La pareja sanantonina que triunfa con su emprendimiento y en el amor
Katherin Riquelme y Oscar Carvajal se la jugaron con productos no tradicionales, como velas para ceremonias y guateros con semillas y hierbas, y le pegaron el palo al gato. Ahora están planificando su boda para octubre.
Oscar Carvajal (33) cuenta que ha trabajado en diversos oficios como reponedor, captador e incluso postuló a Carabineros, pero al final se decidió por el trabajo social. Hace poco más de un año presta servicios en Cescof de cerro Alegre, lo que lo tiene contento porque lo motiva a ayudar a quienes lo necesitan.
Dentro de sus planes más importantes para este año, está su matrimonio con su pareja desde hace ocho años, Katherin Riquelme, el que está programado para octubre próximo. Además, junto a su novia, hace cinco años inició un emprendimiento consistente en la elaboración de velas personalizadas, especiales para ceremonias. También hacen otros artículos como guateros de semillas, antifaz de hierbas y sal de baño. Oscar reconoce que les ha ido mejor de lo que ellos mismos esperaban.
-¿A qué te dedicabas antes de estudiar trabajo social?
-Antes de estudiar trabajé como captador de socios del Hogar de Cristo acá en San Antonio. Los que más aportaban eran los adultos mayores, después quedé sin trabajo y me fui a vivir por siete años a Limache. Allá trabajé como reponedor, postulé a Carabineros, pero me gustaba más el trabajo social.
-¿Tienes algún pasatiempo o haces deporte?
-Antes, cuando estuve en el colegio, jugaba básquetbol y y estuve en la selección de San Antonio, pero cuando uno empieza a trabajar eso queda de lado por falta de tiempo. Igual me gustaría harto volver a practicar.
-¿Cómo conociste a tu novia?
-En un paseo al que fui con mi papá. La vi y me enamoré altiro, fue amor a primera vista. Después la busqué harto, durante cuatro años y me decía que no, hasta que una vez nos juntamos en Viña y ahí empezó nuestra relación. Estamos juntos desde el 2014. Ahora tenemos casa propia, la recibimos en noviembre del año pasado y nuestro emprendimiento. El 15 de octubre nos vamos a casar.
Kuntu
Kuntu es una palabra quechua que significa aroma, fragancia, y eso tiene relación con lo que hacen estos enamorados, por eso eligieron ese nombre para su negocio, el que iniciaron en conjunto hace cinco años.
-¿Cómo planificaron la idea de emprender juntos?
-En 2018 empezamos el emprendimiento. Confeccionamos velas, guateros de semillas y sales de baño. Cuando me titulé me puse a buscar trabajo y no encontraba, entonces para generar más ingresos hicimos un estudio de mercado. La idea era ver qué producto vendían los emprendimientos porque queríamos que el nuestro fuera único, algo que fuera diferente, que no hubiera en todas partes. Estuvimos en eso como seis meses y nos dimos cuenta de que en San Antonio no fabricaban velas ni guateros de semillas en ese tiempo.
-¿Cómo les fue en el inicio?
-Cuando empezamos, partimos con muy pocas cosas. Hacíamos publicaciones en Facebook e Instagram. Lo que nos hizo conocidos fue la vela chakra, porque acá nadie más la tiene. Es una vela con siete colores que se usa para meditación y reiki. Cada color tiene el significado de una energía. Cuando participamos por primera vez en la Feria de Emprendedores, era la fecha del Día de la Mamá y nos fue muy bien.
-¿Cómo se dividen el trabajo en el emprendimiento?
-Yo hago las velas y mi polola hace los guateros. Antes no sabíamos hacer estas cosas, pero hicimos cursos y también veíamos videos en YouTube. Lo bueno es que a los dos nos gusta lo que estamos haciendo, nos apoyamos mucho.
-¿Y cómo ha funcionado el negocio en todo este tiempo?
-El año pasado nos ganamos el Capital Semilla y con eso arreglamos el taller y compramos más insumos para trabajar. Ahora tenemos locales que abastecemos en El Quisco, Llolleo, Limache, Concepción, Antofagasta, Coyhaique y Santiago. Nosotros nunca pensamos que nos iba a ir tan bien.
-¿Les queda tiempo para ustedes entre el trabajo y la producción?
- Katherin es educadora diferencial, trabaja en un colegio y yo en el Cesfam de cerro Alegre, con los agentes comunitarios. Salimos del trabajo a las cinco y ahí nos ponemos a hacer las velas de lunes a lunes. Los sábados y los fines de semana largo, estamos en la feria de la plaza de Llolleo.
Guateros con hierbas
-¿Qué productos son los que más piden sus clientes?
-Este es el tiempo de los guateros, como hace mucho frío se empiezan a vender desde abril. Tenemos diferentes tipos: el tradicional, que es redondo y personalizado; otro para la espalda, las rodillas, tobillos, cintura, los que vienen con hierbas para diferentes funciones. También nos piden muchos antifaces para relajarse o refrescarse en caso de mucho calor.
-¿La pandemia afectó las ventas?
-A nosotros nos fue bien en la pandemia, no tenemos nada que decir, ya que vendíamos por redes sociales y con los locales también fue bueno porque nos seguían pidiendo sobre todo velas para ceremonias como bautizo y primera comunión. Estas velas las hacemos a pedido con al menos dos semanas de anticipación.
-¿Algún sueño relacionado con lo que venden?
-Me gustaría tener un local donde fabricar nuestros productos, vender para afuera de Chile y poder contratar más gente, ese es mi sueño.
"En 2018 empezamos el emprendimiento. Confeccionamos velas, guateros de semillas y sales de baño",
Oscar Carvajal
"Lo que nos hizo conocidos fue la vela chakra, porque acá nadie más la tiene. Es una vela con siete colores que se usa para meditación y reiki. Cada color tiene el significado de una energía",
Óscar Carvajal
"Ahora tenemos locales que abastecemos en El Quisco, Llolleo, Limache, Concepción, Antofagasta, Coyhaique y Santiago. Nosotros nunca pensamos que nos iba a ir tan bien".