La mujer que comenzó a vender joyas para liberar su corazón y su mente
Marisol Jerez ha tenido dos grandes dolores en su vida y ambos tienen que ver con enfermedades que sufrieron sus hijos. Sin lugar a dudas su fuerza y resiliencia conmueven. Esas mismas virtudes la llevaron a emprenden con una tienda de accesorios en medio de la incertidumbre y la angustia.
Marisol Angélica Jerez Madariaga tiene 58 años y durante casi toda su vida vivió en Santiago. Hace cuatro años tomó la decisión de migrar a Las Cruces junto a su pareja, Gonzalo, a quien se le presentó la oportunidad de trabajar en un proyecto inmobiliario en la zona. Ellos están juntos hace 15 años.
Marisol dejó su vida en la capital para cumplir su sueño de vivir en la playa. Además, la movilizaba mucho la idea de estar cerca de su madre, Mariluz, quien tiene 82 años y residía en El Quisco hace algún tiempo. Sus dos hijos, Pola y Enzo, ya estaban grandes (33 y 35 años), independientes y se atrevió a dar el paso.
Todo por sus hijos
Cuando Marisol tenía 27 años y su hijo tan solo cuatro, protagonizó el momento más duro y difícil de su vida. A Enzo le detectaron un tumor cerebral y debió someterse a una cirugía que no tuvo los resultados esperados. Luego de eso, lo llevaron a Estados Unidos donde fue intervenido por segunda vez lo que trajo como secuelas la pérdida del habla; que luego recuperó; y una parálisis de todo el lado derecho.
-¿Cómo vivió esa etapa tan dura para una madre?
-Primero con revelación y después con aceptación. Siempre lo crie como un niño normal aunque sufrí cualquier cantidad en el proceso. Él se duchaba y yo me quedaba parada en la puerta vigilando que no le pasara nada. Cuando no podía hacer algo, yo le decía 'mi amor si vas a poder más adelante' y aunque hubo cosas que no logró, por lo menos lo intentó. Es increíble que muchas veces uno se hace más problema y sufre más que ellos porque él era un tira para arriba, un cabro súper power. Traté que su capacidad no lo estancara en la vida.
-¿Le costó dejar Santiago y alejarse de su hijo e hija?
-Me costó mucho al principio porque los extrañaba. Éramos muy aclanados. La parte maternal me tocó pero a la vez lo disfruté porque nos hacía falta independencia. Por la enfermedad de mi hijo teníamos mucho apego y hoy puedo decir que ha sido bueno porque hemos crecido.
Marisol cuenta que "él eligió como profesión todo lo que yo no le recomendé. Yo le decía que era mejor la computación, por ejemplo, pero optó por ser preparador físico y profesor de tenis, demostrando que nada es imposible".
Cuando ya tenía superada la enfermedad de su hijo, el destino la sorprendió con otro golpe duro en diciembre de 2020. Esta vez era su hija Pola la que se enfrentaba a un problema de salud. "Lo de mi hija fue sorpresivo. Le dio una bronquitis fuerte y no se le pasaba por lo que decidió ir al doctor. Ella se había venido a vivir a Algarrobo hace pocos meses y se tuvo que devolver. Le diagnosticaron púrpura, que es una baja de plaquetas, una enfermedad autoinmune", relata.
Esta enfermedad la acompañará durante toda la vida y se combate con corticoides en unos tratamientos muy severos y agresivos. Por eso el acompañamiento de Marisol ha sido fundamental para su hija.
-¿Cómo tomó usted el diagnóstico de tu hija?
-Uno hace y vive todo por sus hijos. Estuve pésimo pero después lo acepté, me vino la calma y dije: 'voy a hacer algo que me va a servir para moverlos a todos y nos dará energía'. Así nació mi emprendimiento.
Emprender con el alma
Marisol estaba viviendo una de las etapas más difíciles de su vida y sentía que tenía que hacer algo que la hiciera sentir viva y le devolviera las energías. "Quería despejar mi mente", dice.
Fue así que decidió importar todo tipo de accesorios y venderlos s través de Instagram a todo Chile. Así creó Bohomar Tienda (@Bohomar.tienda). "Siempre me gustaron las ventas y desde niña me han gustado los accesorios. Encuentro que un accesorio te arregla cualquier tenida. El accesorio con la misma ropa te hace lucir diferente, te cambia la actitud frente al espejo", asegura.
-¿Cuál es el sello de sus joyas y accesorios?
-Los elijo con dedicación como si todas fueran para mí, es decir, son todos de mi gusto. No elijo algo porque está de moda, sino porque me gusta. Los elijo de calidad, pienso en lo que me gusta y acomoda. Un accesorio te hace el día aunque no salgas a ninguna parte. Te sientes más viva.
-¿Qué hacía antes de vender joyas?
-Siempre trabajé en la administración de una constructora de piscinas. Estuve 14 años y en un minuto quedé cesante en Santiago. Ahí vendí ropa de mujer con lo que me divertí mucho. Hacía reuniones en mi casa, aperitivos donde las mujeres iban, conversaban, lo pasaban bien y compraban ropa. Con esto vi una oportunidad y también cubrí una necesidad económica. Siempre fui independiente y tenía la inquietud de sentirme viva y tener mis propios ingresos.
Explica que el reencuentro con el trabajo la ha hecho sentir viva y que su nuevo negocio ha sido una terapia familiar. Sus hijos la ayudan y se sienten orgullosos de ella. Por ejemplo, su hija la ayuda a elegir las joyas más juveniles que importan o a hacer los paquetes navideños. "Se ha dado una linda dinámica familiar en torno al emprendimiento y ellos vibran con lo que estoy haciendo", dice orgullosa.
En un futuro piensa hacer asesorías de imagen para aquellas mujeres que quieran. Esta idea se le ocurrió ya que muchas clientas le preguntan qué ropa usar con qué accesorio por ejemplo, y le mandan fotos o videos por Instagram.
-¿Qué aprendizaje le ha dejado su historia de vida?
-Que la vida hay que vivirla y aprovecharla al máximo. Que no hay edad ni tiempo para hacer las cosas. A toda edad se puede empezar algo y te hace sentir vivo, vigente, no hay caducidad. Y en especial que hay que aceptar todo en la vida, aunque duela.
"Él (su hijo) eligió como profesión todo lo que yo no le recomendé. Yo le decía que era mejor la computación, por ejemplo, pero optó por ser preparador físico y profesor de tenis, demostrando que nada es imposible",
Marisol Jerez
"Siempre me gustaron las ventas y desde niña me han gustado los accesorios. Encuentro que un accesorio te arregla cualquier tenida",
Marisol Jerez
"Siempre trabajé en la administración de una constructora de piscinas. Estuve 14 años y en un minuto quedé cesante en Santiago. Ahí vendí ropa de mujer con lo que me divertí mucho".