"La Turquita" dejó los turnos en el hospital para lucirse con su talento para los negocios
Farah Drey partió en la pandemia vendiendo su ropa y le fue tan bien que inició un emprendimiento que la tiene feliz.
Farah Drey (31) es técnico nivel superior en Enfermería (tens), especializada en arsenalería quirúrgica y vive en Tejas Verdes junto a su familia. Durante casi siete años se dedicó a ejercer su profesión la mayor parte del tiempo en Melipilla, donde fue contratada para hacer reemplazos, por esto hacía los turnos de sus compañeros de trabajo que se ausentaban y sus jornadas eran más agotadoras.
Por otro lado, cuenta que su familia tiene orígenes palestinos, ya que su bisabuelo llegó desde el otro lado del mundo hasta Melipilla, donde se radicó y hasta hoy tiene parientes en esa comuna de la Región Metropolitana. De ahí cree que viene el talento para los negocios, ya que desde niña le gustó el comercio, al ver a su papá dedicado a este rubro en su botillería.
En medio de la pandemia, cuando las cuarentenas eran obligatorias y el encierro sólo permitía salir con autorización a lugares considerados "esenciales", como farmacias o supermercados, entre otros, pensó en la idea de iniciar el emprendimiento que actualmente la tiene motivada, "La tienda de la Turquita".
-¿Ejerciste tu profesión?
-Sí, antes trabajaba en el hospital de Melipilla, estuve seis años allá y luego entré al hospital Claudio Vicuña de San Antonio, pero siempre como reemplazo. Alcancé a estar cinco meses hasta que comenzó la pandemia.
-¿Cómo era el trabajo en hospital?
-Trabajaba en los pabellones quirúrgicos, era harto trabajo y como era reemplazo, tenía que acceder a todos los turnos extras que hubiera. Cubría a mis compañeras que se enfermaban, tenía que estar prácticamente 24/7 dándolo todo. No se abrían concursos para postular a contrato, era muy difícil tener una estabilidad económica y de trabajo. Fueron seis años los que estuve así.
-¿Cuándo dejaste de trabajar en el área de la salud?
-Me fui del hospital cuando empezó la pandemia y vi que le bajaban el perfil al tema del covid-19, nadie sabía nada sobre el virus y yo vivía con mi abuela que es adulto mayor, tiene 73 años y con patologías de base. Me daba miedo infectarla y como no era un trabajo estable, dije no pierdo nada, después veré qué hago con las deudas y me retiré.
-¿Cómo analizas el trabajo de los funcionarios de la salud en pandemia?
-Yo me saco el sombrero por los trabajares de la salud, porque han hecho un gran trabajo desde que partió la pandemia. Me he dado cuenta por mis excolegas que han estado 24/7 dando la batalla, ayudando, haciendo los turnos, muy power y realmente se agradece, porque sin ellos, esto no habría podido funcionar bien.
-¿Volverías a ejercer como tens?
-Sinceramente hoy no volvería, no puedo decir si lo haría más adelante, pero ahora no me gustaría volver. Estoy organizada con mis tiempos, mi negocio lo tengo legal, con patente municipal y contador. Si volviera a trabajar al hospital me quitaría mucho tiempo, no podría hacer esto. Me gusta más lo que estoy haciendo ahora, me gusta la ropa, de hecho tengo mucha, por eso empecé a vender.
La tienda de la turquita
-¿Qué hiciste en el periodo en que estábamos encerrados con cuarentena obligatoria?
-Al tiempo, empecé a vender mi ropa, porque se me había juntado mucha. Como ya tenía la clientela, porque en el tiempo del hospital vendía joyas y accesorios, entonces no me costó tanto, porque ya tenía la página, las clientas y todo se dio.
-¿Ahí te decidiste por cambiar de rubro y dedicarte a las ventas online?
-Cuando vi que me fue súper bien, empecé a probar con la ropita. Comencé a comprar por internet, en Concepción, Santiago y me enviaban la ropa. Así empecé hasta que me hice de mis proveedores, los que ahora me traen la ropa para que yo la elija y así se me hace mucho más fácil seguir con mi emprendimiento.
-¿A ti se te ocurrió el nombre de "La tienda de la turquita"?
-Mi familia es descendiente de palestinos, mi mamá me ayudó con el nombre y me dijo la turquita, porque siempre he sido buena para vender, igual que mi papá. Mi nombre Farah, en árabe significa alegría, entonces está relacionado con mi descendencia. Mi abuelo tenía negocio, mi papá también, entonces de ahí viene el talento para los negocios.
-¿Qué le aconsejarías a otros emprendedores que están empezando?
-Les diría que sigan, que hay días malos, pero tienen que pensar positivo. Siempre con constancia y perseverancia para que les vaya bien. También les diría que hay que innovar, porque a la gente les gusta ver cosas nuevas. Hay que invertir en el negocio, en etiquetas, cosas bonitas y regalitos para los clientes, para que sepan que se piensa en ellos.
-¿Cuál ha sido la clave para hacer crecer tu tienda?
-He sido muy perseverante y constante, aunque a veces hay días malos, otros buenos. Nunca he dejado la tienda, siempre he estado ahí, pendiente de que no falte nada, de comprar ropita y todas las semanas tenerles cosas nuevas a mis clientas.
Redes sociales
-Las redes sociales han sido fundamental para los emprendedores ¿estás de acuerdo?
-De todas maneras las redes sociales son muy importantes, porque yo vendo todo por Instagram (@latiendadelaturquita y Facebook (latiendadelaturquita). A mi tienda no viene nadie para acá (en Tejas), más que nada la ocupo para guardar las cosas, sacar fotitos y todo eso. Sabía de antes manejar las redes sociales, porque siempre me ha gustado usarlas.
-¿Fueron una opción para vender en el inicio de la pandemia?
-Para mí fue muy buena la pandemia, me sirvió muchos para hacer crecer el negocio. Se dio mucho el boca a boca, con clientas que me recomendaban con otras personas. Yo daba facilidades con delivery cuando la gente no podía salir a buscar sus prendas o que las vinieran a buscar cuando pudieran. En ese tiempo hice mi tienda en la casa, así que estuve trabajando a full, encerrada, pero muy matea con el emprendimiento.
-Incluso tienes una modelo para las fotos de tu tienda.
-Sí, es mi modelo desde hace más de un año, ella me ayuda y yo la ayudo a ella. Las fotos las saco yo, porque me encanta la fotografía, le digo como posar, es un trabajo en equipo.
-¿Tienes alguna meta que quisieras cumplir?
-Me gustaría hacer crecer más mi negocio, tener una sucursal en alguna ciudad, traer ropa de hombre o de niño y que sea una tienda destacada.
"Me saco el sombrero por los trabajares de la salud, porque han hecho un gran trabajo desde que partió la pandemia. Me he dado cuenta por mis excolegas que han estado 24/7 dando la batalla",
Farah Drey
"Mi abuelo tenía negocio, mi papá también, entonces de ahí viene el talento para los negocios",
Farah Drey.