La pintora autodidacta que se inspira en la naturaleza y la divinidad
A sus 71 años, el arte se ha convertido en una aventura espiritual para Silvia González, profesora de inglés y restauradora de libros. Comenzó a pintar hace poco tiempo y ha tenido impresionantes avances.
Las pinturas de Silvia González Silva (71 años) son imágenes abstractas llenas de colorido y figuras geométricas. El sol y el arcoíris siempre están en sus obras, al igual que el número siete, la naturaleza, a través del color verde, y la divinidad mediante el amarillo. Su arte está cargado de simbolismos, fortaleza, colorido, dinamismo y belleza. Transmite su inspiración en cada una de sus creaciones.
La pintora es profesora de inglés de profesión, encuadernadora y restauradora de libros y documentos antiguos. Actualmente vive en Algarrobo, pero toda su niñez la pasó en San Antonio. Luego de titularse como docente comenzó su desarrollo profesional en Santiago.
Hace menos de un año, en plena cuarentena por la pandemia del coronavirus, Silvia comenzó a dibujar y pintar. El arcoíris y el sol son los principales motivos de su pintura. "Siempre están presentes en casi todos mis trabajos, al igual que el número siete que es básico: por los días de la semana, los siete chacras, los planetas de colores. El número siete para mí es mágico. También están presente la tierra, el agua, las montañas, pirámides, el cielo y el mar. La naturaleza expresada a través del color verde", explica.
También pinta sentimientos como la alegría, el amor y la gratitud por las bondades que la vida o el Universo le regala día a día. "Todo a través de los colores y las figuras geométricas", manifiesta.
"Para mí lo especial es que mis cuadros están inspirados en la divinidad a través del uso del color amarillo que representa la luz divina. Siempre que me siento a dibujar pienso en ello. Está en el centro o a la cabeza de cada trabajo. También pinto con lápices de colores. Primero dibujo y a medida que pinto voy borrando. Esa es la primera parte. Luego voy por una segunda mano. Luego una tercera. Enmarco, observo. Y voy a la cuarta mano. casi siempre quedo conforme en esta etapa. Lo he hecho con todos mis trabajos", señala.
Agrega que cuando pinta, escucha música de la India. "Mantras principalmente. También escucho música de alta frecuencia. Es muy inspirador".
Vida EUROPA
Silvia tiene dos hijos: Rodrigo y Michelle; tres nietos "que son adorables": Fabián Rodrigo, de 12 años, de su hijo; y Myla Sofía (14) y Orlando Rey (9), de su hija. "Ambas parejas de mis hijos son británicas, así que todos son bilingües. El nombre de mi nuera es Treez y de mi yerno Andy", señala.
Hace algunos años Silvia vivió en Inglaterra, lugar donde realizó estudios académicos y trabajó. "Estudié cerámica en la RWA (Royal West of England Academy), algo así como la Academia Real de Arte de Bristol", explica. Allí fue donde apareció el primer atisbo artístico de lo que vendría más tarde: la pintura que realiza hoy.
"Uno de mis trabajos fue seleccionado para ser mostrado en la Exhibición Anual de Artes, Pintura, Escultura y Cerámica en la Academia. Era un cuenco que tenía muchos colores. Creo que eso fue lo que a mi profesor más le llamó la atención, el colorido, además de ser latinoamericano", asegura.
-¿Cómo y cuándo comenzó a pintar?
-Hace exactamente nueve meses que comencé a dibujar mis cuadros, a pintar, pero el deseo y entusiasmo estuvo siempre presente, desde mis días de estudiante primaria. Uno de mis ramos favoritos siempre fue artes plásticas e idiomas: francés e inglés.
La profesora cuenta que "toda mi vida la dediqué a la docencia. Trabajé en Santiago en un colegio de elite donde el inglés era muy importante. El 90% de las clases se impartían en ese idioma. Allí tuve la oportunidad de realizar un par de exhibiciones artísticas de mis alumnos y lo sentía como una proyección de mis deseos de pintar. No lo hice hasta hoy, o sea, hace nueve meses atrás", señala con orgullo.
También hizo clases en la comuna de Casablanca, donde trabajó como profesora de inglés, primero en enseñanza básica y luego en la media. "Fui profesora jefa de distintos cursos entre primero y cuarto básico. Fue una muy linda experiencia, aún conservo amistades de aquellos tiempos".
Arcoíris
Silvia ha sentido siempre una gran atracción por los arcoíris. Fue así como comenzó dibujándolos en distintas formas: redondos, lineales, triangulares y en forma de caleidoscopio, según señala.
"También lo hice como una forma de realizar una actividad que llenara mis días de encierro durante la pandemia. Comencé a sentir amor por mis dibujos y empecé a notar que mejoraba a medida que aumentaba las horas de trabajo. Aprendí técnicas que hicieran mis cuadros parecer pintados con pintura. Solo aparecían, no lo hice pensando en ese resultado", señala.
-¿Cuál es específicamente la técnica que utiliza?
-En mi técnica de dibujo uso lápiz de mina primero; luego voy coloreando con lápices de colores, de madera, de cuatro marcas distintas. Es difícil catalogar el tipo de pintura que hago; una vez alguien me dijo que era arte abstracto. Otra persona dijo, geometría sagrada. Solo por poner un nombre. Yo le pondría pintura cósmica universal.
-¿Qué importancia le da a su trabajo y qué significa para usted pintar?
-Pintar para mí es un acto de amor por los colores, me relaja y me transporta a estados meditativos. Es como vaciar el alma o el corazón. De aquellos sentimientos más puros y nobles que vienen directo del corazón. Es lo que siento al menos, me produce mucha alegría y una paz increíble. Desde allí viene mi fuente de inspiración.
Silvia pinta casi a diario. Comienza en la mañana, más o menos entre las siete y las once. Luego en la tarde y a veces en la noche. "Dedico alrededor de 6 a 8 horas diarias a la pintura", asegura.
-¿Tiene planes de exponer sus trabajos?
-No he expuesto mi trabajo aún. Llevo muy poco tiempo en esto, por lo tanto no hay planes por el momento en ese sentido. He mostrado mi trabajo a la familia, a algunas amistades en el extranjero y localmente también. Tengo una pequeña exposición en mi casa. La verdad es que me gustaría llevar mis cuadros a Inglaterra. Comenzar en bibliotecas, centros de yoga y centros comunitarios.
"No doy clases de pintura como tampoco he tomado talleres. He trabajado todo este tiempo en solitario siguiendo mi intuición con respecto a lo que pinto. No estuvo en mi mente mostrar mis dibujos hasta que unas amigas muy especiales me instaron a mostrar mis trabajos", concluye.
"Para mí lo especial es que mis cuadros están inspirados en la divinidad a través del uso del color amarillo que representa la luz divina. Siempre que me siento a dibujar pienso en ello",
Silvia González
"Hace exactamente nueve meses que comencé a dibujar mis cuadros, a pintar, pero el deseo y entusiasmo estuvo siempre presente, desde mis días de estudiante primaria".
"Pintar para mí es un acto de amor por los colores, me relaja y me transporta a estados meditativos. Es como vaciar el alma o el corazón",
Silvia González