su madre hasta los servicios higiénicos del hospital, esta se cayó y tuvo que pedir a personas que estaban esperando igual que ellas, que la ayudaran a levantarla. "Fue un martirio poder ponerla de pie, y gente del hospital no hizo nada", aseguró.
Informaciones
Jacqueline Santis contó que después de un par de horas se acercó hasta la oficina de Informaciones donde le dijeron que su madre tenía prioridad cinco y que iban en la número tres.
"En ese momento le pregunté cuánto tiempo más tenía que esperar y me contestó que podía esperar todo el día, con una sonrisa de burla", denunció la mujer.
Esperó hasta las 12 horas, se acercó nuevamente porque sentía que llegaba y salía gente, "se iban renovando las personas, entrando y saliendo", explicó.
Cuenta que pidió el libro de reclamos sin antes explicarles a las profesionales que atendían que no podía esperar más con su madre en el estado que se encontraba. "Tenía las piernas muy hinchadas, ella las sentía calientes, pero estaban muy frías porque la sangre no le circulaba. Cuando insistí que me pasaran el libro de reclamos, me dijeron que para qué iba a hacer el reclamo si ellas después sacaban la hoja y se rieron", afirmó.
En ese momento decidió acercarse a la guardia para explicarle la situación y ver si podía recibir ayuda. "Le expliqué el problema y ella me dice que cómo era posible que tuvieran a mi mamá esperando tantas horas ahí. Fue adentro, cuando vuelve me señala que la doctora le dijo que me fuera a un Sapu. Ya eran las 15 horas", recordó Jacqueline.
"Le manifesté que no me iba mover de ahí hasta que atendieran a mi madre porque no iba a perder toda la mañana con ella sin desayuno y sin pastillas; yo también soy diabética y no tenía ningún remedio", agregó.
Finalmente, a las 17.30 horas, una voz masculina habla por altoparlante y señala a los presentes en la sala de Urgencias del hospital Claudio Vicuña que se vayan a un Sapu o al consultorio más cercano "porque estamos colapsados".
"No nos atendieron. Eso es una falta de respeto para una persona de la tercera edad y una burla para la comunidad el tipo de atención de este hospital", manifestó Jacqueline que tuvo que conseguir una silla de ruedas para salir con su madre, que no podía caminar, hasta la clínica que está frente al hospital.
Atención
"Crucé a Intermedical porque no sabía qué hacer. Me recibió un doctor de turno que le hizo una radiografía a las rodillas y me recomendó que mi madre fuera a un especialista porque no estaba bien de sus piernas. Ya no camina", se lamentó.
Jacqueline pidió un Uber para que las llevara hasta su casa en la población El Retiro en Llolleo. "Cuando llegamos a la casa no la podía bajar, tuve que pedir ayuda porque ella no podía mover sus piernas. Fue tanta la pena que sentí al momento de bajarla porque no aguantó más y se orinó, la tuve que dejar sentada a la entrada de la casa porque no quería entrar. Ella lloraba de dolor, no daba más de dolor".
"Quiero que esto se haga público porque no es posible que el hospital no atienda a una persona adulta mayor como los médicos y autoridades dijeron por todos los medios que iban a ser prioridad, no es así, yo lo viví y me da pena que hagan esto a mi madre y quizás a cuántas otras personas de la tercera edad", concluyó.
Hospital
El hospital Claudio Vicuña señaló que el reclamo debe ser canalizado a través de su Unidad de Atención a las Personas, el cual será respondido en el plazo establecido por ley. Daniel Olivares Acuña, director subrogante del establecimiento se comprometió a indagar el hecho denunciado.
"Cuando insistí que me pasaran el libro de reclamos, me dijeron que para qué iba a hacer el reclamo si ellas después sacaban la hoja y se rieron",
Jacqueline Santis.