Un sanantonino que guarda muchas historias en las cuerdas de su corazón
Pedro Betancourt es un apasionado de la música y las comunicaciones. Siguiendo el ejemplo de su padre, disfruta haciendo radio y recordando los éxitos del pasado.
La vida de Pedro Betancout Córdova (66) ha estado desde siempre ligada a la música. Su padre, Jorge Betancourt, lo introdujo desde niño al mágico mundo de la radio, ya que en su calidad de empresario de las comunicaciones trajo a San Antonio la primera emisora en frecuencia modulada (FM). Sin embargo, desde antes ya le había mostrado el trabajo que realizaban en la emblemática radio Sargento Aldea, lo que fue una "escuela" para este versátil sanantonino, que no sólo anima en los eventos que organiza el departamento de Cultura del municipio, sino que también participa en la producción, y si puede lucirse cantando, no dudará en tomar el micrófono y hacer gala de su privilegiada voz.
Durante mucho tiempo hizo música y en las últimas dos décadas ha sido el encargado de producir y animar eventos organizados por el municipio de la comuna puerto, como Colores y Sonidos de mi Tierra, el Carnaval de Murgas y Comparsas y Cuerdas del Corazón, entre otros.
En lo personal, lleva 48 años de matrimonio con Nancy Herraz, con quien tiene dos hijos: Maricel y Jorge. Dice que son una familia unida, lo que se evidencia en la tradición de almorzar juntos cada fin de semana.
-¿Fue una motivación la figura de su padre para seguir el camino de las comunicaciones y la música?
-Desde pequeño vi a mi papá muy cercano a las comunicaciones y siempre lo escuchábamos en la casa cuando él intervenía como locutor en algunos programas de la radio Sargento Aldea, aunque de todas formas era muy poco, más que nada en la parte comercial de la radio y después fue el director-gerente durante muchos años y fue quien instaló la primera radio en frecuencia modulada (FM) en San Antonio en el año '81, que fue Cristalina FM.
Con evidente orgullo, asegura que su padre "fue muy futurista en ese tiempo, porque eran muy pocas las FM que había, nadie entendía de qué se trataban mucho, hasta que empezaron a escuchar las primeras radios de Santiago que salieron y le ofrecieron instalar una acá y él dijo encantado, vamos a ser los primeros en tener una radio FM en San Antonio, porque el sonido era espectacular.
-¿Qué recuerda de esa época en la radio Sargento Aldea?
-Veía a mi papá haciendo sus actividades, como el Miss Costa Azul, que fue un concurso de belleza donde las ganadoras iban a representar a San Antonio a Arica al Reinas de Playas y Piscinas, que fue un certamen muy grande y toda la prensa lo apoyaba. En tres oportunidades la representante de San Antonio ganó en Arica. También hubo concursos de canto, de los que salieron varios artistas de acá, músicos que participaban y todo lo que conlleva la radio. El año '80, cuando desapareció una embarcación de pescadores, hubo que hacer una campaña grande para recolectar víveres, ropa y dinero para las viudas. Para el terremoto del '85 fue igual, la gente iba a la radio a buscar ropa, alimentos y ayuda. En general la radio Sargento Aldea se caracterizó por ser muy solidaria.
-¿Su familia lo apoyó en la decisión de dedicarse al ámbito artístico?
-Mis padres han sido un gran apoyo desde siempre y para toda la familia. Ellos han sido muy aprensivos y han querido que hasta adultos estemos a su lado, sobre todo mi mamita Berta Córdova Vargas, que falleció hace un año y cuatro meses. Ella con mi papá siempre quería que estuviéramos todos juntos. Los fines de semana eran almuerzos familiares. Ella era muy cariñosa, incluso cuando llegaba gente a la casa, los atendía con un cariño tremendo. Ahora queda darle cariño a mi papá.
-¿Cómo fueron tus inicios en radio?
-A la radio Sargento Aldea llegué en el año '80. Entré como recaudador, después fui radiocontrolador, luego tuve a cargo la función de hacer las grabaciones y turnos. Eso fue hasta que mi papá instaló la radio Caracola FM en Llolleo y la Costanera FM.
Grave accidente
Uno de los hechos que marcó la vida de Pedro y su familia fue el grave ataque que sufrió su esposa en 2004 mientras ambos transitaban en automóvil por el Nuevo Acceso al Puerto. El vehículo recibió una pedrada que impactó de lleno en el rostro de Nancy Herraz. Fue un verdadera infierno que significó múltiples operaciones reconstructivas y una millonaria deuda que se arrastra hasta hoy, casi 18 años después.
"Fue un accidente desgraciado. Nosotros estábamos ganando la demanda por el caso en primera instancia, pero rápidamente se movieron los abogados de la autopista (del Sol, concesionaria de la vía) para no pagarnos ni un peso. Ocurrieron situaciones muy oscuras. Hasta el día de hoy estoy pagando 200 mil pesos mensuales, durante 20 años, por todas las operaciones y todo lo que conllevó restaurarle su rostro. A esto se suman las secuelas. Por ejemplo, a ella le hace mal el frío, porque el metal que tiene en su cara se comprime y con el calor se dilata. Fue algo inesperado que ojalá nunca le ocurra a nadie. Nos afectó a todos como familia, por lo grave del hecho.
-¿Cómo se conocieron con su esposa?
-Nos conocimos a los 13 años en el centro básico de Villa Las Dunas, donde estudiamos. De ahí pasamos al liceo Fiscal y nunca más nos separamos. Tuvimos a nuestra hija mayor a los 17 años y nos casamos a los 18, el 7 de agosto de 1973. Después vino el golpe militar el 11 de septiembre, que fue muy duro, había muy poco, casi nada para alimentar a nuestra hija. Había que salir a trabajar en lo que fuera de repente, porque escaseaba todo. Fueron momentos muy duros, pero supimos sortearlos con el cariño y amor de siempre. Hemos recorrido todos estos años. Maricel ya tiene 48 años y eso es lo que hemos caminado en la vida, sin darnos cuenta. Como me dice mi padre, la vida es un sueño, pero ha pasado todo demasiado rápido, especialmente en estos años en pandemia.
Eventos en la plaza
Pedro Betancourt ha estado a cargo de muchas actividades que han tenido como escenario la plaza de Llolleo, desde encuentros folclóricos hasta la masiva Fiesta del Barrio, que unía a los vecinos durante toda una jornada.
-¿Cuál es el evento que más le ha gustado de todos los que ha organizado y conducido?
-Mi evento regalón es Cuerdas del Corazón, porque ahí he tenido un gran cariño del público adulto, con el que nos conocemos, con el que somos amantes de la música del recuerdo. El reencuentro con la gente mayor y con la música ha sido muy lindo. Muchos se enamoraron con esta música y recuerdan los lugares emblemáticos, que eran la plaza, la Estación y el fundo de Llolleo. Ahora nos reencontramos para escuchar música y ver en persona a los artistas que nosotros escuchábamos y que no conocíamos, porque solo los escuchábamos a través de la radio. Verlos en vivo, pedirles un autógrafo o sacarnos una foto con ellos, es algo impagable, una emoción muy grande, muy fuerte.
-¿Pudo conocer a algún artista de una manera más cercana?
-A Leo Dan me tocó recibirlo, compartir, almorzar y cenar con él. Después en la noche lo anduve paseando en mi auto. Le mostré San Antonio antes del ensayo. Es una persona muy sencilla, con mucho sentido del humor. La gente quedaba impresionada cuando lo veían en un auto tan común como el mío y paseándose por todo San Antonio, porque se alojó en el hotel de Enjoy. Saludaba a toda la gente sin problemas. Conversamos mucho en las dos ocasiones que vino a cantar a la plaza de Llolleo.
"A la radio Sargento Aldea llegué en el año '80. Entré como recaudador, después fui radiocontrolador, luego tuve a cargo la función de hacer las grabaciones y turnos".
"Como me dice mi padre, la vida es un sueño, pero ha pasado todo demasiado rápido, especialmente en estos años en pandemia".