Fuerte viento y marejadas hunden lancha que cortó amarras en la poza de la bahía
La embarcación que daba paseos a los turistas estaba sin pasajeros. Se estiman millonarias pérdidas, pero se intentará reflotarla
El fuerte viento, que a ratos en la tarde de ayer alcanzó ráfagas de 60 kilómetros por hora y las marejadas, provocaron el hundimiento de una lancha de paseo. La embarcación cortó las amarras y se acercó a la orilla del paseo Bellamar, terminando bajo el agua. En ese trayecto de unos 100 metros, y en cuestión de minutos se perdió a la vista de los cientos de turistas que a esa hora repletaban el sector aprovechado el fin de semana extra largo.
Faltando minutos para las 15 horas la lancha "Carú", al igual que las otras embarcaciones de paseo de y la pesca artesanal, estaban fondeadas en la poza, por la prohibición de zarpe que decretó la Capitanía de Puerto de San Antonio, debido a las condiciones meteorológicas que afectan la zona.
Sin embargo, las amarras de la nave no soportaron el fuerte impacto del viento y el oleaje y se habrían cortado al rozar con otra embarcación que estaba al lado.
"El viento estaba mucho más fuerte a esa hora y de repente vimos que una lancha que estaba hacia el fondo (de la poza) la empezó a arrastrar hacia la roca. Otro bote se acercó, pero no pudieron hacer nada. De a poquito se fue hundiendo y terminó chocando con las rocas", relató Patricia, una ambulante del paseo, quien presenció el accidente marítimo.
Tal era la fuerza del viento que "tuvimos que amarrar los toldos para que no se volaran y estamos todos mojados por las olas, pero hay que trabajar igual", expresó la comerciante.
De acuerdo a versiones recogidas por Diario El Líder en el lugar, una vez que testigos se percataron del inminente riesgo que corría la "Carú" se avisó a la Capitanía de Puerto de San Antonio, pero en menos de cinco minutos se hundió y se estrelló contra las rocas del paseo, a pesar del intento de rescate de la lancha de servicios generales y un bote de goma de la Capitanía de Puerto sanantonina.
Como el viento soplaba desde el oeste, rápidamente arrastró a la embarcación de paseo hacia la orilla y esto, sumado a sus forma plana y baja, propició que las olas inundarán la nave.
Otro de los ambulantes que se instalan en el paseo, aportó que "la lancha estaba amarrada con otra, de esas que pasean gente, cortó las amarras con la fuerza de temporal. Ayer (sábado) la tiraron del varadero, en la mañana, pero el viento igual cortó las amarras y la trajo para la orilla. Un bote trató de amarrarla de nuevo, pero no fueron capaces. La tiró para los roqueríos, le pegó unos apretones fuertes y se empezó a hundir. Tres golpes y la lancha no resistió, la tiró para abajo", relató Claudio Pontigo.
Los mismos trabajadores del rubro que transitaban ayer en la tarde por el paseo, con los cuales conversó este medio, aseguraron que una lancha de estas características cuesta aproximadamente 30 millones de pesos. Además contaron que la nave siniestrada hace poco fue sometida a reparaciones, preparándose para la temporada alta del verano.
Reflotar
Ayer lanchas y botes de goma de la Armada patrullaban el sector buscando indicios de algún derrame de petróleo desde la embarcación, pero se estima que no tenía más de 20 litros de combustible, el que estaría encapsulado en el motor.
Lo que queda de la lancha no puede permanecer en la bahía como un naufragio y por eso se aplicaría en los próximos días un plan de reflotamiento
Para efectuar el procedimiento, que se realiza entre el armador o dueño con apoyo de la Armada, se esperará que terminen las marejadas, lo que ocurría el martes, ya que por la proximidad con los roqueríos hace peligrosas las maniobras. De acuerdo a los pronósticos el viento cesaba anoche.
El dueño de la embarcación, Francisco Carú, prefirió no hablar con Diario El Líder, conmocionado por la pérdida. Ayer estaba en la Capitanía de Puerto de San Antonio, coordinando el reflotamiento. Cuando salió del recinto de la Armada recibió muestras de apoyo de otros trabajadores del rubro y para consuelo, valoró que el accidente ocurrió cuando su lancha estaba sin pasajeros.
"La tiró para los roqueríos, le pegó unos apretones fuertes y se empezó a hundir. Tres golpes y la lancha no resistió, la tiró para abajo",
Claudio Pontigo, testigo.