Joven de 22 años vive pesadilla tras perder la visión de un ojo en tiroteo
El veinteañero fue atacado por la espalda en Llolleo, recibiendo seis proyectiles en la cabeza. Abogado presentó una querella criminal para que se formalice al autor de los disparos por homicidio frustrado.
La simple idea de ir a una feria libre cambió la vida de un joven de 22 años para siempre. En noviembre pasado, luego de una serie de desafortunados hechos, se vio envuelto en una discusión que un sujeto terminó a balazos, tiroteo en la vía pública en que perdió la visión de un ojo.
El último informe médico de Nicolás Tobar Tobar fue categórico: nunca más podrá volver a ver por su ojo izquierdo tras sufrir un trauma agudo al ser herido por un perdigón.
"Fuimos a la feria de Llolleo (…). El papá de un amigo pasó a llevar con el auto un puesto de la feria y empezó una discusión, aunque el caballero pagó los daños lo empezaron a amenazar de muerte (...). Después empezó una pelea que terminó cuando un tipo salió de una casa con un rifle y una escopeta, empezando a disparar", explicó el veinteañero que es padre de una niña de 5 años.
En el ataque, que en su momento fue indagado por carabineros de la Subcomisaría de Llolleo, Nicolás Tobar fue herido por proyectiles balísticos en la cabeza, recibiendo seis impactos.
"Veo (en medio de la discusión) que un tipo se busca algo en la espalda y escucho disparos al aire, por eso corrí. No me di vuelta y siento otros disparos, uno me llegó en la sien. Traté de correr, pero escuché más y más disparos, me agaché, yo estaba lleno de sangre. Llegó un amigo y un vecino del lugar que me llevaron al hospital", recuerda sobre la violenta situación.
-¿Dónde te hirieron?
-Me llegaron disparos en la sien, en el hombro, en la cabeza fueron cuatro, uno profundo que está alojado, otro en la mandíbula, en la ceja, ojo y sobre el ojo. Yo no lo estaba mirando (al autor de los disparos), llegó corriendo por mi espalda y me disparó.
-¿Cuál es hoy tu diagnóstico médico?
-Los médicos me dijeron que es pérdida total de mi visión en el ojo izquierdo. Hasta hace un mes me dijeron que algo se podría hacer, pero ahora no tengo posibilidades de volver a ver.
Cambio de vida
Perder la vista de un ojo cambió la vida de este llolleíno para siempre. Cuando ocurrió el cobarde ataque se encontraba postulando a un puesto de movilizador en el Puerto de San Antonio, en dos concesionarias, pero fracasó debido a que ahora no tiene plena visión.
"Salí rechazado en los dos terminales, porque no pueden tener a alguien que es riesgoso por su salud, que no es compatible. Quería entrar como movilizador, pero no me dieron la pega y aún estoy sin trabajar por el ojo", se lamentó.
Y para peor, antes el joven hacía fletes, pero después de ser herido no puede conducir. "Tuve que vender la camioneta (…), porque manejar así es irresponsable, me siendo inseguro de conducir al no ver completamente, como no mido bien las distancias podría provocar un accidente, y quiero ser responsable", razonó.
Contó frustrado que "desde chico que trabajo, tengo una hija, y ahora estoy sin pega y sin poder trabajar por esto que me pasó, es horrible andar pidiendo plata prestada porque no puedo trabajar".
Desde noviembre que perdió la visión, el trabajo y su día a día también es diferente. "Ahora sufro mareos, para caminar me cuesta si hay escalones porque no me fijo, me tropiezo, choco con las paredes al no verlas, doy vuelta las cosas porque no veo", reveló el joven.
Querella
Cuando sucedió el tiroteo, carabineros detuvo al autor de los disparos, quien fue formalizado en el Juzgado de Garantía de San Antonio por el delito de lesiones graves. Sin embargo, a través de una querella criminal se busca que los cargos sean por homicidio frustrado.
"El objetivo de la querella es que la fiscalía pueda reevaluar la formalización que hizo y eventualmente cambiar la calificación jurídica, puesto que nosotros pensamos que estamos en presencia de un homicidio frustrado, cometido a mansalva, toda vez que las heridas de mi cliente, producto de perdigones de escopeta, están a la altura de la cabeza, hechas a corta distancia y que ingresaron por la parte posterior lateral de la cabeza", dijo el querellante, Juan Carlos Rivera.
El abogado analizó que "con esto (las acciones) estamos hablando de que la intención es el homicidio o al menos un dolo eventual, es decir que le da lo mismo el resultado al dispararle en la cabeza".
Sobre el proceso que se sigue, explicó que "la fiscalía formalizó (el 25 de noviembre pasado) con los antecedentes que tenía por el delito de lesiones graves, porque el parte e informe médico decía que tenía un trauma ocular grave provocado por arma de fuego, pero al quedar impedido de la visión en un 100% del ojo izquierdo, nos encontramos hoy con un ilícito de lesiones graves gravísimas, con penalidad idéntica al homicidio frustrado, que va de 5 años y un día a 10 años de presidio, muy diferente a la pena de lesiones graves".
A través de la querella se solicitó que el Servicio Médico Legal efectuara una revisión a la víctima y que la Brigada de Homicidios realice las diligencias del caso, tareas que se encuentran en desarrollo.
En tanto, el imputado en esta causa, un hombre de 36 años de iniciales C.G.A., se encuentra en libertad.
"Quiero que esto no vuelva a pasar, porque esta persona (acusado) no debería tener permiso para tener un arma (la escopeta con que disparó está registrada) porque no reacciona bien, no controla el temperamento, me pudo matar", reflexionó el veinteañero.
24 de noviembre pasado, en la tarde, ocurrió balacera en inmediaciones de la feria libre de Llolleo.