La pareja que emprendió con la comida casera y los sándwiches
En honor a su pequeña hija y a su madre, Nelly Pezoa y su marido, Nicolás Quezada, le pusieron "Patricia" al restaurant que se destaca por su exitosa cocina tradicional y que los llevó a abrir una nueva sucursal.
A Nicolás Quezada siempre le gustaron los negocios. Desde los 13 años que comercializa distintos productos en forma ambulante en San Antonio y otras ciudades. Hace cuatro, junto a su mujer Nelly Pezoa, decidió abrir la sanguchería y restobar "Patricia", nombre en honor a la madre de ella y a la hija de ambos.
"Fui vendedor ambulante hasta que terminé el colegio. Estudié comercio exterior y trabajé en una agencia de aduana un año y medio. Siempre he sido mi propio jefe, y esta vez no fue diferente", comenta Nicolás Quezada sobre sus comienzos y cómo se decidió a ser empresario de la comida en San Antonio.
Confiesa que le gustan tanto la gastronomía y los negocios a Nicolás que, en la época en que trabajaba en una agencia de aduana, puso una plancha de segunda mano en un cuarto vacío en su casa en Alto Mirador y preparaba sándwiches tradicionales de pescado y chacareros en marraquetas que vendía a través de delivery después de salir de su empleo. Trabajaba en este emprendimiento personal desde las 18 horas hasta las 2 de la mañana los jueves, viernes y sábado.
"Era el año 2018, hice una página Facebook y vendía muchos sándwiches. Después, en 2019, tuve la oportunidad de arrendar el local de avenida Lauro Barros 121 (ex Copacabana), renuncié a la agencia y me dediqué a la venta de sanguches, como me gusta llamarlos", señala el emprendedor en relación con el tipo de sándwich que prepara, "tradicionales y chilenos", según describe y valora el apoyo incondicional de su señora. "Agradezco que creyera en mí", dice.
Nicolás y Nelly abrieron a mediados de 2019 el local de la subida a Placilla. Luego vino el estallido social y siguieron trabajando en la medida de lo posible. A los meses llegó la pandemia de coronavirus. "Eso fue duro, estuvimos cerrados los primeros seis meses", recuerda Nicolás.
En ese contexto no les quedó otra que fortalecer su delivery que, a medida que avanzaban las cuarentenas, se posicionó como uno de los preferidos en cuanto a sanguchería de autor.
"Estuvimos seis meses cerrados por miedo a contagiarnos, pero teníamos que trabajar de alguna manera para pagar el arriendo y poder mantener a los trabajadores", dice.
Las complicaciones se mantuvieron hasta que la autoridad sanitaria autorizó atender a los locales que tuvieran una terraza exterior. "Para ese entonces tenía fieles clientes y seguidores, los que se han mantenido y han aumentado durante los últimos meses", asegura este emprendedor gastronómico.
Sucursal
El local de Lauro Barros siempre estaba lleno y pensaron en abrir una sucursal que abarcara a los distintos tipos de clientes: los que prefieren sándwiches, los que gustan de la comida casera y platos más elaborados.
En febrero de este año, inauguraron la sucursal de sanguchería Patricia en avenida Centenario 220, en pleno centro de San Antonio, donde se especializan en almuerzos caseros sabrosos y contundentes. Las especialidades son las cazuelas, pescado frito y mechadas, también tienen pedidos a la carta y, por supuesto, sándwiches, café de grano, de máquina, jugos naturales y bebidas alcohólicas. Atienden entre las 10.30 y las 19 horas.
"En un principio teníamos solo sándwiches en el local de Lauro Barros y vimos que durante la hora de almuerzo bajaba una gran cantidad de personas, por eso decidimos comenzar a vender almuerzos caseros. Nos fue tan bien que decidimos abrir otra sucursal. Ahora en los dos locales vendemos sándwiches y platos preparados", anuncia Nicolás, quien aprovechó de agradecer a sus colaboradores porque "contamos con personas muy comprometidas que se ponen la camiseta por su empresa. Estamos muy agradecidos de ellos".
Patricia
La sanguchería y restobar tiene el nombre de "Patricia", en homenaje a la madre fallecida de Nelly Pezoa, que no está con ellos hace seis años, y su pequeña hija de tres años.
"Nuestra hija también se llama Patricia en honor a mi madre. Que los locales tengan su nombre es un incentivo y un honor para nosotros. Por lo mismo ponemos todo el empeño para que nos vaya bien porque sabemos que ella nos acompaña y protege desde el cielo", asegura Nelly.
Reconoce también el talento de su marido para los negocios. "Tiene una habilidad innata, además que es muy atento con todos y tiene buena mano en la cocina", manifiesta Nelly.
Nicolás reconoce que siempre le gustó la gastronomía, que era un sueño oculto que siempre estuvo presente hasta que logró su propósito de abrir la sanguchería y más ahora, con esta nueva sucursal.
"Siempre me destaqué por hacer buenos negocios, mi mente nunca estaba tranquila, siempre ando pensando qué vender y lo que hacía, me iba bien. Lo de la gastronomía siempre me ha gustado y siempre estoy inventando platos en la cocina. Mi idea de sanguchería y restaurant la sabía solo mi señora, porque por lo general soy muy reservado con las ideas que tengo, no las cuento hasta que estoy seguro de que puedo concretarlas", señala.
Nicolás y Nelly ayudan en la cocina, en la caja y en lo que sea necesario. "Somos once personas en total trabajando entre los dos locales. Tenemos una señora que nos ayuda en la casa y que cuida a nuestra pequeña hija que, además, ahora comenzó a ir al jardín infantil", cuenta Nicolás.
Agrega que entre sus objetivos está darle vida a San Antonio. "Antes había más movimiento en el centro, era atractivo para todos. Queremos volver a ese tiempo e invitar a la comunidad a visitarnos, que se sientan como en su casa, que disfruten de nuestro servicio, atención y cocina", concluye.
"Fui vendedor ambulante hasta que terminé el colegio. Estudié comercio exterior y trabajé en una agencia de aduana un año y medio. Siempre he sido mi propio jefe",
Nicolás Quezada
"En un principio teníamos solo sándwiches en el local de Lauro Barros y vimos que durante la hora de almuerzo bajaba una gran cantidad de personas, por eso decidimos comenzar a vender almuerzos caseros",
Nicolás Quezada
"Nuestra hija también se llama Patricia en honor a mi madre. Que los locales tengan su nombre es un incentivo y un honor para nosotros",
Nelly Pezoa