Fernando García Arancibia: Un músico en 360 grados
Esta leyenda de la música chilena se crió en Isla Negra, fue íntimo amigo del poeta Neruda. Hoy continúa creando con la humildad y gentileza que lo caracterizan.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
Don Fernando nació en Santiago de Chile el 4 de julio de 1930. Hijo del ingeniero Guillermo García Burr y Elsa Arancibia Basterrica.
Su educación escolar la cursó en el colegio The Grange School, La Reina, Santiago.
Estudió Medicina en la Universidad Católica de Chile por dos años (1948-1950). Sin embargo, su pasión musical le hizo formarse como autodidacta en composición con una pléyade de músicos nacionales, entre ellos Juan Orrego Salas, Carlos Botto Vallarino, Juan Allende-Blin, Gustavo Becerra-Schimdt y Domingo Santa Cruz Wilson, de este último confidencia: "Domingo es el creador de todo el desarrollo de la música chilena".
En trombón recibió lecciones de Abraham Rojas. Simultáneamente fue trombonista de la Orquesta Sinfónica de Profesores del Ministerio de Educación (1958-1960), y se desempeñó como tenor en el coro de la Universidad de Chile.
En este período profundizó en la musicología con Vicente Salas Viú.
Su aporte a la historia musical chilena comenzó con sus monografías de "Enrique Arancibia, músico desconocido" (1965) e "Isidoro Vázquez Grille" (1967), ambas publicadas por la Revista Musical Chilena.
En 1968 apareció una traducción de su "Historia de la música de Chile" en Moscú, Rusia.
Se casó con la bailarina Hilda Riveros Wainstein (1937-2013), con quien tuvo dos hijos: Alejandro, músico percusionista, y Leonardo, dedicado al mundo empresarial.
Impartió clases en el Instituto de Extensión Musical y la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad de Chile.
Luego del golpe de estado cívico-militar el 11 de septiembre de 1973 se ve forzado a salir del país.
En el exilio, primero en Perú (1973-1979), contribuyó al "Mapa de los instrumentos musicales de uso popular en el Perú", un acabado trabajo de riqueza organográfica peruana con proyección latinoamericana, colaboró con el compositor César Bolaños y el investigador Josafat Roel Pineda.
Después en Cuba (1979-1990), escribió de los concursos efectuados por la Casa de las Américas, graficó el vínculo entre compositores y ballet. Fue director musical del Gran Teatro de La Habana García Lorca.
Regresó a Chile en 1990, se incorporó como profesor titular a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Recibió el Premio Nacional de Artes Musicales en 2002. Fue nombrado "Figura fundamental de la música chilena" por la Sociedad chilena de autores e intérpretes musicales (SCD) en 2013.
Es miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes.
De su gran catálogo destacan "Variaciones" (1959), "Sinfonía" (1960), "Estáticas" (1961) y "Firmamento sumergido" (1968), entre otras.
Sus obras se han presentado en Argentina, Bolivia, Cuba, Guatemala, Austria, Dinamarca, España, Francia, Hungría, Italia, Estados Unidos, entre otros.
Su relación con Isla Negra es vasta. Su padre tuvo una casa en la zona, por lo cual era apodado "El pirata de Isla Negra", quien era amigo de Pablo Neruda, menciona: "Yo conocí a Neruda porque era amigo de mi padre, siempre veraneaba allí. Era un tipo increíblemente inteligente, ubicado y poeta".
Para el compositor y vicepresidente del consejo de la Sociedad de Folclor Chileno Carlos Zamora don Fernando es: "Un erudito muy talentoso y simpático".