León Aguirre Romero, el intrépido héroe de una hazaña naval que eligió San Antonio para vivir
Junto al piloto Luis Pardo, el vecino de la calle Sanfuentes protagonizó el rescate de la tripulación completa del "Endurance" desde la Antártica en 1916. El hallazgo del barco hundido fue noticia mundial la semana pasada.
Esta es una historia fascinante, de esas que inspiran películas, libros y documentales. Una verdadera odisea de reconocimiento mundial que tiene que ver con un explorador inglés, su barco, un naufragio y cómo la audacia de un sanantonino ayudó a rescatar a toda la tripulación.
La tumba de León Aguirre Romero está en la parte antigua del Cementerio Parroquial de San Antonio, donde fue sepultado en 1951, tras fallecer a los 68 años, y actualmente en la Villa Miramar un pequeño pasaje lleva su nombre. El audaz marinero León Aguirre Romero llegó a nuestra zona en 1923, siete años después de haber participado en el rescate de toda la tripulación del barco "Endurance", atrapado a mediados de 1915 en los hielos flotantes del Mar de Weddell, en la Antártica.
Odisea
Aquella operación de rescate liderada por el piloto Luis Pardo Villalón, que tuvo a León Aguirre como segundo comandante, fue considerada una hazaña por la Armada de Chile y calificada a nivel mundial como una de las grandes proezas de la navegación en el siglo XX. Justo por estos días el "Endurance", 106 años después de su naufragio, se convirtió otra vez en noticia mundial.
El barco del explorador anglo-irlandés Sir Ernest Shackleton fue hallado a 3.000 metros de profundidad en el Mar de Wedell y la expedición de investigación que halló los restos, llamada "Endurance22", anunció el miércoles 9 de marzo que tenía imágenes de los restos del "Endurance", encontrados a unos seis kilómetros del lugar donde se hundió en 1915. Ver la nave del explorador, casi intacta en el lecho marino, se convirtió en una noticia de impacto mundial.
Primera travesía
A finales de 1914, el "Endurance" partió de la isla de Georgia del Sur, en el océano Atlántico Sur, en un intento de la expedición Imperial Trans-Antarctic, dirigida por Shackleton, de lograr la primera travesía a través del continente antártico.
Hay que comprender que en esa época, a principios del siglo XX, la conquista de los polos inspiró a muchos exploradores, entre ellos a Ernest Shackleton, que quiso convertirse en el primer hombre en cruzar la Antártida de punta a punta, desde el Mar de Weddell hasta el Mar de Ross. Esta travesía duró dos años y, como sabemos, terminó en fracaso, pero el épico viaje de Shackleton y el rescate del Piloto Pardo y el sanantonino León Aguirre pasaron a la historia.
Investigación local
El historiador local José Luis Brito, en su libro "San Antonio: nuevas crónicas para su historia y geografía", rescata la participación de León Aguirre Romero, que sin ser oficial de la Armada de Chile, era un avezado navegante del mar austral, razón por la cual fue designado segundo comandante de la escampavía "Yelcho", embarcación asignada para el rescate imposible de la tripulación del "Endurance" atrapada en los hielos antárticos.
En conversación con Diario El Líder, José Luis Brito apuntó que "un grupo de tripulantes chilenos a bordo de la frágil y pequeña escampavía "Yelcho" de la Armada de Chile, que era comandada por el piloto Luis Pardo Villalón y que tenía como segundo piloto marino civil el sanantonino León Aguirre Romero, que era un gran conocedor de los mares australes, logró llegar a la isla Elefante, en la península Antártica, sorteando los hielos flotantes para rescatar a los náufragos sobrevivientes de la expedición del buque HMS "Endurance", que tras quedar atrapado por el hielo flotante, se hundió en el mar de Weddell, hacia el sector del Océano Atlántico de la Península Antártica".
Titánica misión
El historiador aclara que no fue una tarea fácil, ya que "hubo varios intentos por llegar al sector del naufragio para rescatar a la tripulación del "Endurance". De hecho, la goleta chilena "Emma", al mando de León Aguirre Romero, en compañía de Shackleton, intentó el rescate, pero debido al mal tiempo tuvieron que devolverse y buscar refugio en las islas Malvinas. Allí es donde Shackleton decide pedir ayuda oficial a la Armada de Chile en Punta Arenas. Fue así que la Armada designó para el viaje a la escampavía de madera "Yelcho", que tenía como primer comandante a Luis Pardo y como segundo comandante a León Aguirre Romero, que fue solicitado expresamente por Shackleton que se había dado cuenta de los conocimientos y experiencia que tenía el marinero sanantonino".
León Aguirre era un explorador de los mares australes, también un experimentado cazador de focas, alto como de un metro noventa y además hablaba inglés, cosa que el piloto Pardo no hacía. Como anécdota, se cuenta que cantaba en inglés para animar a la tripulación cuando las condiciones feroces del mar antártico arreciaban.
Estas cualidades lo hacían un muy buen elemento para esta travesía y eso fue lo que vio el explorador Ernest Shackleton, que lo pidió específicamente como uno de los líderes de la operación de rescate en la Antártica.
La hazaña de los marineros chilenos empezó el 23 de agosto de 1916 en una nave que fue utilizada al máximo de su capacidad, a través de la bravura del Estrecho de Magallanes y adentrándose luego en la Antártica, sorteando los témpanos y el hielo flotante para intentar rescatar a los náufragos del "Endurance", que a esas alturas llevaban más de un año sobreviviendo en hielo flotante primero, y luego en la inhóspita Isla Elefante, donde llegaron con los pertrechos que alcanzaron a sacar del barco siniestrado.
En su trabajo de investigación titulado "La gran hazaña del piloto Pardo y su tripulación en la escampavía Yelcho, rescate de la expedición británica en la Antártica en 1916", el académico Elsio Cárcamo Velásquez, de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile, relata que "la expedición de Shackleton fue una de las epopeyas más heroicas y sacrificadas que se hayan realizado en el continente Antártico y muy especialmente en el viaje de retorno de los 28 náufragos en demanda de alcanzar tierra firme después de que se hundiera el Endurance. El día en que fueron rescatados los náufragos, les quedaba comida solamente para cuatro días más y a media ración. Ellos ya se habían comido hasta los perros de la expedición. Todos los náufragos rescatados hacía un año y medio que no se cambiaban de ropa y dos años que no se bañaban".
El día del rescate fue el 30 de agosto de 1916 y la noticia deslumbró al mundo, a tal punto que fue capaz de eclipsar los boletines de la Primera Guerra Mundial que copaban las portadas en todo el planeta.
Fue una hazaña internacional que tuvo como protagonista a León Aguirre Romero, el heroico marinero que eligió San Antonio para quedarse el resto de su vida. Aquí instaló una oficina meteorológica y trabajo en el dragado del Espigón.
Esta es la fascinante historia de un héroe, de un viejo lobo de mar, un gigante de casi dos metros que usaba un largo abrigo de cuero, era mueblista y hacía puentes, pero sobre todo era marinero. Un marinero que fue protagonista de una de las más grandes hazañas de la historia naval.
"La Armada designó para el viaje a la escampavía de madera "Yelcho", que tenía como primer comandante a Luis Pardo y como segundo comandante a León Aguirre".
"Todos los náufragos rescatados hacía un año y medio que no se cambiaban de ropa y dos años que no se bañaban",
Elsio Cárcamo