La presencia de cientos de ejemplares de fragata portuguesa en las playas Chépica A y B llevaron a la autoridad sanitaria prohibir el baño en ambos balnearios. Otros especímenes también se encontraron en Santo Domingo.
Como explicó el conservador del museo de San Antonio. José Luis Brito, su presencia es habitual en las costas provinciales, pero el contacto con los humanos puede ocasionar consecuencias.
Además de este peligro existe otro, ya que se puede confundir con las medusas, ya que son primas lejanas y si bien comparten la característica de tener tentáculos urticantes (nematocistos), las fragatas portuguesas son animales distintos.
Una de las grandes diferencias apunta a que las fragatas portuguesas son organismos coloniales conocidos como sifonóforos, formados por muchas unidades más pequeñas llamadas zooides.
"Los sifonóforos son una colonia de organismos unicelulares incapaces de moverse a través del agua por sí mismos. En contraste, las medusas son organismos individuales capaces de moverse a través del agua", explicó la doctora Kathleen Whitlock, doctora en Zoología e investigadora en Desarrollo y Genética del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso (Cinv).
Los sifonóforos, también conocidos como "falsas medusas", pueden desplazarse a grandes distancias, sin voluntad propia, debido a las corrientes marinas y la ayuda del viento.
La presencia de estos organismos en el litoral central ha obligado el cierre temporal de concurridos balnearios en pleno inicio de la temporada de vacaciones, como medida preventiva frente al riesgo de exposición a los bañistas.
La científica señaló que los tentáculos de la fragata portuguesa pueden alcanzar hasta cincuenta metros de largo. En ellos se encuentra una neurotoxina, que secreta para cazar o defenderse.
La picadura de la fragata portuguesa podría producir en las personas dolor intenso en la zona de la picadura, además problemas respiratorios y paros cardíacos, incluso con ejemplares muertos. Por lo tanto, la científica aconseja jamás tocarlas, aun cuando se encuentren esparcidas en la arena sin vida.
Para la doctora Kathleen Whitlock la presencia de la fragata portuguesa en nuestras costas es un buen recordatorio de la diversidad de vida de nuestro planeta. Sin embargo, el aumento de su presencia en nuestras costas se debería, en parte, al cambio climático y a la sobreexplotación de los recursos marinos.