Tranque San Juan está a punto de secarse, al igual que otros cuerpos de agua de la zona
En 2018 se secó en febrero y actualmente solamente queda una pequeña poza que da cuenta de la dramática situación de los humedales que están sin agua o a punto de perder la que les queda.
María vive en el sector de La Patagüilla, junto al tranque San Juan, y cuenta que es normal que el embalse no tenga agua porque, "esto pasa todos los años y después cuando llueve se vuelve a llenar, hasta que va perdiendo el agua hasta el año siguiente. Es pura lluvia lo que le falta".
Lo que dice esta vecina es una verdad a medias, porque lo concreto es que desde hace más de diez años el tranque San Juan no supera el 50 por ciento de su capacidad, debido en parte a la sequía que afecta a Chile hace una década y media, pero también a que el agua de este tranque es succionada para consumo humano.
De hecho la naturalidad con la que María se toma la falta del agua en el tranque, también demuestra el poco interés que en general existe por la crisis hídrica que tiene la mayoría de los 60 cuerpos de agua que hay entre Algarrobo y Santo Domingo secos, o a punto de secarse.
Según explicó a Diario El Líder el naturalista José Luis Brito, "todo es producto de la sequía que en esta parte del hemisferio sur ya lleva 15 años y se ha vuelto crítica. El tranque de San Juan o embalse de La Patagüilla indica que tenía pataguas, una especie nativa asociada a la humedad que simplemente ya no está porque fueron reemplazadas por eucaliptus que son una especie australiana que consume una gran cantidad de agua. El tranque de San Juan fue embalsado a principios de 1900 en el estero Leyda. Por otro lado, el embalse de Leyda está seco hace como 12 años y eso ya no llama la atención, se volvió parte del paisaje que esté seco y por eso llama la atención que esté seco el embalse San Juan, que era el que iba quedando con agua".
El investigador sanantonino agregó que San Juan "es un tranque de donde se saca agua para el regadío, se succiona el agua tanto que como no llueve no hay escurrimientos de agua que lo rellene, y como no hay pluviosidad no se rellena. Entonces pasa que en un punto queda tan poca agua que el calor del verano y el viento la evaporan, por lo tanto en diciembre, enero, febrero y los primeros días de marzo pasa esto paulatinamente cada año. En 2017 y 2018 pasó lo mismo porque se secó antes y eso causó una gran mortandad de peces".
Grave crisis
Pero el tranque San Juan no es el único que sufre los estragos de la severa sequía, ya que "el caso de la laguna El Peral es más grave porque se secó por completo, a diferencia de San Juan que tiene todavía un poco de agua que es usada por algunas aves y los jotes que se comen las carpas que van muriendo".
Argumentó que "la laguna El Peral ya perdió el agua, se secó en febrero y este es un santuario de la naturaleza que sufre debido al aumento de la población en sus cercanías, la deforestación de las laderas de los cerros, que eran árboles nativos que mantenían la humedad, y la sombra. Entonces esto tiene que ver con la acción humana".
En este sentido el ambientalista apunta a "la agricultura que le saca tanta agua al río Maipo, no sabemos con qué margen de la legalidad porque es increíble la cantidad de plantaciones de paltos y de frutillas que están necesitando una gran cantidad de agua como nunca se había necesitado en nuestra zona. Eso está causando estragos en los humedales. De los 60 humedales que tiene la provincia de San Antonio, la mayoría y los más importantes están secos, porque queda el río Maipo, que es el sostiene prácticamente todo, la parte baja del estero Maitenlahue, lo mismo del estero El Tricao, donde el embalse tiene agua, pero la desembocadura del estero El Tricao está seco porque no pasa el agua hacia abajo. Los embalses San Jerónimo, El Membrillo y Tunquén tienen agua en sus zonas de desembocadura y están secos hacia arriba; lo mismo ocurre en la quebrada de Córdova, el embalse Los Molles, la laguna Matanzas, la laguna Colejuda y el estero El Yali, lo que muestra que la situación es crítica".
Rosa Albornoz es guardaparques de la laguna El Peral y sobre el crítico estado de este cuerpo de agua comentó que "lo que más afecta es a la fauna porque va bajando el nivel de agua, ya que en diciembre teníamos bastante agua y ahora tenemos muy poca porque las altas temperaturas de enero hasta marzo han bajado enormemente el nivel de agua".
"El caso de la laguna El Peral es más grave porque se secó por completo, a diferencia de San Juan que tiene todavía un poco de agua",
José Luis Brito