La música es parte de la tradición familiar de los Baos
Patricio y Valentino, padre e hijo, son destacados músicos y juntos están formando nuevos talentos a través de la Big Band de San Antonio.
No es extraño que Valentino Baos siguiera los pasos de su padre dedicándose a la música, porque mucho antes, Patricio hizo lo mismo inspirado en su progenitor, Fortunato Baos, quien fue parte de la banda de la Armada y un reconocido exponente del saxofón y el clarinete fuera de la institución.
Patricio Baos recuerda que desde niño vio en la familia que dedicaban tiempo para tocar instrumentos musicales, especialmente los de viento, que finalmente se convirtieron en su especialidad y que desde hace casi 20 años enseña a tocar a las nuevas generaciones de músicos en la Big Band.
-Patricio, ¿qué recuerdos tiene de cuando conoció la música?
-Conocí la música por mi papá, él era músico y su familia era de músicos. Mi padre y mi tío eran saxofonistas. En el comienzo eran músicos de la banda de la Escuela Naval y en ese tiempo podían tocar afuera, en restoranes y bailes, entonces ahí yo iba a verlos cuando era niño, no sólo en los desfiles. Los primeros pasos en la música los aprendí con él y seguí sus pasos tocando clarinete y saxofón. Mi padre era muy conocido en Santiago.
-¿Cómo ha sido para usted compartir escenario con su hijo Valentino?
-Para mí ha sido maravilloso. Siempre soñé con que tocáramos juntos y se me cumplió. Soy agradecido de la vida porque he logrado todo lo que me he propuesto. Estoy feliz de estar en San Antonio y de haber formado la Big Band, un proyecto que el próximo año cumple 20 años de existencia.
-¿Cómo nació la Big Band de San Antonio?
-La Big Band nació gracias a mi esposa Teresita, cuando Valentino estaba en el colegio, en el liceo Gabriela Mistral donde estudió. Ahí tenía un compañero de curso que su papá era gerente de Esso en San Antonio. Una vez hicimos una presentación con mi señora en el colegio y de ahí surgió la conversación, esto surgió entre dos señoras. Nos contrataron para un evento de la Esso y ahí el papá del niño me preguntó si tenía intenciones de enseñarle a alguien porque tenía unos fondos y me podía ayudar. Costó mucho encontrar músicos porque no había saxofonistas, trompetistas, menos jóvenes. Fue financiado por la Esso Chile y auspiciado por la Gobernación Provincial, cuando estaba el gobernador Osvaldo Badenier. Así partió la Big Band el 27 de julio de 2003.
-¿Cómo siguió consolidándose en el tiempo?
-En el concierto inaugural que se realizó en la gobernación estuvo Patricio Pinto, que era el jefe de Asuntos Públicos en ese tiempo de la Empresa Portuaria y él dijo que nos quería auspiciar. Durante harto tiempo la Big Band funcionó en dependencias de Epsa en Allan Macowan. Después cuando llegó el gerente Aldo Signorelli, nos dijo que se iban a ir de ahí, pero que nos iba a dejar en un lugar adecuado y ahí llegamos al Centro Cultural, donde estamos desde hace siete años y funcionamos muy bien.
-¿Hay nuevos talentos en música en San Antonio?
-Aquí hay demasiado, hay que buscar nomás los mejores, pero hay mucho talento musical, cantantes, de todo. Además, la Big Band es una gran vitrina para los chicos. Me siento muy orgulloso de estos 20 años.
-¿Cuántos integrantes tiene la Big Band?
-Actualmente son 20 integrantes y un semillero que está a cargo de Valentino. Él es mi partner y ve la base de la Big Band, que es el canto, guitarra, bajo y batería, y yo me voy con los vientos. Hacemos un trabajo mancomunado muy bonito que ha dado bastante resultado. Tenemos una orquesta que suena maravillosamente bien y son chicos. Hay trompetas de 12, 14, 15 años promedio y tocando como profesionales, ese es el plus musical. Hay que destacar que todos salen leyendo música de manera perfecta, son lectores de las partituras.
-¿Qué cree que atrae a los niños a los talleres de música?
-Puede ser internet o redes sociales. Hay harto movimiento de profesores de Música, no sólo de nosotros, que están haciendo cosas muy interesantes en los colegios.
-¿Alguna meta que quisiera lograr a futuro?
-Una gira internacional podría ser. Ya estuvimos en Argentina, pero una invitación a Perú o Uruguay podría ser para rematar.
-¿Qué le parece que su hijo tenga una carrera tan exitosa siendo joven?
-Lo envidio con amor. Es envidiable su carrera, es que él tuvo el apoyo del papá y la mamá. Yo no tuve tanta suerte en ese sentido. Me habría gustado tener un papá como yo (ríe). Soy el admirador número 1 de su carrera.
Patricio Baos recuerda una anécdota sobre el comienzo de la carrera de su hijo. "Valentino tenía unos 18 años, estaba recién partiendo y en la noche escucho unos pasos y era él. Me dice, por qué me metiste en esto de la música, me falla todo, me quiero salir. Le dije, pero hijo tranquilo, estás recién empezando. Después cuando andaba en un crucero en unas islas, le dije "hijo, perdóname por haberte metido en esto", concluye entre risas.
De aprendiz a maestro
Valentino Baos partió motivado por sus padres, primero con clases de piano, siendo niño. Hoy tiene una destacada carrera como músico de jazz que lo ha llevado a recorrer el país e incluso otros continentes.
-¿Cómo ha sido para ti vivir en un ambiente rodeado de música?
-He tenido la suerte de crecer en un nicho completamente musical, siempre tanto mi papá como mi mamá me han motivado a la música, me han ayudado mucho y lo que soy es gracias a ellos. Por lo mismo, me he rodeado y codeado con músicos de mucha experiencia con los que he estado en la casa como Ricardo Barrios, el mismo Renato Muñoz "Wiskey", músicos en los que me he inspirado y sin querer todas esas cosas van quedando. Inconscientemente uno se va desarrollando en la música, pero tiene esas influencias.
-¿Cuándo partiste a desarrollar tu talento artístico?
-Empecé a cantar a los 5 ó 6 años. Mi papá me enseñaba la nota Do que la tenía que dar de oído, aprendérmela de memoria y también repertorios, sacaba temas, intruseaba en algunos instrumentos. Mi papá me trató de enseñar saxofón, pero no lo pesqué (ríen). Después estuve en clases con don Renato Muñoz, el Wiskey en saxo y a los 11 años empecé a estudiar piano clásico. Mi papá me consiguió clases con la profesora Lucía Andaur de Herrera y con ella estudiaba piano en su casa de Las Dunas.
-¿Cómo fue para ti que tu padre formara la Big Band?
-Desde que se formó la Big Band y desde ahí para adelante me sentí muy motivado de estar compartiendo con otros niños que tenían los mismos intereses.
-¿Continuaste perfeccionándote en esta área?
-Sí, paralelo a la Big Band me mandaron a estudiar piano clásico a Santiago. Cuando tenía 13 años viajaba dos veces a la semana a estudiar música clásica. Salí el colegio y egresé de piano clásico. Así fueron mis comienzos.
-¿Cómo era ser adolescente y estar estudiando piano?
-A mi me gustaba jugar a la pelota y todos los deportes en realidad. Siempre mis amigos me iban a buscar para jugar a la pelota y mi mamá me decía, no puedes salir, tienes que estudiar piano. Ahí me ponía a llorar, hacía rabietas y me decían, después vas a agradecer y así fue. .
-¿Aprendiste a tocar saxofón?
-Últimamente he estado estudiando instrumentos de viento, desde la pandemia sobre todo, un poco de saxo, trompeta, para poder entender como son los instrumentos, sus registros, cualidades y limitaciones también. En el fondo me mantengo estudiando varios instrumentos porque el piano es una base bien importante para entender la música en general.
-¿Qué sientes al enseñar a niños en la Big Band?
-Ha sido toda una experiencia, empecé a hacer clases a los 18 años, súper mala pedagogía en un principio, tuve que ir aprendiendo de a poco, fui cambiando mi forma de ser y de relacionarme con los alumnos, hasta que ahora ya me hice más profesional. Tuve que estudiar también. Los chiquillos son maestros de uno porque se va aprendiendo del alumno, hay una retroalimentación. Desde la pandemia ha sido mi sustento y mi ánimo, porque no poder tocar después de bajarme de un barco donde tocaba tres a cuatro veces al día, tener que cambiar el switch completamente a no tocar nada y estar encerrado en la casa, fueron mi salvación las clases.
-¿Cuál ha sido tu experiencia más importante en tu carrera como músico?
- He tenido varias experiencias, pero para mi la más importante en términos de impacto, fue ir a tocar al Festival de Jazz "A la calle" en Uruguay en año 2012, donde me presenté en un escenario ante 15 mil personas, tocando jazz, mi música. Eso fue lo más impactante en términos musicales y con buena recepción.
-En tu familia la afición artística es parte de su ADN.
-Sí, mi mamá Teresita Rouge canta, fue vedette, bailarina, como dice mi papá showoman. Ella cantó en la Teletón presentada por Don Francisco. Con mi papá ha sido maravilloso, con él hemos tenido de todo, pero el amor, cariño y respeto prevalece. Ya perdí la cuenta de las veces en que hemos tocado juntos.
"Siempre soñé con que tocáramos juntos y se me cumplió. Soy agradecido de la vida porque he logrado todo lo que me he propuesto",
Patricio Baos.
"Empecé a hacer clases a los 18 años, súper mala pedagogía en un principio, tuve que ir aprendiendo de a poco, fui cambiando mi forma de ser y de relacionarme con los alumnos",
Valentino Baos.