"Cuando los vi sentí ganas de romper el vidrio con un combo y tirarme encima"
"Lo siguieron para matarlo, planearon todo estos perros", dijo el día después de la audiencia que dejó en prisión a los tres imputados .
Ana Zúñiga ha tenido que buscar fuerzas donde no las tenía para enfrentar los duros momentos que se le vinieron encima a partir de la tarde del 6 de julio recién pasado, cuando su marido Esteban David Abarca Soto, de 51 años, recibió un disparo en la cabeza que terminó por costarle la vida a la madrugada siguiente.
El jueves el Ministerio Público, representado por el fiscal Francisco Martínez, que lidera la investigación en manos de la Brigada Investigadora de Robos, de la PDI de San Antonio, formalizó la investigación en contra de tres sujetos que planificaron el asalto que terminó con la vida del repartidor.
Rolando V.M. de 22 años, Dylan B.L. de 23 y el santiaguino Manuel P.G. de 40 años estarán en prisión preventiva por el plazo de 90 días que el Tribunal de Garantía de San Antonio fijó para el cierre de la investigación.
Y en la audiencia que los dejó presos se conoció un video, grabado por una cámara de seguridad, donde se ve a Rolando V.M. y su compinche Dylan B.L. huyendo tras disparar contra el repartidor, en la secuencia de menos de 10 segundos de duración se oye claramente que uno de los sujetos dice: "¡Me lo pitié!".
Sobre esta grabación Ana Zúñiga dijo con comprensible dolor e indignación que "es algo muy doloroso verlos, tenerlos al frente y no poder hacer nada. Cuando se ve que van arrancando, no sé, cuando los vi sentí ganas de romper el vidrio con un combo y tirarme encima de pura impotencia. De pura rabia al saber que planearon todo, porque esto no fue algo fortuito, ellos planearon el asalto, a mi marido lo siguieron para matarlo, planearon todo estos perros, porque como unas hienas se le tiraron entre dos y con pistolas. No tenían que matarlo, no tenían que hacer esto…"
Justicia
El día después de la audiencia de control de detención y formalización de cargos en contra de los tres detenidos que, según acredita hasta etapa procesal la investigación, asesinaron a su marido; Ana Zúñiga también tuvo palabras para exigir justicia, "porque esto no puede quedar impune, si estos son delincuentes, son unas lacras que con todos los delitos que tienen no deberían haber estado libres porque si en Chile existiera justicia de verdad estas personas habrían estado presas y mi marido estaría vivo todavía".
Con el alma destrozada por haber perdido al amor de su vida, pero con la fuerza que la alienta a buscar un poco de consuelo en la justicia, la viuda del repartidor Esteban Abarca exigió que "estas tres personas tienen que sentir el peso de la justicia. No les puede salir gratis andar organizando asaltos, matar una persona, tener todas esas armas que tenían y planificar estos actos tan crueles sin recibir una condena fuerte, por mi que sea cadena perpetua, que nunca más salgan a la calle y sé que hablo con rabia, pero ¿Cómo no voy a tener rabia? Si se llevaron a mi compañero, me mataron a mi sustento, al padre de mis hijas, no mataron solamente a un trabajador, ellos mataron a una familia".
-Han sido meses muy duros para usted ¿De dónde saca las fuerzas que necesita para enfrentar todo esto?
-Lo único que puedo decirle es que los tengo atravesado aquí en la garganta a estos tipos y voy a pelear con todo como le dije, porque no quiero que la muerte de mi esposo quede impune. Estos desgraciados, perdone que se lo diga así, nos hicieron un gran daño, porque le quitaron la vida a mi esposo. Si todos en la audiencia vimos el video cuando después de dispararle en su carita salen corriendo y uno dice "¡Me lo pitié!", como si mi marido fuera cualquier cosa, con un desprecio total por su vida. Él era un hombre de familia, era un hombre muy trabajador, un buen esposo y un buen padre. Estas lacras dejaron a sus hijas sin su padre, estos infelices tenían un arma en sus manos y mi esposo lo único que tenía eran sus manos limpias para trabajar".
Ana Zúñiga y Esteban Abarca hicieron su vida en Melipilla, donde tuvieron dos hijas, Romina de 23 años y Sofía de 15. Además el matrimonio se hizo cargo del cuidado de su nieto Felipe, de 5 años, quien todavía no logra comprender por qué su tata no ha regresado.
El 28 de julio que pasó iban a cumplirse 25 años desde que Esteban Abarca Soto se casó con Ana Zúñiga, luego de haberse conocido en la plaza de Melipilla, pero ese aniversario no pudo celebrarse porque a Esteban Abarca lo asesinaron de un balazo en el rostro en medio de un asalto al camión repartidor que manejaba por las calles de Llolleo alto la fatídica -y a estas alturas también triste- tarde del miércoles 6 de julio.
"A mi marido lo siguieron para matarlo, planearon todo estos perros, porque como unas hienas se le tiraron entre dos y con pistolas"
Ana Zúñiga



