Violencia escolar: el silencioso dolor que atormenta a muchas familias
Un grupo de mujeres protestó en el Colegio Espíritu Santo para exigir que se aborden los casos de bullying que han involucrado a niños del establecimiento educacional llolleíno.
Una bulliciosa protesta realizó un grupo de aproximadamente veinte mujeres que se congregó en la entrada del Colegio Espíritu Santo de Llolleo, con la intención de manifestarse contra las agresiones que han sufrido estudiantes a manos de otros estudiantes del mismo establecimiento educacional.
El caso más dramático es el de un niño de 11 años que, tras sucesivas golpizas de sus compañeros, no dejó a su madre con más alternativa que retirarlo del colegio, con todo lo que eso implica.
"La protesta no nació de parte mía, sino que surgió de distintos apoderados que quieren que se haga justicia dentro del establecimiento. Mi hijo es víctima de bullying desde el 2017 y en 2018 hice una denuncia que nunca tuvo respuesta, y esto gatilló ahora a comienzos de marzo cuando alumnos del curso de mi hijo ingresaron con armas blancas, han ingerido pastillas que han puesto en riesgo la salud de varios estudiantes, atentando contra la salud física y sicológica no solamente de un niño ni de un curso, sino que de todos los estudiantes del establecimiento", dijo la mujer cuyo nombre omitiremos para resguardar a su hijo.
"sin solución"
De acuerdo con el relato de esta madre, "todas las veces que le reclamé al director me dijo que estaban siguiendo los protocolos mientras yo tengo que tener a mi hijo medicado, con trastornos del sueño, con crisis de ansiedad, con trastornos alimenticios y promesas que nunca llegaron para atender las agresiones contra mi hijo, que tenía miedo de venir al colegio y por eso lo tuve que sacar porque no tuve solución".
Pero eso no es todo, ya que "de manera indirecta se vio afectada mi otra hija, a la que también tuve que sacar de este colegio y mi hijo vive con miedo. Tengo que tenerlo medicado para que pueda dormir por las noches. Tiene crisis de llanto muy difíciles de controlar, tengo que llevarlo a terapias sicológicas porque el colegio nunca me dio una respuesta. Nada de esto es normal, un niño de 11 años no puede estar medicado por culpa de las agresiones de niños del mismo colegio", reclamó al borde las lágrimas la madre del niño cuyo caso originó la protesta.
Súper complicado
Alejandra Olivares, una de las apoderadas que participó de la protesta, dijo que "es súper complicado que estén sacando a los niños que sufren de bullying cuando existe un reglamento interno que no se está aplicando. Entonces la preocupación como mamá es muy grande, mi hija viene todos los días al colegio que no da garantías de resguardo y por eso también estoy pensando en sacarla".
Esther de los Ángeles Fuentes es licenciada en comunicación social y magíster en sociología de la Universidad de Chile, y durante años ha trabajado con profesionales de la zona en distintas áreas de la convivencia escolar. "Es urgente tener una comunidad educativa alerta y comprometida, con vocación para buscar una solución a este tipo de situaciones y desarrollar algunas habilidades que permitan manejar las emociones", comentó sobre el violento presente en algunos planteles escolares.
Confesiones
Una situación que está llamando la atención de las comunidades educativas es el surgimiento de múltiples perfiles de Instagram que tienen en común la palabra "confesiones" y luego el nombre de un establecimiento educacional, donde los escolares comparten rumores y experiencias; pero no solamente eso ya que también se "confiesan" episodios de violencia.
Una madre de Placilla, cuya hija ha sufrido bullying, relató que "con la vuelta al colegio he sabido de muchísimos casos de gente cercana con niños agredidos y lo peor es que los colegios tratan de tapar al máximo estas situaciones. En esta página de Instagram se puede encontrar relatos terribles de niños y niñas que son agredidos y nadie se hace cargo".
Desde el colegio aludido se hizo circular un comunicado donde advierten que el establecimiento cumplió con los protocolos y que los descargos se harán en la Superintendencia de Educación.
20 apoderadas se reunieron en las afueras del colegio para protestar contra la dirección.