La estilista que abrió su propia peluquería en pleno estallido social
La sanantonina Jessica Arias inauguró su salón de belleza justo cuando se registraban las protestas y luego tuvo que lidiar con la pandemia. Pese a todo, supo salir adelante con esfuerzo y hoy está feliz con su emprendimiento.
Hace 12 años Jessica Arias decidió estudiar peluquería como una manera de tener un empleo estable, sin imaginar que terminaría abriéndose un espacio propio en este competitivo rubro en plena pandemia del coronavirus.
Justo cuando en San Antonio y el resto del país se registraban las protestas del denominado estallido social, esta sanantonina tomó una decisión tan difícil como trascendental: abrir su propia peluquería, llamada "Salón Monserrat", en el pasaje Cautín 1284 del sector Colinas del Mar.
"Comencé a estudiar peluquería en Santiago, donde estuve durante ocho meses, pero no pude seguir por problemas económicos. Volví a San Antonio y me inscribí en un instituto para seguir con el curso de estilista. Cuando me titulé conseguí trabajo en un salón en Barrancas, donde estuve a cargo durante un año", cuenta Jessica, una mujer alegre, amable y decidida, madre de una hija y abuela de un pequeño nieto de solo dos meses que la tiene fascinada.
"Después me ofrecieron trabajo en peluquerías de la calle Bombero Molina, en el centro de la ciudad. Ahí tuve muy buenas experiencias. Siempre me recibieron muy bien y aprendí mucho de las colegas que se han dedicado toda la vida a este rubro", comenta agradecida.
-¿Siempre quisiste ser estilista?
-No es algo que haya pensado por mucho tiempo, pero lo vi como una alternativa accesible para estudiar.
-¿Qué te motivó a emprender con tu propio salón?
-Cuando mi hija ingresó a estudiar a la universidad, tuve que buscar otros rubros donde pudiera tener mejores ingresos. Por un tiempo me tuve que ir a Santiago, allá me encontré con una amiga, que me ofreció cuidar a unos niños. Estaba en eso, cuando se me dio la oportunidad de trabajar en una peluquería en el Apumanque (centro comercial en Las Condes). Las clientas eran muy respetuosas, pero exigentes, por lo que esa experiencia me sirvió para sentirme mucho más segura en lo que hago, ya que nunca tuve ningún problema. Estando ahí me surgió la inquietud de tener mi propia peluquería, porque sabía que trabajaba bien y me merecía un mejor sueldo. Me decidí y volví a San Antonio con ese objetivo.
-¿Cómo fue partir con tu propio emprendimiento?
-Al principio fue muy difícil porque empecé justo en el periodo del estallido social. Después, cuando partió la pandemia, cerré por un tiempo porque me daba miedo que viniera alguien y no saber si estaba contagiado o con quién había estado. Eso me tuvo un poco deprimida, porque este rubro no es algo esencial y la gente si no puede hacer gastos, va a dejar de ir a la peluquería, pero después retomé el trabajo atendiendo a gente conocida. Ellos me recomendaban y así empecé a captar más clientes.
Tras dos años de arduo trabajo, confiesa que "me ha ido bien y lo mejor es que me demostré que cuando uno se propone algo, lo puede lograr con sacrificio. A pesar de muchas circunstancias que me hicieron dudar si había tomado una buena decisión, sobre todo cuando estábamos en cuarentena y no podía atender, ahora estoy contenta con lo que he conseguido".
-¿Qué puede hacer la diferencia entre una peluquería y las otras?
-En mi caso, me gusta trabajar con productos de buena calidad, para cuidarles el cabello de mis clientas. Podría usar otros más económicos para cobrar más barato, pero no es la idea. Lo más importante para mí es que mis clientas vean el cambio en su cabello, noten que lo tienen sano, bien cuidado, y que cuando se vayan del salón, lo hagan contentas.
-¿Qué es lo que más piden las mujeres y los hombres que acuden a tu peluquería?
-Yo tengo clientas de todas las edades y la mayoría viene desde hace tiempo, por lo que ya les conozco los gustos, sé el color que prefieren e incluso tenemos una relación de amistad. Lo que más piden acá las mujeres son tintura y colores rubios, especialmente con visos y mechas. También vienen por alisados permanentes. En el caso de los hombres, vienen por corte de pelo. Los que trabajan en oficinas usan el corte tradicional, y los más jóvenes piden otros estilos como el degradado. Incluso me han pedido hacerse visos, pero no cortes tan extravagantes como los futbolistas.
Medidas preventivas
Jessica recalca que durante la pandemia ha debido extremar las medidas preventivas para evitar contagios dentro de su salón. El uso de mascarilla es obligatorio y el aforo máximo es para solo dos personas.
"Para prevenir que lleguen varias clientas en el mismo momento, siempre he preferido agendar las horas de atención por teléfono, para que no tengan que estar esperando y no permito que vayan con acompañantes porque entre todos tenemos que cuidarnos", asevera.
-¿Tener tu propia peluquería ha sido tu mayor logro?
-Es un logro importante, algo que pude hacer con harto esfuerzo, pero mi mayor logro y satisfacción personal es haberle dado los estudios a mi hija. Ella ya es profesional, formó su familia y ya tengo un hermoso nieto. Verla realizada es mi mayor alegría.
Nuevas metas
Lograr el sueño de independizarse ha motivado a esta estilista a proponerse nuevos desafíos, entre los cuales está dar una oportunidad laboral a otra sanantonina.
"Me gustaría tener una persona que me ayude en la peluquería, porque trabajo sola y es cansador. Tengo un sillón disponible para una peluquera con experiencia que necesite trabajar, incluso le pasaría implementos para que empiece, ni siquiera le cobraría arriendo, solo la comisión. Mi meta es seguir creciendo en mi salón y también volver a estudiar y sé que lo voy a lograr, porque cuando me propongo algo, aunque me tome tiempo, lo hago", afirma con seguridad.
-¿Qué condiciones crees que hay que tener para ser estilista?
-En este trabajo hay que tener vocación, ser paciente, amable y tener disposición para escuchar a las personas. Muchas veces las clientas necesitan desahogarse y mientras las atendiendo se relajan, se olvidan por un rato de los problemas que tienen y se van contentas al verse lindas. La pandemia ha afectado mucho a la gente y eso se nota.
-¿Por qué decidiste quedarte en San Antonio?
-En Santiago podría ganar más si hubiera abierto el salón allá, pero me siento contenta acá, hay menos estrés, todo queda más cerca, no hay que recorrer horas para llegar a algún lado. Además, tengo a mi hija y a mi nieto cerca, eso es lo más importante. Poder estar con la familia y recibir el cariño de mis clientas no tiene precio.
Finalmente, hizo la invitación a quienes quieran conocer su peluquería y su trabajo. "Mi salón es muy acogedor, acá conversamos, nos tomamos un café y siempre busco ofrecer el mejor servicio. Los espero con la mejor disposición para atenderlos".
"Estando ahí (en el Apumanque) me surgió la inquietud de tener mi propia peluquería, porque sabía que trabajaba bien y me merecía un mejor sueldo. Me decidí y volví a San Antonio con ese objetivo".
"Me ha ido bien y lo mejor es que me demostré que cuando uno se propone algo, lo puede lograr con sacrificio",
Jessica Arias
"(...) Mi mayor logro y satisfacción personal es haberle dado los estudios a mi hija. Ella ya es profesional, formó su familia y ya tengo un hermoso nieto".