Fonderos de Llolleo zapatean con el resultado de los cuatro días de fiesta
Hasta la tarde de ayer la plaza estaba llena de sanantoninos ávidos por celebrar.
La plaza de Llolleo y la calle Francia pasadas las seis de la tarde de ayer estaban llenas de personas, que compraban los últimos choripanes, empanadas, anticuchos y terremotos para disfrutar hasta el final los cuatro días de celebraciones de estas Fiestas Patrias.
Mientras en el anfiteatro se bailaban los últimos pies de cueca, en los 16 puestos que se instalaron a un costado del espacio público se remataban los productos que quedaban. Las parrillas humeaban aún y la gente se agolpaba para aprovechar las ofertas de los remates sin importar que hoy es día laboral.
Los integrantes del Sindicato de Fonderos hacían una evaluación positiva de las jornadas. Por ejemplo, Glenda Abarcia, después de preparar un par de terremotos , se tomó un respiro para hacer un análisis. "Me fue bien gracias a Dios. No me puedo quejar, de hecho la carne la terminé ayer (domingo), compramos casi 100 kilos y se fueron todos", cuantificó.
Aparte de los anticuchos y las empanadas que ofreció, no faltaron la chicha y terremotos. "Este año estuvo mejor que el año pasado. Los cuatro días buenos, hartas familias, no me puedo quejar", expresó sobre el resultado del trabajo familiar, donde colaboraron su esposo, su hijo, dos hermanos y una cuñada.
Solo unas empanadas, que se calentaban en la parrilla, quedaban a la venta pasadas las 18 horas. "Vendí como 150 empanadas diarias. Le encargué a una señora, le quedaron muy ricas", comentó la locataria de "Donde la Glenda".
Sorprendido
Ricardo Alarcón de la fondita "Donde Laurita", compartía el análisis de su colega y vecina de local. "Todo bien, con el público y las ventas. En general a todos los compañeros les fue bien. Si todavía anda harta gente (ayer en la tarde), el público nos acompañó y nos apañó", destacó sobre la concurrencia y principalmente las ventas.
Lo negativo fue la tarde noche del sábado cuando llovió. "Eso fue lo único malo, que se perdió un poco la gente, pero el domingo la gente volvió, se llenó. Lo importante es que estuvieron buenos los precios, para no castigar a la gente. Estamos bien contentos".
El fondero comparó este 2022 con la celebración del año pasado. "Fue mucho mejor. Veníamos saliendo de una pandemia, ahora la gente tiene más libertad, se mueve tranquilamente, con los niños, por eso este año fue espectacular".
Lo que más vendió Ricardo Alarcón fueron terremotos, empanadas y anticuchos. "Parece que estaban todos con sed, creo que por día vendí unos 300 terremotos. En lo personal me sorprendió. Nos tuvimos que mover por aquí y por allá para conseguir más pipeño, porque quedamos cortos".
Y los sanantoninos seguían celebrando anoche. "A la gente todavía le queda cuerda, es bueno para nosotros. Vino harta familia, eso es lo más bonito de esto", evaluó el fondero, quien agradeció el aporte de los funcionarios de la municipalidad y de los carabineros, quienes contribuyeron en la fiesta de Llolleo.
Dirigenta
La presidenta del Sindicato de Fonderos de San Antonio, Erika Martínez, destacó que "vino harta gente, fue una fiesta bien bonita. La gente celebró a pesar de lo complicado del tema económico, pero se nota que no tiene mucha plata, a pesar de que nosotros tratamos de bajar los precios lo más posible. Rebuscamos para conseguir productos buenos y baratos y a pesar de eso no logramos tener precios normales".
Según la dirigenta de los fonderos, "este año estuvieron más bajas las ventas en comparación con el año pasado; el año pasado la gente andaba con más billetito por los bonos, el IFE, todas esas cosas. Este año se notó".
En su local el primer día se abocó a la parrilla, el segundo a las empanadas y también terremotos que ofreció a los clientes que llegaron a la plaza.
Respecto a la seguridad, uno de los aspectos que preocupan en estas masivas celebraciones, la presidenta del sindicato afirmó que "durante bastante tiempo tuvimos reuniones para que la nueva administración comunal entendiera cómo funcionan las fondas en los distintos temas. Como locatarios nos preocupamos de seguir las normas, para el covid, y en general no tuvimos problemas con la gente".
Erika Martínez aseguró que "la gente andaba con ganas de pasarlo bien, a pesar de la poca plata, hasta última hora vinieron. quedé bastante contenta, porque pérdidas no hay, aunque quizás no es tanta la ganancia", resumió la dirigenta.
"La gente andaba con ganas de pasarlo bien, a pesar de la poca plata, hasta última hora vinieron. Quedé bastante contenta",
Erika Martínez