El joven músico que apostó por los tradicionales carruajes de Lo Abarca
Cristián Villegas es violinista y además se dedica al arriendo de estas clásicas cocheras, las que personalmente conduce vestido a la usanza del siglo pasado.
Cristián Andrés Villegas tiene 30 años y desde que estaba en la escuela Carmen Romero Aguirre de Lo Abarca se interesó por la música, especializándose en violín, instrumento que incluso tocó siendo parte de la Orquesta Sinfónica que dirigía el profesor Carlos Rojas Aguirre. Su pasión por esta rama del arte lo llevó incluso a estudiar en el Conservatorio en Viña del Mar.
A su pasión por la música, se suma su amor por los caballos y las antigüedades, tres elementos que conjuga perfectamente en su emprendimiento "Cochera Lo Abarca, Música y Carruaje", servicio que ofrece paseos, tours por la localidad rural de Cartagena y el transporte de novios, entre otras actividades.
La llegada de la pandemia puso en jaque a este violinista que quiso prolongar la tradición que comenzó su padrino sacerdote, quien partió con la colección de antiguas cocheras. La suspensión de matrimonios y todo tipo de festejos en el periodo de las cuarentenas hizo que el joven músico se viera obligado a vender algunos caballos, además de tomar otras medidas de emergencia.
Hoy, después de dos años, está volviendo de a poco a tomar las riendas de los carruajes que transforman instancias tan especiales como una boda, en un momento lleno de romanticismo, magia y elegancia.
"Lo Abarca es un pueblo rural, tranquilo. Tiene más actividad los sábados y domingos con la gente que llega a los restaurantes y que luego sale a recorrer la plaza y a conocer la iglesia, pero hay más movimiento en ciertas fechas clave, como la Fiestas de la Vendimia que organiza la Viña Casa Marín y el Cuasimodo el Semana Santa. Ahora viene la procesión de la Virgen el 8 y el 15 de diciembre. También tenemos las Fiestas Patrias donde se hacen fondas en Lo Abarca y las fiestas costumbristas que se realizan en octubre o noviembre", comenta Cristián Villegas.
-¿Cómo nació tu pasión por la música?
-A mí desde chico siempre me gustó la música. Cuando estaba en el colegio siempre toqué algún instrumento como la guitarra. Después toqué en la banda de guerra del colegio y cuando me matricularon en la escuela de Lo Abarca, recién se había formado una orquesta de cámara. Ahí partí con eso.
-¿Todos eran alumnos de la escuela?
-Sí, partió como orquesta de la Escuela Carmen Romero Aguirre. Se fundó el 2 de febrero de 2004, y al año siguiente comenzó a recibir a alumnos de todos los colegios de la comuna y se formó la Orquesta Sinfónica de Cartagena, dirigida por Carlos Rojas Aguirre, quien es mi mentor. Yo me especialicé en violín, un instrumento que es poco común. Estuve dando clases aquí y en Viña, porque me fui a estudiar allá.
-¿Hay interés de los niños por aprender música?
-Sí, hay bastante interés sobre todo en los colegios. Claro que yo no he potenciado esa posibilidad de hacer clases por un tema de horario.
-¿Sigues en la música?
-Sí, sigo tocando, aunque no como antes porque no he retomado tocar en eventos ni en la orquesta, pero sigo tocando de vez en cuando a gusto personal. Me ha salido algún matrimonio, pero estamos recién ordenando los caminos.
-Mencionaste a Carlos Rojas como tu mentor. ¿Él te motivó a acercarte a la música?
-Sí, por supuesto. Él era el director de la Orquesta Sinfónica y seguimos tocando hasta el día de hoy, que está jubilado. En el tour que tenemos en paseo en coche, visitamos el museo de los carruajes, se hace un almuerzo o cena, dependiendo del horario, y al final se hace una pieza musical y él me acompaña en el piano y yo toco violín. El tour es todo caracterizado, vestido a la usanza del siglo XIX.
Cocheras lo abarca
Hace 10 años Cristián Villegas se dedica a conducir los carruajes de su emprendimiento que es muy solicitado especialmente para matrimonios y diversas ceremonias.
"Esta es una colección de 14 carruajes, de los cuales hay 10 operativos y cuatro por rescatar. La principal función es rescatar, conservar y preservar las tradiciones religiosas chilenas. Todos son carruajes de mediados del siglo XIX, de 1880, 1870 y otros más cercanos a la década del 1900" detalla.
-¿Qué servicios ofreces?
-Los carruajes se arriendan para matrimonios y eventos como procesiones, y también se hace el tour para la gente que lo solicita previa reserva. Los sábados y domingos está abierto a todo público como museo de carruajes.
-¿Cómo partió esta colección de carruajes?
-Comenzó hace 50 años con un padrino mío que era sacerdote y el empezó a rescatar y restaurar carruajes en las distintas partes que veía. Algunos fueron comprados y otros donados. Esto me lo traspasó a mí y yo sigo con el mismo tema. A la fecha ya agregué dos carruajes a la colección.
-¿Tu familia te apoyó cuando quisiste continuar con el legado de tu padrino?
-Mi familia tiene distintos rubros. Yo soy nacido y criado en las patas de los caballos. Mi papá es adiestrador o arreglador de caballos chilenos. A mi padrino, siendo sacerdote, siempre le gustaron los carruajes y los vehículos. Yo soy como la fusión entre las ruedas y el caballo. Además, estoy conservando no un patrimonio familiar, sino que un patrimonio del pueblo y de las tradiciones chilenas.
-¿Crees que hace falta mayor difusión del turismo de Cartagena?
- Claro, Cartagena necesita mayor difusión y apoyo. Primero centralizar a los artesanos y agricultores para que tengan un espacio, porque aquí Indap y Prodesal están colocando una feria los sábados, pero tienen que armarla y desarmarla. Eso lo están haciendo una vez al mes. Entonces no hay un lugar físico para mostrar las diferentes cosas aquí en el pueblo. Además, todo está enfocado a la playa, no a la zona rural donde hay gente que produce miel, lana, otros que hacen alfarería, artesanos que trabajan con madera o que pintan. Hay una agrupación de turismo rural que está tratando de hacer eso, pero falta todavía.
-¿Cómo partiste con el emprendimiento?
-Por una situación económica. Venían a golpear la puerta de la casa, porque algunas personas sabían que tenía carruajes para matrimonios. Después en la fiesta de la vendimia di paseos y de ahí partió para cubrir los gastos de los caballos y poder restaurar los coches. Empecé a hacer paseos todos los fines de semana y a participar en las distintas fiestas importantes. Comencé a hacer difusión por Facebook con el nombre "Cocheras Lo Abarca" y también en Instagram. Antes de la pandemia y del estallido social tenía creada una página web que iba a lanzar el 2020, pero al final lo no hice porque vino todo esto y quedó stand by.
-¿Cómo fue para ti la pandemia?
-Pésimo porque tuve que vender caballos, si habíamos avanzado 20 pasos, retrocedimos 30. Como nos habían entrado a robar el 2017, necesitábamos reponer algunos implementos. Entonces fue bastante duro, sobre todo por el costo de mantención de los animales, los que son como un bebé que hay que darles de comer todos los días, limpiarlos y darles cuidados, para eso tenían a una persona que se dedicaba a ellos, había que pagarle un sueldo y no se podía.
-¿Cuánto tiempo estuviste sin poder trabajar?
-Cerca de dos años. Ahora recién estamos retomando, partí en marzo de este año. Con la pandemia tuve que volver a trabajar de manera fija y generar otros emprendimientos para mantener esto como un hobby, una cosa personal, que era el gasto mínimo. Entonces volver a retomarlo va a costar un poco porque se requieren bastantes implementos y personal.
-¿Cuánto tiempo llevas dedicado a esto?
-En el tema de los coches llevo 20 años, porque partí a los 10 años, mirando, metiéndome, paseando y tomando las riendas del asunto como conductor cochero. En la música también llevo 20 años.
-¿Te queda tiempo para hacer algo que te guste?
-Estudié un año Derecho y lo dejé. Quise hacer con mi vida algo que a mí me hiciera feliz y que me gustara porque no iba a ser abogado e iba a andar rabiando por hacer algo que no me gustase. Entonces dedico mi vida a cosas que para algunos pueden no ser un trabajo, pero para mí lo es y es algo que hago con mucha dedicación. Cuando uno hace algo que le gusta y si además es rentable, lo sigue haciendo con mucho gusto.
Finalmente reflexionó: "Tuve un maestro de música que falleció. Él trabajó hasta sus 88 años. Murió trabajando como director de orquesta. Podría decir que tengo una pasión por los caballos, por las antigüedades, los carruajes y por la música, que son los tres pilares con los que voy dando vueltas en mi vida".
"A mí desde chico siempre me gustó la música. Cuando estaba en el colegio siempre toqué algún instrumento como la guitarra. Después toqué en la banda de guerra del colegio",
Cristián Villegas
"Yo soy nacido y criado en las patas de los caballos. Mi papá es adiestrador o arreglador de caballos chilenos. A mi padrino, siendo sacerdote, siempre le gustaron los carruajes y los vehículos. Yo soy como la fusión entre las ruedas y el caballo".