Grupo scout Alborada protestó por la salida desde la parroquia de Llolleo
Desde la agrupación afirman que los "echaron". El párroco dice que la casa tiene daños estructurales.
El fin de semana, la mayoría de los integrantes del grupo scout Alborada se enteró que debían dejar la casa que los albergó por 48 años, ubicada al interior de las dependencias de la parroquia de Llolleo.
La determinación de la administración del recinto religioso fue criticada, principalmente por los padres y apoderados de los 120 niños y jóvenes que integran la agrupación. Afirmaron que "nos echaron, nos dieron la espalda" y otros dijeron que "nos sentimos traicionados por esta iglesia", mientras protestaban frente a la parroquia.
La salida se venía gestando hace años y con la llegada del nuevo párroco, Guillermo Allendes, a comienzos de año se fijó un plazo para la salida del grupo que se formó bajo el alero de otro sacerdote, Patricio Infante, a mediados de la década de 1970.
Con carteles los papás y los niños se manifestaron, pero en el mismo lugar se enteraron que otra institución, un colegio cercano a la parroquia, los acogerá.
Sin embargo, esto no apaciguó el dolor que sentían los papás. Nela Galdames, secretaria del centro de apoderados del grupo scouts, relató que "el sábado en una reunión se nos comunicó esta situación, que nos teníamos que ir la próxima semana. Nos dicen que nos tenemos que ir de un día para otro. Da pena que la iglesia, que tiene que atraer a niños y jóvenes, los eche a la calle".
La apoderada comentó que "fui scout, por eso integré a mi hija a este grupo. Considero que es injusto que vendan una imagen y hagan otra cosa distinta. Los apoderados estamos descontentos. Estamos agradecidos de la iglesia por todo el tiempo que nos acogió, pero esta no es la forma de hacer las cosas".
Patricio Pino afirmó que "el padre Infante, quien formó el grupo, nos cedió un terreno de por vida, pero ahora nos sacan. Le escribí al cura (nuevo párroco) y le dije que nos sentíamos traicionados".
Malestar
Juan Soto, el responsable de la tropa del grupo scout Alborada, confirmó el malestar de los apoderados frente a la situación que se generó por la salida del grupo de la parroquia de Llolleo. "En un principio entendíamos que querían arreglar la casa scout, para arrendarla. Hoy (ayer) salió un comunicado, donde se explica algo que no es lo que nos dijeron en un comienzo".
Según el jefe scout, "alguien está tergiversando las cosas y esto nos llevó a darnos cuenta, que después de 48 años, tenemos que dejar la parroquia. Llegó el momento que, como grupo, tomemos conciencia de lo que pasa y dejar la parroquia".
Sobre la senda que seguirán comentó que "se nos abrieron muchas puertas, nos llegaron invitaciones de muchas instituciones que nos quieren como grupo scouts. Tuvimos conversaciones esta mañana (ayer) y nos dieron la bienvenida".
Juan Soto contó que "hace seis meses, en la primera reunión con el padre, supimos. Pensamos que la llegada de un cura joven, nos iba a apoyar en este gran proyecto. Lo primero que nos dijo es que le entregáramos la casa. Nos dio seis meses, después nos dijo que no nos apuráramos y la semana pasada nos pidió las llaves".
El viernes dejarán la casa que guarda muchos recuerdos. "Eso fue lo que más nos duele. Aquí hay amigos y compañeros que estamos juntos desde chicos, es muy fuerte irnos de la parroquia, nos duele mucho, pero tenemos que dar ese paso".
El jefe de la tropa admitió que "la casa está mala, está deteriorada, partida por la mitad. Como grupo nunca pudimos invertir dinero en la casa o postular a proyectos, no tenemos el comodato de la casa, no nos podíamos proyectar".
Descargo
Consultado por Diario El Líder, el padre Guillermo Allendes entregó detalles de la situación. "La decisión la tomé en marzo y se la comuniqué al grupo scout. Es una decisión en conjunto con Gerardo (Valdés, responsable del grupo), por lo deteriorada que está la casa que ellos usan, que es muy antigua, la madera tiene polillas y evidentemente su estructura no sustenta la estadía de personas adentro. Tiene hoyos en el piso, paredes malas, los baños no funcionan, es peligroso", resumió.
El sacerdote afirmó que "les pasamos otras dependencias para que dejen sus cosas, les ofrecí el salón parroquial para sus reuniones, pero hasta el día de hoy no pasa nada. Necesitaba entrar a la casa con profesionales y maestros para ver si podíamos arreglarla o si se tiene que derrumbar".
Aclaró que "no estamos expulsando a los scouts desde la parroquia de Llolleo. Los invité a participar activamente en el consejo pastoral, peor no existió mayor interés".
La reacción de algunos padres y apoderados fue cuestionada por el párroco. "Me sorprende la información que se da. Existe un conflicto de información, porque hace seis meses les informamos. No los echamos, les ofrecimos espacios para que estén acá. La casa tiene un valor histórico y sentimental para ellos, pero no se puede ocupar. Dicen que la vamos a arrendar, pero no se puede, si se puede recuperar la ocuparemos como centro pastoral".
El párroco anunció que "citaré a un consejo pastoral para ver qué hacemos, no me gusta tomar las decisiones solo. Duele mucho la reacción, hemos hecho cosas buenas en la parroquia, pero esto empaña la gestión".