La emprendedora que cumplió un sueño al abrir su propia tienda
Claudia Bernal Díaz partió su negocio con tres carteras y ahora ofrece más de doscientas en el nuevo local que pudo inaugurar gracias a su perseverancia y al apoyo de su familia.
Claudia Bernal Díaz asegura que siempre se ha sentido motivada por el rubro del comercio, área que conoció a través de su padre, quien tenía un almacén en su casa del cerro Bellavista, por lo que atender a clientes fue parte de su vida cotidiana desde niña.
"Siempre he sido de San Antonio y tuve distintos trabajos relacionados con el comercio, además mi papá siempre fue comerciante, entonces de ahí viene mi veta de trabajar con público. Después tuve un trabajo fuera de lo común en Maersk y de ahí nació la idea de emprender porque quedé embarazada de mi hija más chica, Renatita, y quería criarla yo, no dejarla en una sala cuna. Entonces llegué a una negociación con mi empleador y con eso abrí una tienda en Llolleo", recuerda esta emprendedora sanantonina.
Por su experiencia de vida, Claudia confiesa que siempre ha sentido una atracción especial por el comercio. "Me gusta trabajar con gente y conversar con mis clientas, porque muchas veces ellas hasta se desahogan con uno. Eso a mí me encanta. Siempre lo he hecho porque había negocio en mi casa, entonces siempre atendí público, es algo que se me hace fácil y me gusta hacerlo".
Cuenta que "mi papá tenía el típico almacén de barrio y le encantaba el comercio también. Toda la vida hizo lo mismo y nos dio educación a mí y a mis tres hermanos. Soy la única que sacó la veta de comerciante y, al igual que mi papá, soy ordenada con las platas, estructurada, responsable, bien cuadrada para mis cosas. Yo creo que cuando uno hace lo que le gusta, se nota. Eso es muy importante para que esto resulte, porque si lo haces de malas ganas y a la fuerza, no resulta".
Inesperado encuentro
Esta madre destaca el apoyo de su familia para lograr emprender, especialmente de su marido, Héctor Loncomilla, quien ha sido crucial para mantener su negocio.
"Al principio fue súper difícil. Si no hubiera contado con el apoyo de mi esposo, creo que no lo habría podido lograr, porque él me contuvo en todo momento, tanto en el plano económico como en el emocional. Fueron años bien difíciles, pero ha valido la pena. Llevamos nueve años juntos, pero es como si nos conociéramos de toda la vida, porque éramos compañeros de colegio. Después de 15 años nos reencontramos. Él me buscó por redes sociales, nos juntamos, conversamos y nos dimos cuenta de que éramos muy afines", relata con alegría.
En cuanto a sus inicios en el comercio, asegura que "partí vendiendo en mi trabajo. Esa fue la primera cartera de clientes que tuve. Vendía perfumes mientras trabajaba. Tenía un catálogo y traía por encargo. Después armé la tienda de Llolleo. Ahí estuvimos dos años y era mucho más lento que acá en San Antonio, porque anda menos gente, nos costó bastante al principio", confiesa Claudia, quien hoy tiene su local en la céntrica galería Manzur de San Antonio.
Crecimiento
La pandemia fue otra difícil prueba que debió superar, sin embargo, tuvo resultados que no esperaba.
"Primero llegó el estallido social y resistimos, pero cuando empezó la pandemia no pudimos seguir en el local de Llolleo por el tema del arriendo y nos fuimos con todas las cosas para la casa. Pensé que hasta ahí llegaba el sueño, pero resulta que no fue así, porque la gente comenzó a comprar más que antes", revela.
Claramente, a ella la emergencia sanitaria le favoreció. "De 10 clientas, después teníamos 30, 40, 50, y así fuimos entregando nuestros productos cuando no se podía andar en la calle. Salíamos igual porque había que generar lucas. No le podía decir a mis hijas 'hoy no vamos a comer porque no hay trabajo'. Como padres, debes tener plata igual, pagar las cuentas, vivir y hacer todo. Siempre he contado con el apoyo de mi esposo, él ha sido fundamental en todo esto, trabaja a la par conmigo, haciendo entregas, viendo los pedidos, timbrando las bolsas, viendo qué falta, atendiendo acá en la tienda", asevera agradecida de su fiel compañero de vida.
Ventas online
Para reinventarse y trabajar de manera online durante la pandemia debió capacitarse con el fin de manejar las redes sociales y las herramientas digitales que explotaron con el confinamiento.
"Yo pertenezco al Centro de Negocios de Sercotec, tengo una asesora y ella me ayudó muchísimo a aprender a manejar las redes sociales, porque yo sabía muy poco. Me empezó a dar tips, a hacer la publicidad pagada, a sacar mejores fotos, porque todo entra por la vista. Entonces, si tú tienes fotos que no son lindas, no se venden tus productos", comenta.
Añade que "invertí en un celular de más alta gama, con mejores detalles, para hacer mejores fotos y cambiaron mucho las ventas. Las redes sociales son fundamentales para vender, sobre todo cuando no tienes un espacio físico y vendes desde la casa de manera online".
Sueño cumplido
Perfumes y Accesorios TyP es el nombre de la tienda que Claudia Bernal abrió hace un mes en el segundo piso de la galería Manzur, un sueño que pudo materializar con mucho esfuerzo y perseverancia.
"En el local llevamos un mes, pero vendemos hace más de cinco años. Primero empezamos con los perfumes, después cuando llegamos a Llolleo, nos dimos cuenta de que necesitábamos algo más para llenar, y en Santiago encontramos una marca de carteras que nos encantó. Siempre hemos sido busquillas. Empezamos con seis carteras y ahora tenemos más de doscientas. Entonces el crecimiento ha sido bastante grande y estamos felices y agradecidos de las personas que nos prefieren".
-¿Qué recomendaría a los emprendedores que quieren abrir un negocio en San Antonio?
-Les diría que lo hicieran, pero que sean aterrizados. El éxito comercial no se consigue de la noche a la mañana. Tengo muchas amigas que son emprendedoras y este es un tema de constancia. Si tú eres perseverante, lo vas a lograr.
A su juicio, para ser comerciante "tienes que ser perseverante, amar lo que haces y dedicarte al ciento por ciento. Nosotros al principio tuvimos días en que no vendíamos nada en Llolleo, y claro que eso desmotiva, pero si tienes a alguien que te apoye al lado, al otro día vas a comenzar con un chip nuevo y se puede, pero hay que dedicarse. Pueden pasar años de mucha dedicación, de dormir poco, de ver qué cosas nuevas puedo traer, buscar mejores ofertas, otros proveedores. Por ejemplo, a veces yo me quedo hasta la una de la mañana contestando mensajes. Entonces que no crean que uno viene, se sienta acá y listo. No es así, es harto trabajo, pero vale la pena".
"Llevamos nueve años juntos (con su marido), pero es como si nos conociéramos de toda la vida, porque éramos compañeros de colegio. Después de 15 años nos reencontramos. Me buscó por redes sociales...",
Claudia Bernal
"Mi papá tenía el típico almacén de barrio y le encantaba el comercio también. Toda la vida hizo lo mismo y nos dio educación a mí y a mis tres hermanos",
Claudia Bernal
"Primero llegó el estallido social y resistimos, pero cuando empezó la pandemia no pudimos seguir por el tema del arriendo y nos fuimos con todas las cosas para la casa".