Enormes tacos en horas punta y agresiones callejeras llevan a pedir restricción vehicular
Conductores cada día deben lidiar con un parque automotriz en crecimiento.
Son las ocho de la mañana en la calle Gregorio Mira, frente a Bombero Molina, y Fernanda como todos los días, sufre lo que sufren otros cientos de apoderados que concurren a dejar a sus niños en medio del tumulto de vehículos que se amontonan por llegar a la puerta de la escuela, o bien avanzar en la medida de lo posible en pos de sus matinales destinos.
Una situación parecida se vive en la esquina donde se juntan las calles Las Palmeras y Florencia, donde está el colegio Fénix, donde está la escuela Movilizadores Portuarios; lugar donde cada mañana en el horario de las 7.45 a las 8.15 es imposible que estén las dos pistas habilitadas del tramo.
Lo anterior obliga a que conforme cada apoderado, papá o mamá, deja a su niño en la puerta del colegio mueve el vehículo que traba el normal flujo del tránsito y así pasa en cada lugar de este pueblo donde hay un colegio con niños que son acarreados por los autos de sus padres o familiares.
¿Y qué decir de las pasadas desde San Antonio a Llolleo y viceversa en esos mismos horarios?
"Estuve 25 minutos tratando de cruzar hacia Barrancas y después de eso me topo con el taco que no es de menos de 10 minutos en Blanco Encalada hacia Gregorio Mira y llegando abajo son 10 minutos más para salir a cualquiera de los cerros que uno vaya", cuenta el colectivero Claudio Berríos desde su casa en cerro Arena, donde se fue a refugiar al mediodía para capear el taco de esa hora en el centro del San Antonio.
Sobre este escenario le preguntamos al presidente de la Asociación Gremial de Transporte Colectivo Menor de la Provincia de San Antonio, Paul Huala, quien de entrada manifestó que "hay mucha violencia en la calle. La gente está muy estresada, se nota en cada recorrido donde los autos llegan y se meten, los tipos andan como alterados, de la nada te muestran un bate, y lo peor de todo es que no se ve ninguna fiscalización y eso vale también para nuestro propio gremio".
De hecho, el dirigente contó que "manejando desde San Antonio a Llolleo en el paradero del Tottus otro colectivo que venía saliendo de manera intempestiva me topó el auto y el tipo se bajó amenazante. Cuando lo encaré se subió al auto y me chocó en reversa, entonces no me quedó más que contactar al dueño del auto que me dijo que no podía echar al chofer porque le cumple con la entrega. Esa es la situación en la que estamos hoy día en San Antonio".
Caos
Y si esa es la realidad de un dirigente del transporte público, lo que le toca al resto de las personas que conducen cada mañana sus vehículos entre San Antonio y Llolleo y entre Llolleo y San Antonio, se maneja en esos márgenes de atochamientos, prisa, y muchas veces rabia.
Al respecto el conductor de colectivos Claudio Berríos comentó a Diario El Líder que "todas las mañanas en la hora de las siete y media de la mañana es un caos tratar de pasar a Llolleo desde Barrancas y cualquier niño que tome el colectivo un cuarto para la ocho en Llolleo Alto igual va a llegar atrasado a San Antonio porque no hay por donde pasar; entonces si ya tenemos una restricción de dos dígitos para los colectivos tal vez no sería mala idea poner la misma restricción para los vehículos particulares y en ese caso además se fomentaría el uso del transporte público".
Sobre esta idea que ha tomado harta fuerza entre muchos conductores del transporte público el dirigente Paul Huala dijo que no ve "con malos ojos la idea de hacer una restricción a los vehículos particulares porque ahora honestamente el parque automotriz se ha multiplicado al menos unas cuatro veces y eso lo vemos y lo vivimos los choferes que todos los días tenemos que salir a la calle".
-¿Pero son suficientes los autos disponibles para satisfacer las necesidades de transporte que tiene San Antonio?
-Lo sería si al mismo tiempo pudiéramos ordenar los recorridos porque lo que hoy día hacemos en San Antonio son circunvalaciones, es decir cada uno hace un recorrido que le acomoda sin la necesidad de tener que llegar a una garita y esa es una de las cosas que tenemos que ordenar.
"Si ya tenemos una restricción de dos dígitos para los colectivos tal vez no sería mala idea poner la misma restricción para los vehículos particulares y en ese caso además se fomentaría el uso del transporte público",
Claudio Berríos,, colectivero