Folclor pesquero: carta de navegación de un saber ancestral y actual
Abordamos una temática poco explorada que trasciende a nuestra provincia. Damos un acercamiento inicial a diversas subcategorías donde el pescador es protagonista.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
El término pesca, deviene del verbo pescar, el que proviene de piscari, en voz latina es capturar peces.
El folclor pesquero es liderado por un sujeto popular: el pescador. Hombre de esfuerzo, quien desde el Chile prehispánico ha ido configurando su propio imaginario.
Las costas nacionales alcanzan más de 6.435 km, desde el norte profundo hasta la gélida zona austral. Sus aguas las han navegado pueblos originarios, como changos (De la región de Arica-Parinacota hasta Coquimbo), rapa nui (Isla de Pascua), lafkenches (mapuches residentes en la franja costera, entre Cañete y el río Toltén), chonos (etnia que habitó la isla de Chiloé y alrededores), kawésqar (del Golfo de Penas hasta el Estrecho de Magallanes), yaganes (Isla grande de Tierra del Fuego), entre otros.
Los primeros habitantes de la provincia de San Antonio pertenecieron a las comunidades Bato, localizada en las inmediaciones de la Laguna El Peral, Las Cruces; y el complejo cultural Llolleo, emplazados en lo que hoy es San Juan y Lo Gallardo, San Antonio.
Compartían la gastronomía en base a productos marinos, como congrio, lapa, piure, pulpo, almejas, choros, entre otros.
Los changos, por ejemplo, se vestían con gorros tejidos de lana de camélidos, diadema (arco de los que cierran por la parte superior algunas coronas) de plumas de pelícano, cobertores de piel de lobos de mar, mantas de lana y pellejos de aves marinas.
Se explicaban los fenómenos naturales y sus creencias mediante seres espirituales. Para los lafkenches las deidades superiores eran Trentren Vilu, culebra gigante, y Caicai Vilu, mitad pez y mitad culebra. Ambas bestias mitológicas eran hijos de los pillanes (entes poderosos), cuenta la leyenda que cierto día Caicai despertó de su letargo al ver la mezquindad de los hombres con el mar, ocasionó maremotos y desastres para castigarlos. Al darse cuenta, Treten fue en auxilio de las criaturas terrestres, rescatando a los que pudo y dejándoles en los cerros, y los que no pudo salvar los convirtió en aves, peces y mamíferos marinos. Sin embargo, la batalla no daba tregua, mientras una aumentaba las aguas, la otra acrecentó los cerros. Mucho tiempo duró la lucha, teniendo como resultado la accidentada geografía del sur chileno, repleta de canales e islotes.
En una perspectiva urbana, encontramos caletas y puertos que son los espacios de acción donde el pescador se desarrolla plenamente. A nivel mundial las más conocidas son Iquique, Caldera, Coquimbo, Tongoy, San Antonio, Talcahuano y Puerto Montt.
Su herramienta de trabajo son botes y lanchas, generando así la "pesca artesanal". Es una práctica realizada por no más de diez embarcaciones a 10 millas de distancia, dentro del mar territorial.
Según Piero Carvajal Gallardo, acuicultor (persona que cultiva a pequeña escala) ostiones y ostras japonesas, pescador de Tongoy, Región de Coquimbo, define su oficio como: "El esfuerzo y sacrificio que enamoran, después los frutos se ven al ver que la familia está feliz".