Una larga historia de amor que cumplió más de medio siglo
Leontina García y Raúl Urra se conocieron cuando ella tenía 14 años y él 21. Se casaron cuatro años después, en 1971, y ahora reafirmaron su amor con la celebración de las bodas de oro. Aquí cuentan cómo se han mantenido unidos.
Raúl Hernán Urra Meléndez (75 años) es oriundo de la localidad rural de Licancheo, en la comuna de Navidad, donde vivía con sus padres y sus ocho hermanos. Leontina del Carmen García León (68), en cambio, es nacida y criada en San Antonio, en el sector de Barrancas, donde creció acompañada de su familia compuesta por sus papás y siete hermanos.
El sábado recién pasado celebraron sus bodas de oro y renovaron sus votos matrimoniales, lo que para ellos representa el comienzo de una nueva etapa y la confirmación de su largo amor que ya superó el medio siglo. Por lo mismo, se casaron nuevamente con ceremonia religiosa, paseo en auto, vals y todo, pero esta vez, a diferencia de la primera, estuvieron acompañados por sus hijos, nietos y amigos en la Iglesia Evangélica de Bellavista-Brasil para luego celebrar con una recepción en el Club de Tenis de Llolleo.
Su historia
Viviana Urra García (40), hija del matrimonio, cuenta que cuando se conocieron "la mami Leo tenía 14 años y el papi Raúl, 21", y agrega que "la primera vez que se vieron fue por casualidad en unas de las calles de Barrancas. Mi papi, apenas vio a mi mami, quedó encantado con ella. Fue la primera vez que cruzaron sus miradas, pero no pasaron ni un par de días cuando él le pidió pololeo y ella le respondió que no porque tenía que pedir permiso a sus padres. Ella no quería pololear todavía porque era muy joven".
Fue entonces que Raúl decidió pedir ayuda a la madre y los hermanos de Leontina. "La llevaron engañada a una fiesta en plena navidad, donde él la estaba esperando muy tierno con las manitos en los bolsillos y ella, al verlo, se puso muy feliz", relata la hija.
Raúl le pidió pololeo en 1967. Estuvieron de novios cuatro años y se casaron el 29 de diciembre de 1971. Ella tenía 18 años y el 25.
Amor eterno
"Ellos han sido fans el uno del otro durante toda la vida. Cuando se conocieron él jugaba fútbol en el Ferroviario. Ella lo iba a ver al estadio y no se perdía ningún partido. Cuenta que hasta un pelotazo en la cara le llegó una vez por estar obnubilada mirando a mi papá", cuenta con una carcajada Viviana.
Agrega que, en ese tiempo, su madre cantaba en todas las fiestas de la primavera y en competencias estudiantiles u otras que hubiera en la comuna. "Era conocida como Carmen García, la "Cecilia Porteña" y donde estuviera, él siempre la iba a ver cantar. La mami cantaba solo en concursos. Aunque le hicieron propuestas para que siguiera cantando postergó lo que le gustaba hacer porque fueron naciendo sus hijos".
Don Raúl Urra cuenta que "una vez ella estaba cantando en un concurso, yo estaba entremedio del público y cuando me vio se puso tan feliz y cantó con tanta emoción que sacó el primer lugar", asegura.
En su época productiva, Raúl trabajaba en mantención mecánica en las pesqueras y también de vehículos; mientras que Leontina era profesora de párvulos. Actualmente ambos están jubilados.
Familia feliz
Raúl y Leontina tienen cinco hijos, once nietos y otro en camino, además de dos bisnietos. Ambos coinciden que lo mejor que les pasó como familia fue la llegada de sus cinco hijos: Marcelo, David, Carmen, Viviana y Daniel.
"Agradezco los maravillosos hijos que tengo. La felicidad fue aún más grande cuando llegaron los nietos y bisnietos, a quienes amamos con todo el corazón. Dios hizo misericordia con nosotros", valora Leontina.
De hecho, los votos matrimoniales, el matrimonio y la celebración fue un regalo de los hijos que quisieron agasajar a sus padres con aquello que siempre anhelaron. "Quisimos devolverles en parte lo que ellos han hecho y siguen haciendo por nosotros. Así que nos organizamos y nos dividimos los roles. Mi hermana y yo nos preocupamos del vestido y todo lo que la mami necesitaba. Mis hermanos hombres se preocuparon del papi", detalla Viviana Urra García.
Con orgullo, la hija añade que "el matrimonio tuvo de todo: torta de novios, auto para pasear a los novios, bailaron el vals, la novia arrojó el ramo. Fue muy lindo y un merecido reconocimiento a su amor y entrega. Ver la cara de felicidad de mis viejitos no tiene precio".
-¿Por qué aceptaron casarse nuevamente al cumplir 50 años de matrimonio?
-Leontina: Decidimos casarnos para celebrar nuestro eterno amor junto a la familia. Las bodas de oro son importantes y especiales en cualquier matrimonio porque con ellas se confirma y reafirma el juramento de amor, compromiso y fidelidad. Cuando cumplimos 40 años, dijimos que si llegábamos a los 50 haríamos una gran celebración. Era nuestro anhelo y lo logramos gracias a Dios y al amor de nuestros hijos.
-¿Cómo han sido estos largos 50 años de matrimonio?
-Raúl: Con altos y bajos, con enfermedades, dificultades, pero con amor hemos podido salir adelante y ha sido lo primordial para mantener todos estos años de matrimonio.
El mayor de sus hijos, Marcelo Urra García (49) también se refirió a la relación de sus padres señalando que "durante todos estos años los he visto mantenerse firmes y hacer de esta travesía un paseo maravilloso. El verdadero amor no tiene final feliz, porque el amor verdadero no termina nunca. Me han enseñado que el amor de pareja existe. Verlos juntos me llena de orgullo y de emoción, me siento afortunado de ser parte de esta unión. Los amo hoy y siempre".
"La primera vez que se vieron fue por casualidad en unas de las calles de Barrancas. Mi papi, apenas vio a mi mami, quedó encantado con ella",
Viviana Urra,, hija del matrimonio
"Una vez ella estaba cantando en un concurso, yo estaba entremedio del público y cuando me vio se puso tan feliz y cantó con tanta emoción que sacó el primer lugar",
Raúl Urra
"Decidimos casarnos para celebrar nuestro eterno amor junto a la familia. Las bodas de oro son importantes y especiales (...) porque con ellas se confirma el juramento de amor (...)",
Leontina García