Una veintena de personas muere al año por suicidio en San Antonio: promedian los 40 años y más del 80% son hombres
El Minsal ha registrado 17 casos de personas que se han quitado la vida hasta la primera semana de septiembre de este año en la provincia por "lesiones autoinfligidas intencionalmente".
El 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. En ese contexto, la Organización Mundial de la Salud estableció la campaña anual "Septiembre Amarillo" para concientizar sobre este tema.
Se escogió este color porque en 1994 fue fundado el programa Yellow Ribbon (Cinta amarilla) por los padres y amigos del adolescente estadounidense, Mike Emme, quien a los 17 años se quitó la vida cuando no sabía las palabras que decir o cómo hacerle saber a alguien que estaba en problemas.
El lema de este año es "La depresión te pasa y pasa", que busca visibilizar las causas de la depresión y cómo prevenirla.
En septiembre, además, se manifiesta el trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que se puede observar con mayor intensidad con los cambios de invierno a primavera y de otoño a invierno. Tristemente muchos de esos casos terminan en el suicidio al no ser detectados oportunamente.
El Departamento de Estadísticas e Información en Salud (Deis) del Minsal ha registrado 17 casos de personas que se han quitado la vida hasta la primera semana de septiembre de este año en la provincia por "lesiones autoinfligidas intencionalmente".
En julio, cuando Diario El Líder reportó este fenómeno, los casos eran 11 en toda la provincia de San Antonio.
Esta cifra, sin embargo, podría ser mayor debido a que no todos los casos son rotulados de esta forma.
Tienen en promedio 43 años. El mayor tiene 71 años y el menor solo 16. De ellos, solo dos son mujeres (12%).
La campaña "Septiembre Amarillo" es de carácter internacional y cuenta con una página web (www.septiembreamarillo.com) con información más detallada sobre su misión.
De acuerdo con cifras de la propia OMS, la depresión es la principal causa de problemas de salud y de discapacidad a nivel global y, según las últimas cifras reportadas, se estima que más de 300 millones de personas viven con esta enfermedad en el mundo.
Es más, la entidad calcula que para 2030 los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad.
Se estima que el 12,5% de todos los problemas de salud corresponde a los trastornos mentales, superando a las enfermedades cardiovasculares y al cáncer, que en la provincia de San Antonio son la primera y segunda causa de muerte, respectivamente.
La mayoría de los casos parte antes de los 15 años de edad. Sin embargo, entre el 35 y el 50% de los pacientes no reciben ningún tratamiento o el que tienen no es el apropiado para su condición.
En Chile mueren alrededor de 11 personas por cada 100.000 habitantes por daño autoinfligido.
Según el Ministerio de Salud, más de 220 mil chilenos mayores a los 18 años han planificado su suicidio y más de 100 mil reconoce que intentó quitarse la vida, según la Encuesta Nacional de Salud (2016-2017), que por primera vez midió en específico esta temática.
El año pasado, en tanto, esta cifra en San Antonio llegó hasta las 24 víctimas, que tienen entre 89 y 16 años. Entre ellos promedian 43 años y el 84 % son hombres.
La tendencia es igual en los años anteriores, donde las muertes por esta causa también bordean la veintena.
Sobre las causas de la depresión, el doctor Roberto Amon, profesor asociado de Siquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, comenta que existen diferentes determinantes que inciden en su aparición.
"Conocer el impacto que tiene cada uno de estos factores en los individuos, permite desarrollar estrategias de prevención, para evitar o tratar la depresión tanto a nivel individual como global, y de esta manera impedir el suicidio".
"Entre los determinantes de la depresión, hay variables individuales como la genética y la historia de vida, hasta factores sicológicos, sociales y ambientales. Estos no actúan de manera aislada, sino que se refuerzan entre sí actuando a distintos niveles, para finalmente afectar la manera como experimentamos las emociones y cómo funciona nuestro cerebro", señala el doctor Amon.
En ese sentido, Claudia Baros Agurto, sicóloga clínica, magíster en conducta suicida y directora ejecutiva de la Red de Equipos de Prevención de Suicidio (REPS Chile), refuerza que, "tanto la depresión como el suicidio se ven influidos por factores ambientales o sicosociales, y ambos se desencadenan por múltiples causas que actúan conjuntamente".
Entre los principales factores están el ser víctima de violencia, abuso o acoso sexual, bullying (o ciberbullying); acoso laboral; discriminación por orientación sexual o identidad de género, entre otros.
También, se puede desencadenar por no tolerar la frustración, buscar la inalcanzable perfección, tener un contexto de sobre exigencia y baja empatía.
Otro factor es la tendencia a no buscar ayuda y/o tener escasas redes de apoyo. A esto se suma vivir situaciones que se pueden considerar como crisis vitales, tales como el desempleo, una ruptura amorosa, pérdidas, entre otros. También influye tener bajos recursos para hacerles frente.
Consultado frente a lo que se debería hacer para que colegios y entornos laborales sean más consecuentes con el control del bullying y acoso laboral, Emanuel Pacheco, director ejecutivo de Fundación Katy Summer manifiesta que es importante "no limitarse a actuar solamente cuando ocurre un suicidio o un evento de violencia grave, ya que se debe tomar el peso a las implicancias de la violencia escolar y laboral en todas sus formas".
La sicóloga Claudia Baros complementa, "es importante que entendamos que la conducta suicida se previene abordando los factores de riesgo que la pueden gatillar en el contexto más amplio. Considerando que el acoso es un factor de riesgo, es imperativo fomentar y reforzar prácticas de convivencia no violentas en lugares de estudio y trabajo, así como capacitar a los equipos académicos y laborales en detección y tratamiento, que incluyan protocolos adecuados, para mitigarlos y dar reparación a los involucrados".
"Los determinantes de la depresión son complejos, se sabe que el 50% de los pacientes que consuman un suicidio sufrían de depresión. Esto afecta a todos los grupos de edad, pero es más dramático entre los jóvenes de 18 a 25 años, donde el suicidio es una de las principales causas de muerte. Por eso y porque la depresión es una enfermedad altamente tratable, es que el foco tiene que estar puesto en detectarla y tratarla lo más pronto posible", asevera el doctor Amon.
También es importante mencionar que existen factores protectores contra el suicidio y la depresión que pueden trabajarse y potenciarse, comenta el doctor Amon.
"Estos pueden ser recursos tanto sicológicos propios de la persona, como conductas que realiza o recursos asociados al ambiente que le rodea".
El especialista explica que los factores protectores van desde conductas relacionadas al estilo de vida como lo son la dieta, el ejercicio físico y el realizar actividades placenteras. En esta categoría también se incluyen acciones para la comunidad, como, por ejemplo, contribuir a la disminución de la violencia y disminuir la contaminación ambiental.
Además, moderar los niveles de estrés sería clave, ya que, de acuerdo con los expertos, "la capacidad de recuperarse de manera exitosa de la adversidad influye de manera significativa en nuestra salud mental, y además se sabe que es una habilidad que se entrena", manifiesta el doctor Amon.
"Tanto la depresión como el suicidio se ven influidos por factores ambientales o sicosociales, y ambos se desencadenan por múltiples causas que actúan conjuntamente",
Claudia Baros Agurto,, sicóloga clínica, magíster en conducta suicida.
"Los determinantes de la depresión son complejos, se sabe que el 50% de los pacientes que consuman un suicidio sufrían de depresión",
Roberto Amon,, académico.