Una instructora que irradia alegría y vitalidad al ritmo de la música
Yanet Soto es fanática del baile desde pequeña, cuando su padre tocaba la guitarra y cantaba algunas canciones para ella y sus hermanos.
Yanet Soto Zúñiga recuerda que cuando niña, ella y sus hermanos se sentaban alrededor de su padre para escucharlo cantar mientras tocaba la guitarra. Ella disfrutaba de la música y con los ritmos más alegres no dudaba en ponerse a bailar. Desde ese tiempo la danza se volvió su pasatiempo favorito, lo que se evidenció en la etapa escolar, donde los profesores ya sabían que contaban con su participación en todos los eventos estudiantiles.
De su infancia, comenta que tiene los mejores recuerdos de cuando vivía en la población Juan Aspeé, donde también estaba la escuela E-480, en la que estudió la enseñanza básica y conoció a los amigos con los que compartía tardes de juegos. Su cariño por este lugar donde creció incluso la motivó a narrar algunas de sus vivencias en un libro que escribieron los vecinos, el que se llamó "Juan Aspeé" y que fue publicado por la Fundación Siglo XXI en el año 2020.
-¿Qué recuerdos tienes de la población Juan Aspeé?
-Nací en San Antonio y crecí en la población Juan Aspeé. Tengo recuerdos muy bonitos, porque ahí pasé toda mi niñez y adolescencia. También tuve una gran tristeza, cuando perdí a un compañero y amigo a los 11 años y eso me afectó, me puse muy triste. Pero hubo momentos de mucha alegría, los vecinos eran unidos, se compartía mucho entre las familias, sobre todo en la época de Navidad. Esos son los recuerdos que no se olvidan.
-Antes los niños disfrutaban jugando en la calle a diferencia de lo que pasa ahora.
-Sí, antes se jugaba, yo salía al patio, me subía a los árboles, compartía con mis compañeros de curso y amigos de la población. Todos se conocían en el colegio, una escuela que era de barrio, pero muy acogedora y amena. En ese tiempo no se veía mucha televisión, nos dedicábamos más a jugar. Con mis amigos salíamos toda la tarde a andar en bicicleta, hasta que se oscurecía, después nos llamaban a tomar once y seguíamos jugando. Nos subíamos a los árboles y nos imaginábamos que era una nave espacial, lo pasábamos súper bien. Era más activa la vida, ahora los niños pasan sentados jugando en el computador o en el celular y no se mueven.
-¿Qué te motivó a querer ser instructora de baile?
-Llevo más de 20 años dedicada a la actividad física. Empecé yendo a los talleres que realizaba Prodemu, de los que me enteré por los afiches que ponían en los almacenes. Me inscribí en step y baile y me gustó mucho. Iba en la mañana y en la tarde. Cuando terminaron los talleres hicieron una gala y yo fui de espectadora y vi que era tanto el cariño que le expresaban las alumnas a su profesora, que eso me motivó a seguir por esta senda. Con el pensamiento decreté que algún día iba a estar ahí, siendo instructora o profesora.
-¿En qué momento comenzaste a hacer clases?
-Después de los talleres empecé a ir un gimnasio y me destacaba mucho en las clases de baile. Entonces un profesor me vio y me ofreció hacer unas clases. Eso me motivó a estudiar para ser preparador físico. Después vino el boom de la zumba, en 2012 aproximadamente, y también me fui a preparar como instructora. Fui la primera mujer de San Antonio en certificarme y de los instructores, el primero fue Hugo Mambo. Hice el curso básico 1 y 2. Además me capacité en baile entretenido y aerobox en una academia. He trabajado con todos los grupos etarios, adultos mayores, jóvenes y niños.
Energia a full
Esta alegre vecina de Alto Mirador se caracteriza por tener una energía a toda prueba, lo que, según cuenta, es lo que busca transmitir a sus alumnas en cada jornada de baile entretenido.
-¿Cómo lo haces para tener tanta energía y estar siempre alegre?
-Yo no veo mi trabajo como una obligación, lo veo como algo que me apasiona, que me gusta mucho. De ahí viene la energía y eso es lo que quiero transmitir a mis alumnas. Siempre estoy motivándolas con una sonrisa. Soy como el payaso, puedo estar triste, pero digo, hay que salir a la función y alegrar a la gente, porque estamos viviendo un mundo negativo, lleno de tristeza, sobre todo desde que se inició la pandemia. Entonces hay que salir con la sonrisa siempre. Eso es lo que quiero, sacarle una sonrisa a la gente y transmitirles mi energía.
-¿Sientes que cumples con tu objetivo?
-Hay muchas alumnas que se acercan a mí y me dicen que van a mi clase porque las hace sentir bien. Hace poco una niña que iba por primera vez me dijo 'de lujo su clase' y eso es bueno, porque se agradecen las buenas energías. Yo las insto a seguir, a salir de la casa, porque la mayoría son dueñas de casa. Me han comentado que se informaron del taller por las redes sociales y fueron a ver de qué se trataba. Ahora no se las pierden, porque les sirve por salud y se llenan de energía.
Pandemia
La llegada de la pandemia y el periodo de cuarentena obligatoria fueron negativo para Yanet Soto, porque confiesa que los talleres deportivos del municipio de la comuna puerto, para los que presta servicios, se suspendieron por un tiempo.
-¿Cómo enfrentaste la llegada de la pandemia?
-Fue un poco triste porque al igual que muchos de mis colegas quedamos sin trabajo. Estuve cerca de seis meses sin poder trabajar y tenía que pagar cuentas al igual que todas las personas. Entonces tuve que reinventarme, porque soy multifacética, no sólo bailo, también hago costuras, con telas recicladas confecciono colets para el pelo y bolsitos. Los bonos que entregó el gobierno me sirvieron mucho. También me puse a hacer clases a través de redes sociales, otros los grababa y se los enviaba a mis alumnas.
-¿Te acomodaste con las clases online que hacía el municipio?
-En mayo del año pasado volvimos con clases online y eso me gustó mucho, porque llegaba a los hogares de mucha gente, incluso de otras regiones. Todavía me preguntan cuándo van a volver las clases virtuales.
-¿Has cumplido alguna meta que tenías pendiente?
-El año pasado pude titularme de preparador físico en la universidad Ucinf, porque estudié hace años y no pude egresar debido a algunos inconvenientes que se me presentaron, ya que trabajaba y estudiaba. Pero hice todas las averiguaciones y pude recibir mi título profesional.
-¿Y algún sueño para el futuro?
-Siempre he querido tener una sala o una academia de baile, pero ahora estoy en la onda de los niños, me gusta mucho trabajar con ellos, sobre todo con los más pequeñitos de 4 ó 5 años, para incentivarlos con música para niños, no con esa que tiene mensajes que no son apropiados para su edad.
-¿Qué te gustaría decir para cerrar esta entrevista?
-Quisiera darles las gracias a mis alumnas por su apoyo, porque siempre están en todas mis actividades y sin ellas no sería nada. Gracias a toda la gente que en algún momento asistió a mis clases, porque en todos estos años han ido cambiando. A quienes deseen participar, las invito los martes y jueves de 10.00 a 11.30 horas en el gimnasio Montemar José Rojas Zamora, a disfrutar de una hora y media de baile y actividad física. Les aseguro que van a salir cargaditas de energía.
"Fui la primera mujer de San Antonio en certificarme (como instructora de zumba), y de los hombres, el primero fue Hugo Mambo" ,
Yanet Soto
"Yo no veo mi trabajo como una obligación, lo veo como algo que me apasiona, que me gusta mucho",
Yanet Soto