Feriante cuenta su vida de esfuerzo y el cambio que la llevó a retomar su fe en Dios
Karina Hidalgo Silva, asegura que lleva más de 30 años vendiendo diferentes productos en las ferias libres, lo que es una tradición de su familia
La simpatía y la sencillez son las características más notorias de Karina Hidalgo Silva (50), quien desde niña conoció lo que era el trabajo esforzado, cuando acompañaba a sus padres a vender diferentes productos que recolectaban, como mariscos y ensaladas. Esta experiencia la motivó a seguir su ejemplo de esfuerzo y perseverancia.
Trabaja junto a su madre en la feria 1 desde sus inicios, por lo que ha sido testigo de todos los cambios que han tenido estos recintos, donde también tienen puestos sus familiares, haciendo de la labor de feriante, una tradición que continúa a pesar del paso de los años.
-¿Cuántos años llevas trabajando en la feria?
-Llevo aproximadamente 30 años trabajando en la feria. Soy una de las 10 ó 15 personas que empezamos a trabajar después de las verduras, en ese tiempo empecé yo y después mi mamá que se dedicó a la ropa americana.
-¿Qué vendías cuando partiste?
-Vendía plásticos, en ese tiempo traía coladores para el té cuando valían 50 pesos. Después de dos años aproximadamente, mi mamá se independizó y se hizo cargo del puesto, sacó permiso municipal, hizo iniciación de actividades y ahí fuimos innovando, ya como algo más formal. Ahora me dedico a la venta de papel higiénico.
-¿En qué ha cambiado la feria en todos estos años?
-Cuando nosotras empezamos a trabajar en la feria, éramos como 15 personas y nos conocíamos todos. Se respetaba mucho lo que decía el sindicato de la verdura. Ellos tenían sus reglas, no se podía fumar ni tomar en la feria, no se escuchaba tanto garabato. Antes había más respeto por las personas, eso se ha perdido con el tiempo.
Familia de feriantes
-¿Qué la motivó a dedicarte al trabajo en feria libre?
-Yo soy de familia muy trabajadora y la mayoría son feriantes, trabajan en la feria 1, tengo a mis tíos Ernesto Silva que trabaja en las papas, Antonio que vende ajos y verduras y mis tías Marta e Iris también son feriantes y trabajan con sus hijos, es una tradición porque fueron los primeros cuando se inició la feria 1. Siempre a mi me gustó trabajar, desde niña. A mi mamita le gustaba ir a cortar porotos y me acuerdo de que a mí me dejaban sentada en un saco, mientras ellos cortaban. Después ayudaba a mi tía a vender verduras. De ahí, empecé a ver que donde terminan los puestos de verdura, se instalaba gente a vender ropita y así empecé.
-¿Tu familia siempre se ha dedicado al comercio?
-Mi papá fue mariscador, iba a buscar mariscos, a las machas y todo lo que traía me mandaba a venderlo por la población. Cuando íbamos a las pencas, llegábamos a la casa, las pelábamos y ellos salían a vender y yo también las ofrecía por las casas de la población. Hemos trabajado en los volantines, en cajas de plátanos, llevábamos cien volantines y los llevábamos a Placilla y al cementerio. La tradición de mi familia es trabajar. Así hemos sido siempre
-¿Te has desempeñado en otro rubro?
-Durante 12 años tuve un local de comida rápida en mi casa en Bellavista, junto con mi mamá. En la mañana iba a la feria y en la tarde abría, como a las 18.30 horas. Vendíamos papas fritas, pollo asado, anticuchos y pizzas. Nos iba bien, teníamos hartos clientes, pero un día de lluvia, vino un joven, me puso una pistola en la cabeza. Por eso cerré el negocio para siempre.
Rancherita de oro
Lejos de su faceta de feriante, Karina Hidalgo se dedicó durante más de una década a la música ranchera, participando en eventos donde era conocida como la "Rancherita de Oro".
-¿Cómo fue tu época de cantante de rancheras?
-Estuve cerca de 15 años cantando en San Antonio, me gustaba mucho la música ranchera, me decían "La rancherita de oro". Cantaba en eventos que hacían en Torino y Río Maipo en Tejas Verdes. Hace 10 años que dejé de cantar, porque en esos años a la gente no le gustaba pagar y con todo el gasto que tenía en la ropa, era un sacrificio salir a los eventos, terminar a las 2 ó 3 de la mañana cuando quedan todos bailando y al otro día tenía que ir a la feria a trabajar. Me pagan 10 ó 20 mil pesos por cantar y gastaba mucho más. Una vez una señora me dijo, yo no sé por qué Dios le da sombrero al que no tiene cabeza, si tu no eres para esto, eres para algo más grande.
-¿Te gustaría volver a cantar rancheras?
-No, ya dejé de cantar este tipo de música y ahora me dedico a todo lo que es el ambiente cristiano. Estoy cantando, pero en otro sentido. Tengo un canal en YouTube que se llama Karina Hidalgo música y ahí están algunos temas inéditos que estamos sacando y algunos de otros hermanos. Una vez una persona cristiana me dijo, tú tienes que cantar porque con lo que haces alegras la vida de las personas, pero yo seguí la Biblia y dice que por una llave no puede salir agua dulce y salada a la vez. Eso me dio a entender que no puedo cantar rancheras y canciones cristianas a la vez. Ahí tuve que decidirme y dejé las rancheras. Dios me paga mejor.
-¿Qué te llevó a la religión?
-En mi juventud iba a carretes, tuve muchos amigos y es verdad que se van cuando uno deja de tomar, fumar o carretear. Lo único que puedo decir que me ha hecho feliz toda mi vida por eso vuelvo al evangelio, es Dios. Es verdad que hay buenos y malos evangélicos, pero Dios es lo mejor que puede conocer el ser humano. Antes me sentía amargada, infeliz y no tenía paz interior, por eso me acerqué a Dios. A lo mejor no te soluciona los problemas, pero te guía para resolverlos.
Foto en el diario
-El 25 de marzo, publicaron una foto tuya en la sección "Desde el Faro", en diario El Líder, por su "sombrero artesanal" (era una visera hecha con un pedazo de cartón). ¿Qué te pareció verte?
-(Ríe) Cuando salió la foto en el diario, me llamó una clienta y me dijo, oye saliste en el diario, te hicieron famosa, cuando vi la foto me dio mucha risa. Yo uso visera y ese día se me quedó en la casa, entonces como no aguantaba tanto calor, corté un cartón, le hice un hoyo, metí el moño y listo. Fue divertido, porque todos me decían algo por mi sombrero de cartón.
"Se respetaba mucho lo que decía el sindicato de la verdura. Ellos tenían sus reglas, no se podía fumar ni tomar en la feria, no se escuchaba tanto garabato",
Karina Hidalgo.
"Una vez una persona cristiana me dijo, tú tienes que cantar porque con lo que haces alegras la vida de las personas",,
Karina Hidalgo.