Terapeuta sanantonina superó la depresión y grandes dificultades dando un ejemplo de superación
Magdalena Velásquez dejó en el pasado momentos difíciles de su vida con optimismo, el que ahora transmite a sus pacientes de terapias holísticas
Magdalena Velásquez San Martín (49) cada día comparte en su muro de Facebook un mensaje positivo y no lo hace sólo por rutina, su actitud es así, optimista y perseverante, lo que le ha permitido superar etapas de su vida que fueron muy complejas debido a problemas de salud y por otros asuntos personales. Ahora esas dificultades las ve como una experiencia que le sirvió para conocer otras realidades y apoyar a quienes lo necesitaron.
Esta vecina de Llolleo Alto recuerda que cuando era niña soñaba con ser chef porque su pasión era cocinar. Muy joven emigró de San Antonio, viviendo en otras regiones, incluso estableciéndose al otro lado de la cordillera, en Neuquén, Argentina.
Actualmente, a pesar de estar con un daño ocular producto de un desprendimiento de retina, continúa haciendo lo que la hace feliz, cuidar a sus gatitos, los que ha rescatado a los pocos días de vida y retomando su trabajo tanto con los masajes de relajación, como sus servicios de terapeuta holística. Energía no le falta.
Magdalena Velásquez cuenta sobre su vida que "nací en San Antonio, pero a los 14 años me fui a Valparaíso, después estuve en Santiago y a los 20 años me fui a Argentina, específicamente a Neuquén , capital, hasta que las vueltas de la vida me trajeron de regreso.
-¿Cuál era tu sueño cuando niña?
-Cuando chica mi sueño siempre fue ser una persona conocida y reconocida por todos y convertirme en la mejor chef del país, pero en aquellos tiempos tenía una depresión endógena, la cual me limitaba mucho para hacer ciertas cosas. Tenía miedos y frustraciones, todo lo contrario a como soy ahora.
-En tu adolescencia viviste momentos difíciles ¿cómo los superaste?
-A los 14 años estuve en el Centro de Observación y Diagnóstico (COD) en Valparaíso, durante tres meses y una semana. A mis compañeras les decía que la vida era linda, que a pesar de que estábamos ahí siempre había oportunidades afuera, que todo dependía de uno. Por lo tanto, mis mensajes de esperanza vienen de siempre, no es algo de ahora. A veces nos estamos sumiendo en la tristeza y hay que respirar, eso es lo que yo hice, pedir ayuda, no quedarme con un no se puede. Para mí si se puede, si se debe.
-¿Fue una dura experiencia a ver estado en esa residencia del Sename?
-Los hijos del Sename si podemos salir adelante, yo lo hice a pesar de haber tenido una familia, salí sola con la ayuda de amigos. Fue una experiencia muy dura, a pesar de que ahí conocí el infierno no me arrepiento porque de ahí salí como candidata a reina y fui valorada por todas esas chicas malas, fue mi primer premio al esfuerzo, hasta el día de hoy lo recuerdo, pero lo agradezco porque aprendí que todas las personas tienen algo de luz, hasta las chiquillas más malas tienen algo bueno. Son cosas de la vida y va en uno salir adelante. Yo no venía de una familia pobre, mi papá tenía recursos, pero desde pequeña nunca quise vivir con ellos.
Vida en argentina
-¿Cómo fue vivir en Argentina?
-Algunas personas cuando me iba a ir a Argentina me decían te va a ir mal, no conoces a nadie, cómo te vas a ir sola y lo hice. Me fui, conocí gente y allá estuve un tiempo en un hogar. Fui como voluntaria y mi pago era solamente la alimentación, era una más, cuidaba a niñas que también tenían problemas y que de cierto modo me reflejaba mucho en ellas. Eso para mí fue muy satisfactorio. También trabajé de nana, en cocina porque soy maestra de cocina y cuando terminé una relación de un año, regresé. Fueron cuatro años en los que trabajaba para juntar plata y viajar. Me gustaba la libertad.
-Llevas varios años dedicada a los masajes de relajación. ¿Cómo partiste en eso?
-Sin querer empecé haciendo el primer masaje en la calle. A pesar de tener estudios estaba muy complicada económicamente. Un día fui a un quiosco y le dije a la señora que si me prestaba el diario para buscar trabajo. Ella me comenta que le dolía la parte alta de la espalda y en ese momento le dije que yo sabía hacer masajes y le ofrecí hacerle uno. Así empecé con un masaje en la calle, en ese momento ella me sugirió que me dedicara a eso, que me iba a ir bien. Ahora estoy retomando los masajes de relajación.
-¿En qué situación estabas cuando sucedió eso?
-Fue en un tiempo muy complicado, porque venía saliendo de una enfermedad muy grave que me tuvo al borde la muerte. De hecho siempre he dicho que no debería estar viva, porque tuve una anemia hemolítica autoinmune y ahí empezó esto de ayudar a la gente, buscar hacer algo para los demás y fueron seis meses de una pobreza absoluta. Yo decía, no soy un caso social, soy un cacho social.
Proyecto fosis
-Ganaste un fondo de Fosis para equipar tu espacio para hacer los masajes.
-Cuando gané el proyecto de Fosis di una lucha diaria, llamaba casi todos los días a la Gobernación, insistía porque necesitaba ese proyecto y lo saqué por cansancio. La directora de Fosis me dijo que me lo había ganado porque me había creído el cuento. Hace 14 años atrás no se veía mucho el tema de los masajes o las terapias alternativas y acá en San Antonio fui una de las pioneras.
-Con relación a tu rol como terapeuta holística ¿cómo conociste a Pedro Engel?
-Con Pedro fue toda una historia. En Facebook vi que estaba dictando unos cursos, le pedí información y me respondió. Le contesté que algún día iba a ser mi maestro. Al año estaba estudiando tarot con él.
Rescate de gatitos
Magdalena tiene ocho gatitos que rescató cuando tenían pocos días de vida y todos habían sido abandonados y enfermos, al borde de la muerte. Amigos y conocidos le aportan para los alimentos cuando es necesario.
-¿Por qué rescatas gatitos?
-Tenía dos gatitos la Titi y Pepito, el que era muy regalón. Un 19 de septiembre salió a la calle y nunca más volvió y fue tanta mi pena que empecé a buscar una gatita. Fui a una clínica veterinaria y había tres gatos, pregunté de quién eran y no eran de nadie. De ahí empecé a recibir gatitos bebé. Yo no puedo ser mamá, perdí tres bebés y tenía la necesidad de ser madre, con ellos soy mamá gatuna. Cuando tú tienes a tu hijo enfermo te desvelas cuidándolo, si no tienes plata para llevarlo al médico te consigues, con ellos se hace lo mismo.
-¿Cómo financias los alimentos y las necesidades de los gatos?
-Con el tiempo se inició esta cadena de amor. Acá se ocupan dos sacos de alimentos de 20 kilos al mes para ocho gatos y harto aserrín. Cuando necesito ayuda pido que me aporten a través de Facebook y he tenido una buena respuesta, a veces no, pero es algo voluntario. Si alguien quiere colaborar con alimentos o aserrín es bienvenido.
El contacto de Magdalena Velásquez es +569 99577337 y en Facebook: Magdalena Velásquez San Martín.
"A veces nos estamos sumiendo en la tristeza y hay que respirar, eso es lo que yo hice, pedir ayuda, no quedarme con un no se puede",
Magdalena Velásquez.
"Siempre he dicho que no debería estar viva, porque tuve una anemia hemolítica autoinmune y ahí empezó esto de ayudar a la gente",
Magdalena Velásquez.