Mitología cuequera: desde su origen afroperuano a la imposición por decreto
Como una torre de naipes se desploma la supuesta predominancia del denominado baile nacional. Nuestro puerto fue central para su escondida influencia afro.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
En Lima, capital del Virreinato del Perú, las labores agrícolas y de fuerza las realizaron esclavos, los que eran naturales de Sudán (zona atlántica de la cuenca y Golfo de Guinea), y área cultural Bantú (Angola, el Congo, Zambia, Rhodesia hasta Mozambique).
Lejos de lo divulgado por la historia oficial, sobre la escasa presencia negra en Chile, hay evidencia de sobra para demostrar lo contrario.
Los grupos que desembarcaron en Buenos Aires (Argentina), cruzaban la Cordillera de los Andes, convirtieron a nuestra nación en el corredor perfecto para el intercambio con el Perú, fueron fundamentales San Antonio y Valparaíso como puentes para el arribo hasta el puerto de El Callao
En 1632 los jesuitas del Río de la Plata (Argentina) publican "Artes y vocabulario de la lengua Angola". Era tal la urgencia que solicitaron al Papa Urbano VIII la instalación de una imprenta para una mejor comunicación con los negros.
Es clave esta colonia, eran quienes hablaban bantú y kimbundu (entre otros dialectos), ligándose con la etimología de zamacueca, el término "zamba" significa baile, y clueca (estado que expresa la gallina en tiempo de empollamiento), fueron los angolanos que introdujeron los choncholís y el cajón peruano.
El pintor peruano Francisco "Pancho" Fierro Palas, retrató a los personajes típicos limeños, confirmando el origen afro y popular de la zamacueca.
En Chile se indica que la zamacueca se practicó en chinganas (espacios de divertimento del pueblo amenizado con gastronomía y música), eran parte de un repertorio mayor, compuesto por refalosa, seguidilla, gato, cuando, tonada, cañaveral, entre otras.
La evolución de la zamacueca será la chilena. No existe evidencia concreta de la cueca en el siglo XIX, sustentado en obras como "La cañadilla de Santiago: su historia y tradiciones" (1887) de Justo Abel Rosales, o "Historial de la cueca" (1979) de Pablo Garrido Vargas.
Incluso en creaciones del compositor Federico Guzmán Frías, o "El cancionero popular", aparecen solo zamacuecas.
En el "Programa oficial de las Fiestas Patrias en Santiago" (1910), se describen banquetes, cantos y ceremonias, no hay rastro de danzas en el centenario.
En 1940 con el florecimiento de las quintas de recreo (lugares de divertimento familiar del pueblo), los comensales al son de las vitrolas (equipos que tocaban música a través de discos) interpretaban boleros, tangos, ritmos norteamericanos como one-step y foxtrot, lo último era la cueca.
En septiembre de 1965 surgió el "Primer campeonato de Chile de bailarines de cuecas" en Arica. Es el punto de partida para difundir la imagen del huaso y la china como las figuras emblemáticas de la cueca, lo que está muy lejos de la realidad, pues esas vestimentas elegantes y de altos costos obedecen a un modelo patronal, más que al roto chileno, donde en vez de promover la chilenidad, se masifica una teatralidad.
El carácter "nacional", sería impuesto mediante el decreto nº23 por la dictadura cívico-militar, el 18 de septiembre de 1979. Aquel hito la uniformó, enterrando otras variantes como nortina, porteña, chilota, por mencionar algunas.